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hacia el final de ETA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Al ‘Tea Party’ le molesta el final de ETA

Existe la sospecha de que Interior ha forzado estas detenciones como un golpe de efecto político

Luis R. Aizpeolea

Que Arantza Zulueta era la comisaria política de ETA en las cárceles y que fue durante mucho tiempo un obstáculo para el final de la banda al oponerse a que sus presos asumieran la ley penitenciaria, frente a la izquierda abertzale, no es una novedad. Es más, fue procesada por colaboración con banda armada en 2010 y ahora estaba en libertad provisional.

Pero Zulueta estaba el sábado en la foto de Durango con los presos de ETA que personificaban la derrota de la banda. Desde el Gobierno vasco aseguran que Zulueta estaba allí porque se ha doblegado y ha asumido que los presos etarras no tenían otro remedio que aceptar la legalidad penitenciaria y renunciar a la amnistía lo que es, a la postre, un triunfo de la democracia sobre el terrorismo.

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Por eso ha sorprendido a mucha gente que haya sido detenida solo tres días después de esa foto, cuando públicamente Zulueta había mostrado su cambio de rumbo, y tres días antes de la manifestación que la izquierda abertzale ha convocado en Bilbao a favor de los presos etarras. Suena a broma que Interior diga ahora que la han detenido porque es un obstáculo para el final de ETA. Entonces, ¿por qué no fue detenida en junio de 2012 cuando reventó el debate de los presos, animado por la izquierda abertzale, para que asumieran la ley penitenciaria? Esta perplejidad la han manifestado el Gobierno vasco, el PNV y los socialistas.

Si el juez demuestra que Zulueta y su equipo han cometido un delito, no habrá nada que objetar a su actuación. Pero existe la sospecha de que Interior ha forzado estas detenciones como un golpe de efecto político, porque es un hecho que el Gobierno de Rajoy está muy presionado por su sector más radical. Esperanza Aguirre volvió el pasado miércoles a exigirle medidas drásticas, en este caso, por permitir la escenificación de la derrota de ETA en Durango. El Tea Party español, con Aznar al frente y su potente eco mediático, no ha asumido el cese definitivo del terrorismo, la legalización de la izquierda abertzale —pese a rechazar en sus estatutos el terrorismo de ETA— ni la aceptación por los presos de la ley penitenciaria. Le molesta el proceso de fin de ETA.

La responsabilidad de que estas posiciones cuajen en sectores del PP es de Rajoy, que no se ha atrevido a plantar cara cada vez que el Tea Party español suelta la demagógica expresión de que ETA gana y la democracia pierde. ¿Habrá que recordar a Aznar y sus seguidores que el fin de ETA le va a salir gratis a este Gobierno, que los presos solo saldrán cuando cumplan su condena de acuerdo con la ley, cuando él estuvo dispuesto, como presidente, al atajo de una negociación de paz por presos y que como prueba de “buena voluntad” acercó a 200 presos a las cárceles vascas?

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