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Interior justificó las medallas a la brigada patriótica en su “meritoria trayectoria profesional”

La comisión parlamentaria de investigación del Congreso recibe la relación de 595 medallas pensionadas concedidas por Fernández Díaz

Óscar López-Fonseca
Jorge Fernández Díaz habla por teléfono en una imagen de archivo.
Jorge Fernández Díaz habla por teléfono en una imagen de archivo.Uly Martín

La Dirección General de la Policía ha remitido a la comisión parlamentaria de investigación sobre la utilización partidista del Ministerio del Interior la relación de 595 policías que entre enero de 2012 y diciembre de 2016, con Jorge Fernández Díaz al frente del departamento, recibieron una medalla de plata o una cruz roja (ambas acompañadas de un incremento vitalicio de sueldo) y los motivos esgrimidos para su concesión. En el listado figuran varios de los mandos señalados como integrantes de la llamada brigada patriótica.

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Entre los recompensados en 2013 con una medalla roja (pensionada con un incremento del sueldo del 10% de manera vitalicia) aparece el ya jubilado comisario José Manuel Villarejo, recientemente imputado por la agresión a la doctora Elisa Pinto, y ya investigado anteriormente en el caso Nicolay. Destinado en aquel momento en la Dirección Adjunta Operativa, fue el máximo responsable de ésta, el también comisario Eugenio Pino, quien lo propuso para la distinción por su “meritoria trayectoria profesional”.

Ese mismo año, otros tres mandos policiales salpicados por el escándalo de la policía patriótica fueron condecorados. Uno fue el comisario Marcelino Martín-Blas, entonces máximo responsable de la Unidad de Asuntos Internos y que, tras estallar el caso del Pequeño Nicolás, fue cesado de aunque siguió dirigiendo esta investigación hasta su jubilación el pasado abril. Junto a él aparece el actual responsable del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), José Luis Olivera, ex jefe de la UDEF y entonces destinado en un organismo ahora desaparecido.A finales de 2012 trascendió que ambos habían acudido a la Fiscalía de Barcelona para convencer a los encargados del caso Palau de que solicitaran el registro de la sede de Convergència con el fin de ahondar en las pesquisas sobre la supuesta financiación irregular de la formaciónEn ambos casos, el documento ahora remitido a la comisión del investigacíón repite como justificación la “meritoria trayectoria profesional” de ambos.

También en 2013 recibió una medalla pensionada el inspector jefe Bonifacio Díez Sevillano, actualmente destinado en la embajada de España en México y al que un juez de Plaza de Castilla ha citado recientemente a declarar por su relación con el pendrive de origen desconocido que la brigada política intentó colar en el caso Pujol. Díez Sevillano estaba entonces destinado en la Jefatura Superior de Castilla y León. En concreto, en la Brigada de Seguridad Ciudadana. Sin embargo, su condecoración fue a propuesta del comisario Pino por la “investigación [de] tramas dedicadas a evadir dinero a Andorra”. Considerado una de las personas de máxima confianza de éste, Díez Sevillano fue señalado por el banquero andorrano Higini Cierco como presunto participante en una extorsión para que facilitara información sobre las cuentas de la familia Pujol.

En 2014 le tocó el turno al inspector jefe José Ángel Fuentes Gago, hombre muy cercano también al comisario Pino y la persona que puso en contacto al jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, con Jorge Fernández Díaz, según desvelaron las polémicas grabaciones de las conversaciones que ambos mantuvieron en la sede de Interior. Fuentes Gago, actualmente destinado en la embajada española en La Haya, recibió dicha condecoración a propuesta de Pino, en cuyo equipo trabajaba pese a que oficialmente pertenecía a la plantilla de la Jefatura Superior de Cantabria. En su caso, se justificó la medalla roja por “meritorio hecho concreto” que, sin embargo, no se detalla.

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El último en recibir la condecoración fue el propio comisario Eugenio Pino, a quien se le otorgó una cruz de plata, recompensada con un incremento del 15% de su salario de manera vitalicia. En su caso, de nuevo, la justificación fue su “meritoria trayectoria profesional”. El proponente, su superior, el entonces director general de la Policía, Ignacio Cosidó.

Medallas similares se entregaron esos años a dos agentes que sobrevivieron al ataque yihadista a la embajada española en Kabul, a un policía herido de bala en un atraco en el que murió una agente y a otro que resultó “lesionado de gravedad en actuación policial”, además de a otro comisario que se jubilaba. En el auto en el que el juez José de la Mata enviaba su investigación sobre el pendrive fantasma del caso Pujol a los Juzgados de Plaza de Castilla sugería a Interior que retirase a Pino este reconocimiento.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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