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Dos barcos militares italianos apoyarán al ‘Aquarius’ para llevar a Valencia a los 629 migrantes

El barco humanitario había descartado anoche poder ir a España por la falta de suministros

Un rescatador de SOS Méditerranée con un bebé.Vídeo: ÓSCAR CORRAL

Los 629 migrantes que hay a bordo del Aquarius, rescatados frente a la costa libia la noche del sábado al domingo, ya han sido informados de que tienen un destino y un puerto seguro que les quiere acoger. Está en España, es Valencia. Han recibido la noticia, al principio, mirándose a los ojos, intentando comprender si eso era bueno o no. Después han podido preguntar los que han querido, pero no había respuestas tajantes a todas las preguntas. Se ha ido perdiendo la inquietud y se ha visto como el destino, España, era recibido de manera muy distinta en función de las nacionalidades. Los subsaharianos están entusiasmados, muy contentos de ir a España. No saben mucho, al margen del fútbol, pero creen que tendrán muchas más oportunidades para estudiar que en sus países de origen. En cambio, los marroquíes y argelinos están profundamente preocupados, temen que los deporten. Ya está a la vista uno de los dos barcos militares italianos a los que será trasladada parte de los migrantes para, junto al Aquarius, formar la flotilla que viaje a Valencia.

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Varias decenas de varones han sido los primeros en abandonar el Aquarius para subirse a una lancha de la Guardia Costera italiana que les ha llevado hasta el barco de guerra en el que viajarán a Valencia. Dos de los marineros del barco humanitario les iban poniendo uno por uno chalecos salvavidas al lado de la escalerilla. Cada uno se llevaba la mochila con una manta que recibió al llegar. La hora previa ha sido un hormigueo en todas las cubiertas. A los maridos les han pedido que se reunieran con sus esposas —“solo los casados que tengan hijos, insistían”—, para asegurarse que en el proceso de repartir a los 629 en tres naves no quedaran familias separadas. “Amigo, busca a tus familia, a tus amigos y quédate con ellos”, les iba diciendo el altísimo Wademer Mischutin, un rescatador de SOS Mediterranée, alemán hijo de ruso. Muchos buscaban un bolígrafo con el que anotar un teléfono en un trozo de cartón. Para poder reencontrase en España algún día.

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Las autoridades italianas informaron esta mañana al Aquarius que viajarían finalmente a la costa valenciana, según ha confirmado en el puente de mando Nicola Stalla, el coordinador de rescate de SOS Mediterráneé. Los motivos que, según explicó él anoche, lo impedían –la imposibilidad de garantizar la seguridad con todo el grupo en una sola embarcación-- han sido resueltos. La flotilla distribuirá a los 629 migrantes del siguiente modo: el Aquarius, barco fletado por SOS Mediterráneé y Médicos sin Fronteras, llevará a un centenar de migrantes (los que caben a cubierto), mientras el resto de ellos será trasladado a sendos buques de la Guardia Costera y de la Marina italiana. “Eso permitirá que el Aquarius haga una travesía con la seguridad garantizada”, ha añadido. Italia ha mandado comida y medicinas al barco esta mañana. La travesía durará en condiciones idóneas unos tres días y medio, según Stalla, marino mercante. La partida se espera para esta tarde.

La ley del mar estipula que los rescatados deben ir al puerto seguro más cercano, aunque en esta ocasión será a uno lejano. El Aquarius buscaba un destino para estos refugiados e inmigrantes desde que el domingo, ya con 629 a bordo, incluidos 400 trasladados desde barcos militares italianos, el nuevo Gobierno de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas anunciara el cierre de sus puertos a los barcos de las ONG que salvan vidas en el Mediterráneo. El lunes el nuevo presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, ofreció la opción Valencia.

A última hora de la noche del lunes, Stalla decía que emprender la travesía con todo el grupo era imposible porque implica que tendrían que dormir al raso y el tiempo estaba empeorando, por lo que supondría “poner en peligro al barco, a la tripulación y a los rescatados”. Las negociaciones a través del Centro de Coordinación Marítima de Roma, el encargado de coordinar los rescates y la llegada de todos los migrantes a bordo, han continuado durante toda la noche y han prosperado en la opción Valencia con el apoyo de los dos barcos italianos.

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Esta solución contenta a Italia, que mantiene el cierre de sus puertos, y al presidente español, que resuelve una crisis humanitaria que afecta de lleno a la política migratoria europea. En cuanto se conoció la propuesta española, el nuevo ministro del Interior italiano, el xenófobo Matteo Salvini, cantó victoria inmediatamente en un tuit.

Los detalles del traslado se irán perfilando a lo largo del día pero la operación de traslado a los otros buques llevará tiempo. Valencia está a 700 millas náuticas (unos 1.300 kilómetros) del punto entre Malta e Italia donde ahora se encuentra el barco humanitario.

La situación a bordo es de calma en general pero la tensión va en aumento. Ninguno de los migrantes están críticos pero hay muchos enfermos, hay siete embarazadas, una decena de niños, 123 menores no acompañados… Todos salieron de Libia, un infierno sobre todo para los subsaharianos y están exhaustos. La batalla para conseguir un hueco donde dormir es uno de los asuntos que más fricciones levanta en las últimas horas. Tantísima gente en un espacio tan reducido –con 77 metros de eslora, está preparado para acoger durante un par de días o tres a 550 personas— supone un gran riesgo porque la situación puede deteriorarse muy rápidamente.

El Aquarius es uno de los pocos barcos de ONG que quedan en el Mediterráneo central, donde en lo que va de año se han ahogado 784 migrantes, según el recuento la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. El viernes se convirtió en el primero de ellos que zarpaba a la zona de rastreo y salvamento frente a Libia desde la toma de posesión del nuevo Gobierno italiano, abiertamente anti inmigrantes.

Para la madrugada del sábado, el equipo de rescate de SOS Mediterránée había salvado de morir ahogados a 229 migrantes que iban en dos pateras, una de las cuales se rompió. A 40 los tuvieron que sacar del agua. Los 400 restantes fueron trasladados al Aquarius desde barcos militares italianos tras ser rescatados por ellos mismos o por barcos mercantes que se los toparon.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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