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Sáenz de Santamaría y el PP enfrían la posibilidad de un debate con Casado

El coordinador general afirma que a quien más beneficiaría sería a otros partidos y la comisión organizadora recuerda que los estatutos no lo exigen

Natalia Junquera

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, y Soraya Sáenz de Santamaría desinflan la posibilidad de un debate entre los candidatos a suceder a Mariano Rajoy, como pide Pablo Casado. “La dirección del PP no lo ve necesario. Los más encantados serían nuestros rivales”, declaró Maillo. “Quien pide un debate de ideas no tiene ni idea”, afirman en la candidatura de la exvicepresidenta. El comité organizador del congreso recuerda que “los estatutos no lo exigen”.

Cada día que pasa y disminuye la posibilidad de llegar al congreso con una candidatura única, aumenta la tensión en el PP. El tono de los reproches entre aspirantes es cada vez más descarnado pese a los llamamientos a la unidad.

“Quien pide un debate de ideas no tiene ni idea de qué va este congreso”, proclamó un miembro del equipo de la campaña de Soraya Sáenz de Santamaría, despreciando la propuesta de Casado. “El programa político del PP está escrito. No se puede plantear este congreso para hacer un PP nuevo”, añadió. Desde el otro lado, responden que ese duelo público “es positivo y necesario para que no sea una elección de caras, sino de modelos de partido”.

La propuesta despierta recelos en Génova, espantada con la exhibición diaria de sus diferencias en su debut de primarias. “Yo, sinceramente, no lo veo necesario. La dirección del partido no lo ve necesario”, remarcó el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo. “Estoy seguro que serían nuestros rivales los más encantados con ese debate”.

La candidatura de la exvicepresidenta asegura que no tiene miedo a ese enfrentamiento. “Sáenz de Santamaría ha debatido con gente muchísimo más difícil que Casado”, señalaban este lunes, refiriéndose, sobre todo, a políticos de la oposición, como María Teresa Fernández de la Vega o Alfredo Pérez Rubalcaba. “Pero no se trata de hacer un debate contra el PP”, insisten.

La comisión organizadora del congreso, en el que los próximos 20 y 21 de julio los compromisarios elegirán al sucesor de Rajoy, tampoco mostró especial entusiasmo por la propuesta. Reunida este lunes en la sede de Génova para atar la organización del cónclave, se limitó a “tomar nota” de la petición de Casado y a recordar, en su comunicado, que el debate “no es una exigencia planteada en los estatutos del partido, sino una decisión política”.

La candidatura de Casado tampoco las tiene todas consigo. “Si no se acepta, tendrán que explicar por qué, pero ahora no es como la primera vuelta, cuando lo descartaron por la dificultad de debatir a seis. Ahora son dos”.

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Barones del partido también han expresado su temor a que un debate entre Santamaría y Casado se convierta en un festín para la oposición. “No tiene por qué ser necesariamente perjudicial, pero no podemos dar munición a los rivales políticos”, respondió Xavier García Albiol, presidente del PP en Cataluña, cuando le preguntaron por la posibilidad de ese duelo de ideas. “Todo lo que hagamos en un proceso como este tiene que servir para dar imagen de proyecto común. Montar un espectáculo para que se diviertan otros sería un desastre”, añadió.

Reunión uno a uno

Sáenz de Santamaría es más partidaria de reunirse uno a uno con Casado y María Dolores de Cospedal, que quedó fuera de la carrera sucesoria en la primera vuelta de las votaciones. Fuentes del entorno del vicesecretario aseguran que ese encuentro se producirá, pero advierten que no les convencerán para retirarse y dejar que se presente una candidatura única al congreso. “Se pactó una doble vuelta y el partido aún no ha terminado”, insisten.

La campaña ya ha dejado heridas y la reunión será tensa. El equipo de Sáenz de Santamaría reprochó a Casado que criticara la actuación en Cataluña. “Su forma de afrontar esta segunda fase [del proceso de primarias] refleja una enorme falta de experiencia política. Esto no es una campaña entre dos partidos, sino entre dos compañeros. Y antes de la campaña no oímos a Casado quejarse de eso, o decir que no estaba de acuerdo en esperar a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el tema del aborto”, declaró un miembro del equipo de la exvicepresidenta.

Caza al compromisario

Los equipos de los candidatos tantean a los compromisarios (3.184 en total) para tratar de llegar al congreso con la votación atada. Como suele ocurrir en las campañas, todos dicen ir ganando.

Los de Sáenz de Santamaría porque aseguran que muchos, incluidos apoyos de Cospedal, quieren ser coherentes con la idea de que gane la más votada. "En los primeros cálculos de distribución de fuerzas son tremendamente positivos. Tenemos un número mayoritario de compromisarios. Ganamos con más que claridad", apuntan. Según el entorno próximo a la exvicepresidenta, en algunos lugares donde los afiliados apoyaron mayoritariamente a Casado, los compromisarios van ahora con Sáenz de Santamaría.

Los de Casado, sin embargo, sostienen que quienes votaron a Cospedal en la primera vuelta, están de su lado para la segunda. Y responden así a las sensaciones positivas de la candidatura de Sáenz de Santamaría: “Si tuvieran tan clara la victoria, no insistirían tanto en nuestra renuncia”.

La batalla final se hace en persona y con mucho teléfono. "Llamamos y nos llaman", afirma un miembro del equipo de la vicepresidenta. El equipo de Casado se ha dirigido en primer lugar a quienes apoyaron a Cospedal y José Manuel García-Margallo para tratar de atraer para sí esos votos.  En la candidatura de la exvicepresidenta insisten ahora en "lugares donde pensamos que nos iría mejor en la primera vuelta". El domingo, por ejemplo, fue Madrid. Este martes, toca Ceuta,

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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