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El ataque de Iglesias rompe los puentes con el PSOE

Podemos volverá a intentar una negociación con los socialistas a partir del día 5

Francesco Manetto
Pablo Iglesias, este miércoles en el Congreso.
Pablo Iglesias, este miércoles en el Congreso. ULY MARTÍN

La intervención de Pablo Iglesias rompió este miércoles, al menos por el momento, los puentes con el PSOE. El líder de Podemos se estrenó en un debate parlamentario en el Congreso con un tono áspero y ataques a los principales dirigentes. Pero, sobre todo, se revolvió contra Pedro Sánchez. No se limitó a rechazar su investidura y su acuerdo con Ciudadanos sino que volvió, como sucedía hace meses, a desafiarle erigiéndose en guardián de las esencias socialistas. Aun así, aseguró que sigue con “la mano tendida”.

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Iglesias buscaba dejar claro al PSOE que no se fía de la dirección de ese partido. “Ustedes solos no son de fiar. Si quieren acuerdos, con garantías”, afirmó sobre su propuesta de Gobierno de coalición, que a partir de la semana que viene volverá a poner sobre la mesa. Pero las formas de su discurso fueron broncas e inequívocas, y demostraron que Podemos sigue considerando a los socialistas como sus principales adversarios electorales.

El tono de la disputa dialéctica con Sánchez fue in crescendo y estalló en los turnos de réplica, lo que incluso provocó un reproche del presidente de la Cámara baja, Patxi López. Iglesias acusó al secretario general del PSOE de “obedecer a los oligarcas”, habló del “partido del crimen de Estado” y, en dos ocasiones, afirmó que esa formación “tiene manchado su pasado de cal viva”, en referencia a los GAL. La segunda mención vinculaba al caso al expresidente del Gobierno Felipe González: “El problema es que le han prohibido pactar con nosotros, lo dijo el señor Felipe González, que tiene el pasado manchado de cal viva”, remachó.

Iglesias subió a la tribuna sin el discurso totalmente cerrado, como es habitual en él, y confió una parte a la improvisación. El profesor de Políticas, que terminó su intervención saludando con el puño en alto, arrancó con una referencia a Salvador Puig Antich y a los trabajadores de Vitoria “asesinados hace 40 años por defender derechos sociales de todos”, y cerró su discurso citando a Pablo Iglesias Posse, fundador del PSOE, y al subcomandante Marcos.

Volver a negociar

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El dirigente de Podemos trató de desmontar los principales puntos del acuerdo suscrito por Sánchez y Albert Rivera y emplazó al líder socialista a volver a negociar un Ejecutivo de las fuerzas de izquierdas, con IU-Unidad Popular y Compromís, tras esta sesión. “Negocie con nosotros. No hay en nuestra dignidad ni en nuestra firmeza ningún ánimo de revancha. Nuestra lealtad será igual de firme si rectifican ustedes y se ponen de acuerdo con nosotros. El tiempo del bipartidismo se acabó”, prosiguió.

Con todo, esa declaración de intenciones y las apelaciones al diálogo chocaron precisamente con el tono de Iglesias. En la contrarréplica, llegó a calificar de “miserable” una alusión de Sánchez, quien había recordado al concejal socialista asesinado por ETA Isaías Carrasco para criticar las palabras del líder de Podemos sobre Otegi. “Utilizar la memoria de las víctimas del terrorismo para atacar a un rival político es una actitud miserable”, atacó.

Iglesias fue muy duro con todos, también con el PP y con Ciudadanos, Primero, se dirigió al partido del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. “Han dicho ustedes que nosotros queremos destruir la democracia”, señaló. “Algunos de ustedes son hijos del totalitarismo político en este país. El PP fue fundado por siete ministros de la dictadura”, recordó el secretario general de Podemos, aun manifestando su respeto personal al jefe del Ejecutivo.

A Rivera, el otro dirigente que debutaba en el Congreso y con el que el último año dio un vuelco al mapa político, le llamó “hábil” y “triunfador”. “Si hay un triunfador es usted, a costa del señor Sánchez. Pero representa la peor de las tradiciones políticas españolas, la que no tiene más ideología que su cercanía con el poder. Usted es de los que mandan, señor Rivera. Marionetas de los poderosos”, continuó sobre el líder de Ciudadanos.

Las palabras de Iglesias, que marcarán la relación y el debate con el PSOE en las próximas semanas, recibieron críticas de la mayoría de las fuerzas. Hasta el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, pidió bajar el tono, tanto a él como a Sánchez. Pero Iglesias defendió ese estilo en un receso, y negó haberse excedido. “Nadie se puede ofender porque le digan la verdad, al tiempo que le tienden la mano para hacer las cosas mejor”, afirmó.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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