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Sanidad ya vigila a 100 personas que tuvieron algún contacto con Romero

83 personas se controlan en casa y hay 15 ingresadas por ser "contactos de alto riesgo" El comité científico transmite “absoluta tranquilidad” porque ninguno tiene síntomas

Elena G. Sevillano

Los casos en observación por haber tenido algún contacto o por haber coincidido con Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada de ébola, durante los seis días en los que presentó síntomas de enfermedad e hizo vida normal se han elevado hasta llegar al centenar. Además de las 15 personas ingresadas actualmente en el hospital Carlos III de Madrid y que están en vigilancia por considerarse “contactos de alto riesgo”, hay otras 83 que los expertos de salud pública han incluido en la lista de los que deben ser monitorizados, según ha podido saber este diario. La última cifra que se ofreció oficialmente fue 52.

Estas 83 personas permanecen de momento en sus casas y son sometidas a lo que los expertos llaman “vigilancia activa”, es decir, reciben la llamada del personal de salud pública de la Comunidad de Madrid dos veces al día para asegurarse de que se toman la temperatura y para preguntarles cuál es el resultado. La vigilancia pasiva es la que se usó en un primer momento, cuando las personas de riesgo, como Romero, que atendió a los religiosos infectados, eran las que llamaban al teléfono indicado para comunicar si les subía la fiebre.

Entre este grupo de personas controladas a distancia por las autoridades están el técnico sanitario y el conductor de la ambulancia que trasladó a Romero desde su casa hasta el hospital de Alcorcón y los siete pacientes que usaron ese mismo vehículo durante el resto de la jornada. La ambulancia, que no estaba preparada para trasladar a pacientes infecciosos, siguió trabajando sin ser descontaminada durante las 12 horas del turno de ese equipo.

La lista de las personas en vigilancia activa se completa con vecinos que residen en la misma urbanización de Alcorcón que la auxiliar y su marido, Javier Limón —ingresado también en el Carlos III como contacto “de alto riesgo” y sin síntomas—, con pacientes del centro de salud que Romero visitó el día 30 de septiembre, cuando ya tenía fiebre, y con otros profesionales sanitarios que, aunque no trataron directamente a la auxiliar, trabajaban en los centros sanitarios donde fue atendida.

Según distintas fuentes consultadas por este diario, la auxiliar esperó su turno en el centro de salud Pedro Laín Entralgo de Alcorcón, a pocos centenares de metros de su casa, en una sala en la que aguardaban varias personas más. De esta visita a su médica de familia la mujer salió con un diagnóstico de gripe y una receta de paracetamol, que entre otras cosas tiene efecto antipirético, es decir, baja la fiebre. La auxiliar no reveló que había atendido en su trabajo a un paciente enfermo de ébola, el misionero Manuel García Viejo, fallecido el 25 de septiembre.

La vigilancia activa de los contactos de esos seis días ha permitido comprobar que ninguna de las cerca de 100 personas estudiadas presenta síntomas. Así lo aseguró ayer Fernando Rodríguez Artalejo, miembro del comité científico nombrado por el Gobierno, durante una rueda de prensa: “En este momento no hay ninguna persona en España con la capacidad de transmitir el virus del ébola más allá de la paciente”. Y añadió: “Estamos en una situación de absoluta tranquilidad desde el punto de vista de la salud pública”.

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Rodríguez Artalejo, catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, anunció también que se creará un programa de formación para todos los trabajadores que puedan tener contacto con personas contagiadas o con las sospechosas de padecer la enfermedad, incluido el personal sanitario y la Policía y los Bomberos. Preguntado sobre si iniciar el programa ahora no supone reconocer implícitamente que la formación proporcionada a los sanitarios ha sido insuficiente, aseguró que no. “Todos quienes formen parte de la lucha contra el virus serán formados”, añadió. Los cursos los dirigirá la Escuela Nacional de Sanidad, que depende del Instituto de Salud Carlos III.

Un equipo de 50 personas se encarga en exclusiva de atender a Romero en la sexta planta del Carlos III. Todos voluntarios, añadió el experto, que también hizo un llamamiento a los profesionales sanitarios que quieran ofrecerse para trabajar en este hospital. “No me consta”, respondió a si el centro está teniendo problemas para encontrar personal. “Pero toda ayuda es poca. Siempre será bienvenido quien quiera colaborar voluntariamente”. La forma de hacerlo será apuntándose al programa de formación, añadió.

El experto aseguró también que se ha designado un centro de referencia en todas las comunidades que podrá “atender de forma solvente” cualquier emergencia relacionada con la actual crisis del ébola y que se decidirá, en su momento, si es necesario trasladar a alguna persona o si todo el tratamiento puede realizarse en estos hospitales. Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguran que no está previsto divulgar cuáles son esos centros de referencia.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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