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el final de ETA

El presunto asesino de Pagaza intenta desvincularse del ADN que le delata

El acusado, Gurutz Agirresarobe, asegura que “en la vida” ha tenido “un arma en la mano”

El asesino de Joseba Pagazaurtundua cometió un error. El 8 de febrero de 2003, tras descerrajarle cuatro tiros, salió huyendo del bar Daytona de Andoain al que el jefe de la Policía Local de ese municipio guipuzcoano acudía cada día a desayunar y leer el periódico. Detrás dejó su taza de café apenas terminada y que ni siquiera pagó. Siete años después, el ADN que el etarra había dejado en ese recipiente coincidió con el encontrado en dos botellas de agua mineral. La primera, la encontrada por la Ertzaintza en un bar de Irún después de ser consumida por Gurutz Agirresarobe. La segunda la que tomó este una vez detenido, durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska y que este mandó analizar.

Bildu, acusación particular

El Ayuntamiento de Andoain, el pueblo guipuzcoano donde Pagazaurtundua era jefe de la policía local, es una de las acusaciones particulares en el juicio. Lo llamativo es que, desde el pasado mayo, la coalición abertzale Bildu encabeza el consistorio que dirigían hasta entonces los socialistas.

Un abogado del consistorio ha participado en la primera sesión del juicio.

El PNV se desmarcó, hace poco más de un año, del resto de los partidos representados en el pleno municial (el PSE, el PP y el Grupo Mixto), que acordaron que el Ayuntamiento se personara en el juicio. La izquierda abertzale estaba ilegalizada. Los peneuvistas argumentaron que no se actuó así respecto a otras víctimas de Andoain.

Esta mañana, durante su juicio en la Audiencia Nacional, Agirresarobe -para el que la fiscalía pide 48 años de prisión- y su abogado han intentado con todas sus fuerzas refutar esa prueba, la más importante de todas sobre la que se sustenta la acusación. Primero, mostrando una actitud diametralmente opuesta a la que suelen seguir los miembros de ETA y contestando a las preguntas del fiscal y las tres acusaciones –la de la familia Pagazaurtundua, la del Ayuntamiento de Andoain (gobernado desde mayo por Bildu) y la de Dignidad y Justicia-. Agirresarobe ha negado, además, pertenecer a ETA y ha asegurado que “en la vida” ha tenido “un arma en la mano”.

Después ha tratado, aunque sin mucho éxito, de desvincularse del bar Daytona donde se cometió el asesinato y de la taza donde apareció su ADN. Ha asegurado que nunca ha estado allí y que ni siquiera conoce el establecimiento, aunque tampoco se acuerda de dónde se encontraba exactamente ese día. “Ese ha sido mi mayor dilema desde que fui detenido, recordar dónde estaba. He removido cielo y tierra”, ha declarado. “Mi familia, mi abogado y yo hemos estando mirando todo y no he podido encontrar nada para saber dónde estaba ese día porque es que no lo sé”, ha añadido

También ha rechazado que su perfil genético pudiera aparecer en el café con leche que supuestamente se tomó antes del atentado. “Yo no tomo café”, ha dicho. “Solo lo he tomado en dos ocasiones y me sentó mal. Me altera”. Después ha sido su abogado, el exparlamentario de HB José María Elosua el que ha insinuado que la taza en la que estaba su ADN hubiera sido puesta allí por alguien. Pero la encargada del bar Daytona ha asegurado que el asesino tomó café y que, nada más escuchar los tiros, ella misma cerró las persianas del local y ordenó que nadie tocara lo que había en la barra, donde se encontraba la taza, hasta que llegara la policía. Luego, durante la declaración del ertzaina que dirigió la investigación, el defensor del acusador ha puesto en duda la cadena de custodia de la botella que Agirresarobe bebió en la Audiencia durante su declaración ante Marlaska.

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El momento más dramático de la mañana ha sido la declaración de la viuda de Pagazaurtundua, Estíbaliz Garmendia, que ha afirmado con la voz quebrada que su marido era “un hombre bueno, buen amigo y buen compañero”. Las mayores protestas se han producido cuando Elosúa, el defensor de Agirresarobe, ha tratado de justificar el asesinato tanto ante Garmendia como ante la hermana del asesinado y presidenta de la Fundación de Víctmas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, al citar Wikipedia y el comunicado en que ETA asumió el atentado, en el que se aseguraba que Pagazaurtundua fue confidente de la Guardia Civil durante su estancia en Laguardia (Álava), donde trabajó como ertzaina.

“Mi hermano realizaba las labores propias de la Ertzaintza”, ha respondido la hermana de la víctima que, antes de abandonar la sala, ha mirado fijamente al presunto asesino como hizo la pasada semana Adoración Zubeldia, la viuda del concejal de UPN asesinado en Leitza (Navarra) José Javier Múgica. La candidata de UPyD Rosa Díez, sentada entre el público, ha protestado airada: “¡Igual a quien hay que juzgar es a Joseba!”. Al juicio también asiste el exalcalde socialista de Andoain y amigo íntimo de Pagazaurtundua, Estanis Amutxastegi, que ha gritado “asesino” al acusado. Esta tarde se reanuda la sesión.

Ataque a un cajero

La Audiencia Nacional celebrará también este lunes un juicio, en este caso por un delito de daños terroristas, contra Jon Echegarai, al que se acusa de colocar junto a otras personas un artefacto incendiario en un cajero de La Caixa de Getxo (Bizkaia), en marzo de 2002. El artefacto provocó daños de gran consideración en el recinto de entrada a la sucursal tasados en casi 18.000 euros. La fiscalía pide dos años y medio de prisión para el acusado, cuyo ADN fue localizado en una camiseta recogida en las cercanías del banco.

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