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Bruselas solo mediará entre España y Cataluña si lo pide Mariano Rajoy

La Comisión Europea reitera su respeto por la Constitución española ante el desafío independentista

Claudi Pérez
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker en la Eurocámara de Estrasburgo (Francia).
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker en la Eurocámara de Estrasburgo (Francia).EFE
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Bruselas evita pronunciarse sobre el referéndum más allá de las consignas ya conocidas: sobre Cataluña, lo que digan las Cortes y el Constitucional, y en todo caso si hay independencia Cataluña saldría de la UE de forma fulminante. Pero ese ritornelo presenta una novedad por la aceleración de los acontecimientos durante las últimas horas: la Comisión Europea se ha negado hoy a mediar entre España y Cataluña, tal y como solicitaba el presidente catalán, Carles Puigdemont, en un artículo en The Guardian en el que acusa a Mariano Rajoy de incumplir la ley para impedir el referéndum y hace continuas referencias “al pasado oscuro” de España, “cuando la palabra democracia no formaba parte del diccionario español”. El brazo ejecutivo de la UE, sin embargo, podría avenirse a actuar como mediador siempre que se vuelva al orden constitucional —lo que supondría, de facto, la retirada del referéndum— y siempre que Rajoy lo solicite, algo que la propia Comisión ve muy improbable, según las fuentes consultadas en Bruselas.

La internacionalización del procés coge al Gobierno con el pie cambiado. Tras la aprobación exprés, sin apenas garantías, de la ley del referéndum en el Parlament, los medios internacionales criticaron sin ambages la situación creada por el Gobierno catalán. Las detenciones y registros practicados por la Guardia Civil por orden judicial, sin embargo, han reavivado las simpatías en la prensa europea por el procés. Las preguntas de los corresponsales comunitarios a la Comisión en Bruselas han tenido hoy un claro sesgo a favor de las tesis de Puigdemont. Las fuentes europeas consultadas apuntan que Rajoy “está perdiendo la batalla de la opinión pública internacional”. Bruselas mantiene “continuos contactos con el Gobierno español”, según las mismas fuentes, pero prefiere hacerse a un lado por el momento: “La Comisión no va a postularse como mediador sin que el Gobierno español lo pida". Bruselas ya jugó ese papel en los acuerdos del Viernes Santo entre Irlanda y Reino Unido, "pero se trataba de dos Estados miembros; no es el mismo caso”. La Comisión ha mediado también entre España y Portugal por asuntos relacionados con el sector energético, pero de nuevo con esa formidable salvedad: se trata de dos Estados miembros, no de un Estado y una región de ese Estado.

La Comisión ha reiterado hoy el respeto a la Constitución y al orden jurídico español tras los últimos registros y detenciones, en una interminable rueda de prensa en la que ha habido 11 preguntas al respecto, muchas de ellas de medios franceses, belgas y británicos. “No hay nada más que añadir”, ha dicho un portavoz ante la insistencia de los periodistas. Tanto el presidente Jean-Claude Juncker como los vicepresidentes Frans Timmermans y Valdis Dombrovskis han dejado claro la posición de Bruselas sobre ese asunto en la última semana. Pero el procés ha entrado con claridad en la agenda europea. “Difícilmente puede haber referéndum, pero la situación ha saltado a otro nivel: el riesgo es ahora un conflicto en las calles”, asegura el think tank Eurointelligence.

Con todo, casi nadie habla en público en las instituciones europeas sobre Cataluña. Y quienes están obligados a hacerlo se dedican a repetir mantras precocinados para evitar meterse en follones. Los pasillos de Bruselas, sin embargo, son otra cosa: el procés era un asunto muy tangencial en la capital europea hasta hace muy poco, pero los funcionarios europeos y los embajadores de los Veintiocho han pasado a observar muy de cerca “y con preocupación” todo ese asunto, según uno de ellos. Más allá de esa preocupación solo hay, de momento, una letanía de tópicos. Encabezados por este: “Es un asunto interno de España”.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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