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El sector conservador se hace con el poder de las dos salas del Constitucional

Pérez de los Cobos impide el voto de calidad de la vicepresidenta al anular un posible empate

La concordia que parecía reinar en el Tribunal Constitucional con la elección, por unanimidad, de Francisco Pérez de los Cobos como presidente ha durado poco. El presidente ha dado un golpe de mando que ha provocado que el sector conservador se haga con el control y poder de las dos salas que integran el tribunal.

El hecho de que existiera una mayoría, de una u otra tendencia, no había llevado hasta ahora a que la mayoritaria se impusiera en las dos salas. Sin embargo, Pérez de los Cobos no ha querido dejar flecos sueltos pese a su anunciada intención de despolitizar el tribunal. Para ello, ha neutralizado la posibilidad de que la vicepresidenta, Adela Asúa (progresista), utilice su voto de calidad en la sala segunda, ya que ha designado a cuatro conservadores y dos progresistas para que la integren. Mientras, la primera, presidida por el propio Cobos, está repartida entre tres progresistas y tres conservadores y el presidente podrá echar mano de su voto de calidad en caso de empate.

Durante los mandatos anteriores, de los progresistas Pascual Sala y María Emilia Casas, la sala segunda estuvo conformada por tres magistrados de cada uno de los sectores, de manera que el desempate quedaba en manos de la tendencia minoritaria, que presidía la sala. Aquello se acabó.

El malestar que ha causado una de las primeras decisiones del presidente no es solo por el reparto, que deja patente el desequilibrio, sino por los especialistas que ha designado para cada sala. Con la nueva formación, en la sala primera hay dos expertos en derecho civil, Encarnación Roca y Juan Antonio Xiol, mientras que en la segunda no hay nadie especializado en dicha materia. Algo parecido ocurre en la sala que preside Asúa, catedrática de Derecho Penal, en la que estará acompañada por Enrique López, que pasa por estar especializado en dicha materia, mientras que en la sala primera no ha dejado a ningún penalista.

En el reparto de los temas pendientes, al polémico López (rechazado por la mitad de sus compañeros y salvado por el ya expresidente Sala) se le ha atribuido la ponencia tras la que se ha de decidir si respecto de la condena por desobediencia que les impuso el Tribunal Supremo en 2008.

Sobre la mesa, los magistrados tienen la ponencia encargada a su antecesor, Pablo Pérez Tremps para decidir si se ampara y absuelve al expresidente del parlamento vasco, Juan María Atutxa, condenado por un delito de desobediencia a autoridad judicial por no disolver Sozialista Abertzaleak (SA) tras la ilegalización de Batasuna en 2003.

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