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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tres preguntas con respuestas

Pedro Sánchez siempre dijo no a un pacto con el PP y que no sería presidente gracias a quienes quieren romper España. Y lo ha mantenido.

Pedro Sánchez durante una rueda de prensa en el Congreso.
Pedro Sánchez durante una rueda de prensa en el Congreso. Uly Martín

Los amigos me preguntan por qué nos aferramos al acuerdo con Ciudadanos. La mitad añade, luego, por qué no pactamos la gran coalición con el PP y la otra mitad, por qué no llegamos a un acuerdo con Podemos. En suma, por qué no hemos evitado unas nuevas elecciones.

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Pedro Sánchez siempre dijo no a un pacto con el PP y que no sería presidente gracias a quienes quieren romper España. Y lo ha mantenido. Mucha gente influyente nos ha pedido un gran acuerdo con el PP que incluyera cambios importantes en aquellas de sus políticas con mayor rechazo social e, incluso, que exigiera la salida de Rajoy. Nunca lo creímos sensato. Porque Rajoy no iba a dar un paso atrás; porque el cambio es hacer, en muchas cosas, lo contrario que el PP; porque siguen apareciendo informaciones que extienden la corrupción que inunda a ese partido y porque, de hacerlo, muchos de nuestros votantes se irían, enfadados, a otras opciones en auge que compiten con el PSOE.

La gran coalición es una propuesta para otro país u otro momento histórico. No para aquí y ahora pues, de hacerse, el riesgo sería no cambiar de políticas y la desaparición del PSOE como fuerza electoral nacional. Además, Rajoy ni lo ha intentado. Tengo contabilizados siete portazos de Pablo Iglesias a cualquier intento de pactar con el PSOE. Desde la noche electoral, citando el referéndum como línea roja, hasta la imposición al dictado de un Gobierno con vicepresidencia incluida, su negativa durante semanas a sentarse siquiera a hablar, o las dos veces que se levantó de sendas negociaciones: la Mesa a Cuatro y la posterior Mesa a Tres.

Votó no, junto al PP, a un presidente socialista, porque este no le aceptó sus imposiciones: referéndum independentista, programa económico que nos expulsaría del euro y Gobierno proporcional basado en su tremenda desconfianza hacia el PSOE, un Gobierno cuyos miembros no se fiarían unos de otros. Puro disparate, nada que ver con el “Gobierno a la valenciana”, donde Podemos no está. Nunca dio una oportunidad a la negociación. Quiso imponer su visión, ocultando que no sumaba, que solo era posible con los independentistas.

Ciudadanos entendió, como nosotros, que el resultado electoral exigía acuerdos transversales que superasen los bloques ideológicos. Se sentó a negociar un acuerdo de legislatura, sobre la base de nuestra propuesta. Hablamos de soluciones para los españoles y no de sillones. Y, después de muchos días y varias noches, alcanzamos un pacto para alumbrar un Gobierno de cambio que hubiera aprobado 200 medidas largamente demandadas por millones de españoles.

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Algunos hemos intentado un Gobierno del cambio. Otros, no y otros lo han impedido. Que conste.

Jordi Sevilla es responsable de Economía del grupo de expertos del PSOE y miembro del equipo negociador para formar Gobierno.

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