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Los niños de la guerra españoles que murieron en defensa de la URSS

Monjas ortodoxas rusas honran con un monumentos a los menores republicanos que perecieron en 1941 tras marchar al frente en contra del nazismo

Las monjas marchando con los retratos de los españoles hacia el monumento.
Las monjas marchando con los retratos de los españoles hacia el monumento. Centro Español en Moscú

En el claro de un intrincado bosque, en la región de Karelia, una decena de monjas ortodoxas rusas vestidas de negro marchan silenciosas en procesión y sostienen en el aire los retratos de 11 chicos republicanos españoles que perecieron en estos olvidados parajes en 1941 tras marchar al frente voluntarios a luchar por la URSS en contra del nazismo.

La ceremonia sin precedente estremeció de emoción a María Teresa Casero, la presidenta del Centro Español de Moscú, y a sus compañeras en esta institución, Elena, Marina y Julia, asistentes todas ellas a la inauguración el 24 de junio de un monumento a los niños de la guerra españoles caídos por la Unión Soviética en las inmediaciones de Siandeba, en el distrito de Olonetski, en Karelia.

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El monumento consiste en dos lápidas de mármol negro sobre las que están grabados los nombres de 23 españoles —aquellos cuya identidad está confirmada ya documentalmente, aunque solo disponían fotos de 11— que lucharon en Karelia en las filas de unas milicias populares —la tercera división Frunze—. En aquellas milicias se alistaron como voluntarios decenas niños de la guerra españoles, en parte aquellos que, por su edad, no fueron evacuados de Leningrado junto con otros menores españoles residentes en aquella ciudad cuando Alemania invadió la URSS. Alekséi Kolodéznikov, jefe del grupo de búsqueda Línia Fronta (Línea del Frente) de San Petersburgo, calcula que entre 74 y 78 españoles murieron en el frente de Karelia y ha reunido los nombres de 62.

La iniciativa de fijar los nombres de los españoles que perecieron en la zona de Siandeba pertenece a las monjas del monasterio femenino de la Asunción y, en concreto, a la madre Varvara, la abadesa de esta comunidad ortodoxa cuya espartana vida discurre retirada del mundo a unos 300 metros del nuevo monumento. En septiembre pasado en Moscú, la madre Varvara explicó que la historia de aquellos chicos españoles voluntarios "conmovió" a las hermanas. La abadesa fue una de las participantes en una rueda de prensa en la agencia Tass en la que se reveló el hallazgo de los restos de Martín Peña Sentoria, el primer español identificado en los últimos 10 años por Linia Fronta.

En 2016 en una operación en los bosques de Siandeba, los grupos Línea Fronta y Patriot hallaron los restos 14 combatientes y, de ellos, cuatro fueron identificados. Peña fue uno de ellos gracias a un medallón que portaba con sus señas personales contenidas en una cápsula. Los combates en los que pereció el español ocurrieron en agosto de 1941.

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En Siandeba, durante la inauguración del monumento el pasado domingo, Andréi Suchkov, el voluntario que efectuó el hallazgo, entregó al embajador de España, Ignacio Ybañez varios objetos pertenecientes a Peña, un trozo de pala, unos casquillos de bala, un detalle de una máscara antigas, trozos de metal no identificados y trozos de calzado. Todos estos objetos han sido depositados en el consulado español en San Petersburgo en espera de que puedan ser entregados a la familia del muerto, si esta llega a encontrarse. De Peña apenas se sabe nada, excepto que nació en 1923, confirma Maria Teresa Casero, y que antes de llegar a la casa de niños de Leningrado había pasado por Odessa, tras llegar a la URSS en 1937.

En Siandeba hay un memorial a los caídos en la guerra de la URSS contra la invasión nazi y allí, en una tumba colectiva están los restos de tres españoles hallados anteriormente, pero la madre Varvara, deseó que éstos tuvieran un lugar especial propio en su memoria. En los bosques de la zona, casi intransitables e invadidos por los mosquitos e insectos en esta época del año, todavía se ven las huellas de las trincheras y las pertenencias (trozos de ropa, calzado y equipo) de quienes aquí combatieron y murieron. A consecuencia de la guerra civil española llegaron a la URSS un total 2895 niños entre cinco y 15 años. En la actualidad en Rusia quedan varias decenas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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