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El bloqueo en Andalucía vaticina la dificultad de la política de pactos

La oposición vuelve a rechazar la investidura de la candidata Los partidos mayoritarios alertan sobre la ingobernabilidad

Susana Díaz, en el segundo día de votaciones para su investidura.
Susana Díaz, en el segundo día de votaciones para su investidura.PACO PUENTES

El fantasma de la inestabilidad recorrió los cuarteles generales de los grandes partidos ante la situación sin salida que se produjo este viernes, por segunda vez, en Andalucía, con la negativa de todas las fuerzas políticas a permitir la investidura de la socialista Susana Díaz. El temor atenaza sobre todo a PP y PSOE, aunque también a CiU y al PNV y desde hoy mismo las llamadas al voto útil van a arreciar. El ejemplo andaluz va a ser aireado como argumento de campaña, según interlocutores de las grandes formaciones. Ese miedo lo comparten populares y socialistas aunque en Andalucía el PP también participa, junto a Ciudadanos y Podemos, de la negativa a permitir que Díaz sea investida.

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Ahora en las autonomías, y dentro de seis meses en el Gobierno de la nación, la fragmentación va a ser un hecho y con ella, “la dificultad de gobernar”, según declaró a EL PAÍS el presidente del Principado de Asturias, el socialista, Javier Fernández. Habrá parlamentos atomizados, en los que sacar adelante una ley “para los ciudadanos” será una batalla diaria, vaticinó.

En esta misma tesis, el expresidente Felipe González huyó deliberadamente del tono tremendista, pero no dejó dudas sobre su inquietud por lo que ocurre en Andalucía y puede ocurrir en el resto de España: “La italianización de la política, pero sin políticos italianos”. Y criticó: “Los llamados partidos emergentes piden hechos y no palabras a Susana Díaz, lo contrario de lo que es un programa de investidura; primero serán las palabras, y luego los hechos”. Las urnas han dado a Díaz, “un éxito electoral considerable”, apostilló.

Ese éxito electoral, sin embargo, refleja un escenario político inquietante: ningún partido con mayoría absoluta y las grandes formaciones, abocadas a pactar con los partidos emergentes. El bloqueo político en Andalucía, enseñoreándose desde el primer día de la campaña para las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo, alarma a los aspirantes a presidir las 13 comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla. Todos aspiran a tener mayorías suficientes para formar gobierno, pero empiezan a ser conscientes de que los partidos de nuevo cuño están dispuestos a demostrar que su vocación no es la de ser bisagra ni muleta de otros. No se quedarán impasibles los partidos tradicionales ante esta situación sino que tratarán de defenderse. En estos días entonarán la denuncia de quienes “no quieren comprometerse” solo criticar.

La consecuencia por ahora en el Parlamento andaluz ha sido el bloqueo de la formación de Gobierno. Susana Díaz necesitaba este viernes que se abstuviera el PP (33 diputados), Ciudadanos (9) y Podemos (15) o esta última formación con IU (5). Sin embargo, los 62 diputados de la oposición votaron en contra y los 47 del PSOE fueron insuficientes. De mantenerse esta situación, en dos meses habría que volver a convocar elecciones. “No me da miedo”, afirmó Susana Díaz, quien acusó al presidente nacional del PP y del Gobierno, Mariano Rajoy, “de liderar el bloqueo” por intereses electorales.

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Felipe González critica que se pidan “hechos” en un acto de investidura

La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada el viernes muestra un panorama similar en España tras el próximo 24 de mayo. Solo Castilla y León contaría con mayoría absoluta del PP. En el resto, socialistas y populares solo podrían formar Gobierno con el apoyo de una o dos fuerzas.

“Es surrealista y roza el ridículo”, afirmó Susana Díaz tras el nuevo rechazo del Parlamento andaluz a la fuerza más votada sin que ninguno de los otros partidos haya planteado alternativa. Díaz atribuye la situación a que “están esperando a que les salgan las cuentas”, en referencia a los próximos resultados electorales, y achacó la formación de lo que denominó “bloque del no” directamente a Rajoy, a quien tachó de irresponsable por liderarlo.

Díaz se refirió también a los resultados del CIS y consideró que es un “mensaje claro a la gente” de que su “voto no es útil” si la consecuencia es el bloqueo institucional. Si este persiste en Andalucía, en dos meses se convocarán nuevas elecciones. “No me da miedo”, afirmó. Así será, y los andaluces volverán a ser llamados a las urnas a no ser que “los partidos emergentes”, acepten el reto, de “perder la virginidad” y comprometerse, en palabras del expresidente Felipe González.

Diálogo y manos tendidas

En Asturias, en Extremadura, y en Castilla-La Mancha, los socialistas, de acuerdo con la última encuesta del CIS, temen un escenario de acuerdos imposibles a pesar de que tiendan la mano y traten de aproximarse a otros partidos, singularmente Ciudadanos, aunque también a Podemos e IU, allí donde tengan representación. No renuncian a intentar presidir Gobiernos en Madrid y Valencia, por el mismo procedimiento del diálogo. El ejemplo perturbador es lo que le ocurre a su compañera Susana Díaz en Andalucía. Pero tampoco el PP está precisamente tranquilo porque su objetivo es gobernar en Madrid y en Valencia, con el concurso imprescindible de Ciudadanos.

La presidenta castellanomanchega, Dolores de Cospedal, tampoco da por perdido el Gobierno aunque las encuestas le quitan la mayoría absoluta. Y esa es la situación para el PP en Aragón, Cantabria, Murcia, La Rioja y Baleares, en donde tendrá que tender las dos manos a Ciudadanos para conseguir hacerse con la presidencia.

La actitud tanto del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, como de Pablo Iglesias, de Podemos, no augura que la voluntad y disposición a aceptar muchos de sus postulados vaya a ser suficiente.

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