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“Esta decisión dará un impulso reformador general a España”

El expresidente ensalza la “generosidad” del Rey para impulsar la democracia en España

Los reyes conversan con Felipe González en mayo de 1993.
Los reyes conversan con Felipe González en mayo de 1993.manuel escalera

Gobernó 14 años (1982-1996) y despachó “miles de horas” con el rey Juan Carlos, del que ensalza su “tremenda generosidad” para impulsar la democracia en España. El expresidente Felipe González (Sevilla, 1942) estaba al tanto de los planes de abdicación del Monarca.

Pregunta. ¿Sorprendido?

Respuesta. Debo confesar que no. Algo sabía. Lo suficiente, de cómo podía pasar y cuándo.

P. ¿La solución le parece adecuada?

R. Me parece institucionalmente muy correcta y una decisión que supone un valor y un coraje especial [por parte del Rey] al poner la institución por encima de la persona. Y lo ha hecho en un momento en el que se está recuperando, está trabajando, está viajando, está en plenas facultades, pero sabe que hay una nueva generación, que es la del Príncipe, que necesita darle un nuevo impulso reformador hacia la sociedad española.

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P. Alguien podría pensar que el Rey ha adoptado ahora la decisión de abdicar cuando los dos grandes partidos, PP y PSOE, suman el 80% de los votos en el Congreso y por tanto será más sencillo sacar adelante la ley orgánica de la sucesión…

R. Todas las especulaciones van a caber ante una decisión que es un cierto parteaguas de la historia, que habrá un antes y un después, pero la verdad es que el Rey, al cumplir 76 años, toma la decisión de ceder la responsabilidad al Príncipe, que considera, y creo que es verdad, en buena posición desde el punto de vista de sus cualidades, su carácter, etcétera. Es más, es muy de agradecer que haya respetado el proceso de las elecciones europeas para no meter un ruido adicional en un sistema cargado de ruido.

P. La Constitución dejó pendiente una ley orgánica que regulase esta situación. ¿Por qué no se ha aprobado en 39 años?

R. Es verdad que se podría haber desarrollado la ley orgánica en estas casi cuatro décadas. En cualquier momento, teniendo en cuenta cuál es la identidad de nuestro país, que se hubiera decidido desarrollar la ley, que será una ley de dos artículos, no más, se hubiera desatado un movimiento especulativo enorme difícilmente controlable, estas cosas ocurren así entre nosotros.

P. El movimiento especulativo sólo se habría producido en estos últimos años, porque si se hubiera hecho sólo unos años después de aprobada la Constitución no hubiera desatado controversia porque entonces la Monarquía no estaba en cuestión como ahora.

R. Hablo de un sentimiento que creo que es mayoritario y no creo que ese sea el problema o que haya sido el problema. No se previó. En cualquier momento que se hubiera previsto se habría desencadenado algún tipo de especulación, porque estamos abonados a eso, y además no me parece mal.

P. ¿Este proceso puede abrir el debate sobre la reforma constitucional para eliminar el machismo del capítulo que regula la sucesión al trono?

R. Sí, claro, pero no en este acto de la ley orgánica, que es único. Lo que yo creo, es que la decisión que ha tomado el Rey dará un impulso reformador de carácter general a un país que es poco reformador. Esta decisión introduce, primero, un relevo; segundo, un llamamiento a un nuevo impulso generacional y ese impulso lleva implícito un llamamiento a reformar para abrir un nuevo espacio de futuro.

P. ¿El caso Nóos, donde la hija y el yerno del Rey están imputados por supuesta corrupción, ha influido en esta decisión?

R. Si hubiera influido en esta decisión, el Rey habría abdicado hace año y medio o dos años.

P. El juez está a punto de concluir ahora el sumario y puede decidir el procesamiento de la infanta Cristina…

R. También se decía que estaba a punto hace un año, no creo que influya en una decisión de esa envergadura institucional.

P. ¿El debate en el Congreso sobre la ley orgánica que regulará la sucesión provocará algún tipo de tensión?

R. Seguro, seguro. Alguna tensión habrá, y además es lógico. No creo que sea de una gran dimensión. Creo que el conjunto de la sociedad recibirá esta decisión con una mezcla de sobrecogimiento y esperanza, esto es lo que creo que va a ocurrir. Yo me he llevado casi 14 años gobernando con el Rey de jefe de Estado, he despachado miles de horas con él, y hemos tomado muchas decisiones en las que él ha tenido un papel… La gente siempre recuerda papeles concretos, pero el papel de ayuda y apoyo de muchas dimensiones, en política exterior, etcétera, ha sido permanente. Una decisión como esta abrirá una corriente de expectativas nuevas y también de desconcierto.

P. ¿La opción del príncipe Felipe es una buena opción?R. Creo que, con distancia, es la mejor disponible. En mi caso, lo que digo tiene una dimensión específica. Yo no he sido un monárquico militante convencido, y el Rey lo sabe desde el minuto uno en el que hablamos.P. ¿Qué balance hace del reinado de Juan Carlos?

R. Extraordinariamente positivo. En los últimos 300 años de historia de España nunca ha habido una época en la que un rey asume la totalidad de las responsabilidades, renuncia a esa totalidad desde el día que nombra a Adolfo Suárez, delega el poder ejecutivo en el Gobierno antes incluso de someterse al dictado de la Constitución y nos da por primera vez en 300 años un periodo de estabilidad democrática y de convivencia en libertad.

P. ¿Por qué cree que el Rey ha decidido abdicar ahora?

R. Creo que ha hecho una reflexión, que me parece que es la de mayor valor, que tiene que ver también con que cumple 76 años y el Príncipe, 46. Una reflexión de fondo de carácter institucional y no personal. Si en algo se pudiera evaluar esto, es que la parte que comporta de sacrificio personal, lo hace desde el punto de vista de responsabilidad con la institución.

P. ¿Y por qué ahora es mejor para la institución que abdique?

R. Entre otras cosas, por demostrar que su apuesta es más institucional que personal. Él piensa en la institución y piensa en la madurez del hijo para asumirla.

P. ¿Este paso consolida la Monarquía para los próximos cincuenta años?

R. Eso no lo puede decir nadie. Independientemente de que el papel del Príncipe como jefe de Estado será determinante para lo que está diciendo. España es un país bastante peculiar. Llevamos 400 años para saber qué significa España. Y lo que es, es, aunque no lo sepamos. ¿Y sabe cuándo se ve eso? Cuando se ve desde Bogotá, Buenos Aires… Cuando se ve desde aquí parece que la olla de garbanzo hirviendo permite menos perspectiva.

P. ¿La abdicación del Rey empeora o mejora las perspectivas del futuro de España ante el desafío independentista catalán?

R. Si esta situación se interpreta como un impulso hacia un futuro de reformas necesarias y de diálogo imprescindible, podría ayudar, es lo que yo espero.

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