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Europa se enfrenta a la rendición de cientos de extranjeros del ISIS

Donald Trump pide a sus aliados europeos que se encarguen de repatriar a sus nacionales

ÓSCAR GUTIÉRREZ
Mujeres y niños son recibidos por fuerzas kurdas tras dejar territorio controlado por el Estado Islámico, el 1 de marzo en la localidad de Baguz.
Mujeres y niños son recibidos por fuerzas kurdas tras dejar territorio controlado por el Estado Islámico, el 1 de marzo en la localidad de Baguz.DELIL SOULEIMAN (AFP)

La guerra contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) no ha terminado. Queda el bastión de Baguz, pegado a la frontera sur entre Siria e Irak. Allí, los veteranos yihadistas, entre ellos muchos foráneos, resisten el embate de las fuerzas kurdas aliadas de EE UU. Y con ellos, cientos de mujeres y niños. Si portavoces de las autoridades kurdas informaban a finales de 2018 de que tenían bajo su custodia a alrededor de 800 combatientes —además de 584 mujeres y 1.248 menores—, de casi 50 nacionalidades, la cifra se va a multiplicar en los próximos días. Entre los evacuados el pasado viernes de la batalla de Baguz había, por ejemplo, rusos, indonesios, bosnios, daguestanos, kazajos, egipcios... Según señala una fuente kurda, son cientos los que llegan a diario de Baguz. Y aún hoy, según esta misma fuente, los países europeos no han movido ficha para reiniciar las repatriaciones de sus nacionales.

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Estas pasan por comprobar quién es quién. Para eso sirve la Operación Gallant Phoenix, comandada por EE UU —Interpol lideró en Irak y Afganistán proyectos similares bajo los nombres Vennlig y Hamah, respectivamente—. Recopilan información y la comparten con sus aliados, entre ellos, muchos países europeos. Según ha documentado Human Rights Watch a partir de entrevistas a mujeres que han residido en el califato, funcionarios de EE UU interrogan a los detenidos o huidos del territorio yihadista que acaban bajo custodia kurda en el norte de Siria. Y como Washington controla esa suerte de base de datos yihadista, el presidente Donald Trump le dijo a Europa el pasado 17 de febrero que se hicieran cargo de los suyos: “La alternativa de vernos forzados a ponerlos en libertad no es buena”, dijo el mandatario en un tuit.

Soluciones hay para todos los gustos. Holanda y Suiza ya han manifestado que no van a repatriar a nadie. Reino Unido opta por la posible retirada de la ciudadanía como ha hecho recientemente con la joven Shamima Begum, bajo custodia hoy de fuerzas kurdas, o con algunos integrantes de la célula que controlaban a los rehenes apodada Los Beatles por su acento británico.

Francia ha manifestado que estudiará caso por caso la posible repatriación de sus nacionales para cumplir con la justicia. Otros países no europeos estudian alternativas legales. Australia, por ejemplo, considera ya ilegal viajar a una zona de conflicto.

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Y mientras, crece el riesgo de mantener en prisiones con pocas garantías a cientos de experimentados yihadistas. Gran parte de la cúpula del ISIS que tomó en 2014 Mosul coincidió en el penal de Camp Bucca, en el sur de Irak. Ya en libertad y desde 2012 asumieron como prioridad la liberación de reos, comunes o adoctrinados, para lanzar su campaña. Entre las cárceles en las que penetraron estuvo la considerada mejor prisión tras la intervención norteamericana: Abu Ghraib.

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Sobre la firma

ÓSCAR GUTIÉRREZ
Periodista de la sección Internacional desde 2011. Está especializado en temas relacionados con terrorismo yihadista y conflicto. Coordina la información sobre el continente africano y tiene siempre un ojo en Oriente Próximo. Es licenciado en Periodismo y máster en Relaciones Internacionales

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