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La subida de tasas amenaza a los universitarios de fuera de la UE

La Complutense teme que el incremento de matrícula establecido por un decreto de la Comunidad cause una "estampida" y que la universidad descienda en el ranking internacional

Aitor Bengoa
Estudiantes chinos en la Facultad de Comercio de la Universidad Complutense de Madrid, en una imagen de 2014.
Estudiantes chinos en la Facultad de Comercio de la Universidad Complutense de Madrid, en una imagen de 2014. Claudio Álvarez

La Universidad Complutense acumula en una caja más de mil quejas por escrito de alumnos de países extracomunitarios que se sienten estafados y llenos de incertidumbre. El motivo: hicieron su matrícula por un importe y ahora, una vez empezado el curso y habiéndose establecido en la capital, ven posible que a raíz de un decreto de la Comunidad de Madrid se les obligue a pagar cuatro veces más por sus estudios. Este cambio, que les ha cogido por sorpresa, ya ha causado las primeras anulaciones de matrículas en este centro educativo, al que le preocupa que se dé una "estampida" de alumnos foráneos que acarrearía una pérdida de riqueza académica y un descenso en los rankings de internacionalización, así como en la reputación de la universidad madrileña.

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El vicerrector de Estudiantes de la Universidad Complutense, Julio Contreras, pone como ejemplo que con la nueva normativa, un alumno extranjero procedente de un país ajeno a la Unión Europea que haya accedido a estudiar por unos 1.700 euros (la tasa máxima por cursar un grado en este centro), tendría que pagar ahora cerca de 8.000 por seguir estudiando.

Pero el problema para estos estudiantes, más allá del súbito incremento de la cuantía, es que el decreto que fija las tasas entró en vigor en agosto, cuando el grueso de los alumnos, según la Complutense, ya se había matriculado en los meses de junio o julio tras pagar los importes previos a la nueva norma, cuatro veces más baratos.

Los planes de Josefa Moreno, una estudiante chilena de 23 años, se han truncado con esta subida. Explica por teléfono desde su país que a su familia no le sobra el dinero —"somos ocho hermanos"—, por lo que ella llevaba mucho tiempo "trabajando y juntando plata" para estudiar una maestría en Bellas Artes en la Complutense, atraída por "el buen prestigio" de esta institución. Su solicitud fue aceptada, pero a mediados de octubre le comunicaron la subida de las tasas y vio que con el dinero que tenía no podría afrontarlas. "Es frustrante", dice cuando relata cómo supo "así, de un día para otro", que su proyecto "se volvió impagable".

La Comunidad: "No es discriminatorio"

SOS Racismo asegura haber enviado una carta a la Consejería pidiendo la derogación del decreto por considerarlo discriminatorio. La carta de la ONG está expuesta en su web y muestra el sello de haber sido registrada en la Comunidad. Sin embargo, la Consejería de Educación ha explicado a EL PAÍS que no tiene constancia de haber recibido la misiva, pero que llevará a cabo la "oportuna valoración una vez que estudie al detalle su contenido".

Educación señala que "la gran mayoría de las comunidades autónomas aplican tasas superiores a los alumnos extracomunitarios" y que Madrid "ha rebajado este curso en un 10% las tasas para los estudiantes matriculados en todas las universidades públicas madrileñas, tanto alumnos españoles como procedentes del resto de países de la Unión Europea".

El organismo educativo regional reconoce tener constancia oficial de una sola queja de un estudiante afectado por la subida de las tasas. "La medida no es excluyente ni discriminatoria ya que afecta a la totalidad de los alumnos de países extracomunitarios sin convenios de reciprocidad suscritos con las universidades madrileñas", concluye la Consejería.

"Hay estudiantes extracomunitarios que literalmente dicen que esto es una estafa, que ellos han venido con unas condiciones y que no se las podemos cambiar así", explica Contreras. No solo los alumnos se quejan. Organizaciones y universidades extracomunitarias que han actuado como intermediarias quieren saber qué va a pasar con los alumnos que han enviado a estudiar a Madrid. Algunos vienen becados por sus países de origen con una cantidad cerrada, concedida sobre la base de las tasas previas al decreto, explica Conteras. Algunos centros ya han advertido que si se les aplica este curso el decreto podrían derivar a sus estudiantes a otras comunidades o a otros países.

Menos tasas para el resto

Si bien el decreto incrementa los aranceles universitarios a los estudiantes de países ajenos a la UE, beneficia al resto de alumnos, a los que rebaja en un 10% dichas tasas. La Comunidad de Madrid ha explicado a EL PAÍS que el nuevo gobierno regional decidió aprobar el decreto tras apenas un mes desde la constitución del Ejecutivo precisamente "con el objetivo de que esa bajada de tasas pudiese tener efecto este mismo curso". 

El Gobierno regional recuerda que el Tribunal Supremo notificó a la Comunidad de Madrid —"sólo un mes antes de la aprobación del decreto"— la sentencia que "le obliga a fijar un precio exacto de las tasas, tal y como solicitó la Universidad Complutense mediante un recurso". Añade que "este decreto de precios no impide que cada universidad, en uso de su autonomía, fije el precio que considere oportuno a los alumnos extracomunitarios mediante los mecanismos que tiene a su alcance", como los convenios de reciprocidad entre centros.

El vicerrector ha destacado que la relación con la Comunidad de Madrid, que ha estrenado equipo de Gobierno tras las elecciones autonómicas, funciona bien. Ha calificado como "positiva" la rebaja del 10% en las tasas al resto de alumnos —aunque en los últimos años llegaron a encarecerse más de un 60%. Sin embargo, reconoce que el hecho de que el decreto haya sobrevenido de esta manera supone un problema en el caso del alumnado extracomunitario porque les deja con poco margen de maniobra.

¿Descenso en los rankings?

En los rankings internacionales de universidades los niveles de internacionalización son un factor que se tiene en cuenta. Si suben las tasas y si parte de los estudiantes decide abandonar por no poder afrontar los costes de sus estudios, es previsible que las universidades madrileñas desciendan en estas clasificaciones.

Estudiar en Madrid, en comparación a hacerlo en centros de otros países europeos como Alemania o Francia, "es caro", señala el vicerrector. Muchos extranjeros vienen por "el buen sello" de las instituciones académicas madrileñas y para aprender o perfeccionar el español, porque es una puerta de entrada a Latinoamérica.

En la Complutense hay casi 4.000 alumnos extracomunitarios de grado y más de 1.000 que cursan maestrías. El colectivo más amplio es el de los estudiantes chinos, que son la nacionalidad extracomunitaria mayoritaria en la Complutense, con más de 1.000 alumnos procedentes del país asiático. De ellos, cerca de la mitad han presentado quejas por escrito. El vicerrector señala que los coordinadores de algunas instituciones extranjeras le han comentado que si la subida se lleva a cabo en este periodo lectivo, el mensaje que se va a lanzar es "no vengas a Madrid". La Comunidad, por su parte, cree que la subida de precios "en absoluto" afectará a la imagen de las universidades madrileñas en el exterior.

A la espera de una moratoria

El incremento de tasas está en vigor pero aún no se ha materializado. La Complutense ha solicitado una moratoria en la aplicación de esta medida, que está siendo analizada por la Comunidad. Ello permitiría retrasar la entrada en vigor del decreto hasta el próximo curso. Cientos de alumnos viven pendientes de ello, aunque algunos ya han anulado sus matrículas y han hecho las maletas, según refiere Contreras, que todos los días recibe quejas y noticias de que alguno ha renunciado porque, con la incertidumbre sobre lo que ocurrirá, prefieren no arriesgarse. Para que pueda darse una moratoria, hay que modificar el decreto. "Estamos expectantes", indica Contreras.

En el caso de que tengan que aplicar la subida este curso, la Complutense y otros centros públicos, como la Universidad Autónoma de Madrid, se plantean costear ayudas que compensen la diferencia a los alumnos extracomunitarios que ya estudian en la Comunidad. Otros estudiantes esperan poder hacerlo en el futuro. Como Josefa Moreno, que desde el otro lado del charco, se muestra esperanzada: "Voy a seguir ahorrando plata y ojalá el año que viene pueda estudiar en Madrid".

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