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“Sin gobierno hasta impactar con la patera de forma irremediable”

La versión oficial que acabó con un inmigrante muerto y siete desaparecidos afirma que la barca aceleró "rumbo hacia la patrullera", que no pudo virar por la avería para evitar la colisión

Mónica Ceberio Belaza

La información sobre el choque frontal entre una patrullera de la Guardia Civil y una patera frente a la costa de Lanzarote a la que trataba de rescatar con 25 personas en su interior se va aclarando en algunos puntos mientras prosigue la investigación judicial que ahora se encarga también de averiguar qué pasó exactamente. La Delegación del Gobierno en Canarias explicó este martes—cinco días después del choque mortal, que acabó con 17 personas rescatadas, una fallecida y otras siete desaparecidas— la versión que ofreció el lunes la Guardia Civil a este periódico: un fallo en la turbina dejó a la patrullera Cabaleiro sin posibilidad de maniobrar y, al no poder gobernar la embarcación en la aproximación a la patera, impactó con ella “de forma irremediable”.

La patrullera había salido de la isla de La Graciosa. Uno de los motores tuvo ya problemas durante el trayecto, hecho del cual se avisó de inmediato al Centro Operativo de Servicios de la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas. En ese momento, los agentes decidieron volver al puerto más cercano que era el de Arrecife (Lanzarote). Durante el trayecto hacia el puerto de refugio, el motor bajó su régimen hasta 700 rpm, sin responder a los mandos ni en avante ni marcha atrás, quedándose fijo.

Poco después, vieron a la patera a menos de media milla de la costa y decidieron acercarse porque se dirigía a una “zona muy accidentada, de fondo rocoso y escarpado”. La patrullera, según la Delegación del Gobierno, maniobró para cortar el rumbo a la patera y la alumbró. En contra de las primeras versiones que facilitaron al juez varios de los inmigrantes rescatados, la Delegación asegura que el barco navegó todo el tiempo con sus luces encendidas.

La versión oficial también destaca que cuando el barco de salvamento llegó a la zona donde estaba la patera el patrón de la misma abandonó el timón y, “con el objeto de no ser identificado”, se arrojó sobre los ocupantes de esta para confundirse entre ellos, dejando a la embarcación sin gobierno. Fue entonces cuando la patera se dirigió hacia la patrullera, que fue incapaz de llevar a cabo un cambio de rumbo a babor para evitar la colisión porque “no respondieron los elementos de gobierno” del barco de la Guardia Civil.

El final es conocido: la patrullera chocó con la patera; muchos inmigrantes cayeron al agua; los agentes lanzaron al mar todos los elementos flotantes de la patrullera y uno de los guardias civiles se tiró para ayudar a los que estaban más lejos.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Arrecife ha solicitado que un perito externo examine tanto la patera como la patrullera de la Guardia Civil para tratar de determinar qué pasó.

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Había habido dos llamadas previas informando de que había salido una patera de Marruecos camino de Canarias, pero no se sabía exactamente hacia dónde iba. Familiares de los que viajaban en ella llamaron por teléfono para avisar. Alguien, desde Marruecos, llamó a dos números aleatoriamente a Asturias y a Galicia avisando, y ellos a su vez llamaron al servicio de emergencias de Canarias.

La Dirección General de la Guardia Civil asegura que se activaron todos los protocolos, pero que hasta que no tuvieron la ubicación exacta de la patera no pudieron hacer nada.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) denunció este martes la falta de recursos económicos y materiales empleados para mantener y reparar el servicio marítimo de Canarias, que califican de absolutamente insuficientes. “Una de las preguntas que cabría hacerse es por qué iban solo cuatro personas en la patrullera”, señala un portavoz de la AUGC. “De hecho, van cuatro en todos los turnos cuando deberían ser 11 o 12. Lo que pedimos es que haya más cursos de formación, prácticas obligatorias para los agentes, que se cubran todas las vacantes y que el mantenimiento asegure que las embarcaciones están en perfecto estado. Nuestros compañeros han hecho una labor encomiable, y en cada servicio tratan de salvar gente, de eso no hay ninguna duda, pero las condiciones deberían ser mejores”.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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