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“La unidad de España, lo primero”

Los afiliados al PP votan en toda España para elegir al sucesor de Mariano Rajoy

Votaciones del PP en el distrito de Salamanca (Madrid).
Votaciones del PP en el distrito de Salamanca (Madrid). CARLOS ROSILLO (EL PAÍS)

De fondo, las fotos de Cristina Cifuentes y Margaret Thatcher y un cartel que reclamaba: “Pedimos Primarias”. Delante, en la sede del Partido Popular del distrito de Salamanca (Madrid), Isabel Robles, de 62 años, y María Dolores Mateo, de 68, prometían el "apoyo total" de los afiliados del PP a quien gane las elecciones para suceder a Mariano Rajoy. Más del 1.000 mesas en todo el país, con dos urnas de cartón cada una, ya estaban listas a las 9.30 de este jueves para que 66.607 afiliados inscritos acudieran a votar al precandidato que será elegido líder del PP en el Congreso Nacional del 20 y 21 de julio. A las 19.00, la tasa de participación era del 60%.

“La unidad de España, lo primero. No se rompe con nada”, decía María Dolores Mateo después de votar. Juan Manuel Gonzalo Velasco, de 70 años, en cambio, se quejaba de que las primarias “serán un fracaso para el partido y España”. “Esta gente son la misma que han estado en el equipo gobernante", ha opinado. "Hay que hacer un nuevo PP, este está podrido", insistía.

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En la sede del PP en Tetuán (Madrid), por la mañana recibían a las bases con bizcochos y café y la presidenta, Beatriz Elorriaga, candidata a compromisaria, acompañaba a los afiliados hasta la mesa con las papeletas. Les explicaba cómo votar: en una hoja tenían que marcar el candidato o candidata a presidente que preferían y en la otra, a los compromisarios. Podían llevarse un boli y un chupachupssi querían. Algunos resolvían el trámite en unos segundos, otros se tomaban su tiempo. “No conozco a nadie”, decía un hombre, mirando los nombres de los compromisarios (elegidos en una sede para representar a los afiliados dentro del Congreso Nacional).

En el distrito madrileño de Salamanca habían sido precavidos y en la mesa de las papeletas había fotos y un breve currículum de cada uno de los compromisarios. El local estaba repleto de afiliados y periodistas que esperaban las llegadas de los precandidatos Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. La otra favorita, María Dolores de Cospedal, votaba en Albacete; José Manuel María Margallo, en Jávea; Elio Cabanes, en La Font de la Figuera y José Ramón García- Hernández, en Ávila.

Casado llegó sobre las 12.30, junto a su esposa Isabel Torres. Se dirigió primero al punto donde las cámaras podían fotografiarlo mejor, saludó a un afiliado, sonrió y, tras mostrar la papeleta, que llevaba su nombre, votó. “Pase lo que pase hoy, el partido va a salir unido”, declaró a los medios. “Tengo muy buenas sensaciones y estoy convencido de que vamos a ganar. El resto de los candidatos van a tener sitio en este proyecto”. Luego llegó Santamaría y fue directamente a completar las papeletas. "Hoy la gente tiene que votar y nosotros les tenemos que dejar votar en la más absoluta libertad", comentó. 

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Una afiliada vota en la sede del PP en Salamanca (Madrid), este jueves.
Una afiliada vota en la sede del PP en Salamanca (Madrid), este jueves.CARLOS ROSILLO

En la sede del PP en Chamberí (Madrid), en un primer piso recién renovado, los afiliados también iban y venían para votar. No había imágenes colgadas en las paredes, excepto una de Rajoy apoyada en la mesa donde están las papeletas. Santiago Cabanas, afirmaba: "Es la primera vez que vamos a elegir al presidente. Siempre he tenido la sensación de que hemos tenido democracia interna, pero hoy damos un paso".

En la sede popular del distrito de Puente de Vallecas la alegría de poder participar en la elección del candidato general se mezcló durante la jornada con el sentimiento de decepción por algunas incidencias. Al menos seis de los afiliados inscritos no pudieron ejercer el voto al no aparecer en las listas de la mesa electoral, aunque sí estaban en los documentos remitidos a Génova con anterioridad. "No queremos pensar mal pero curiosamente son afiliados de base los que no han podido votar, los cercanos al aparato no han tenido ningún problema", se quejó Antonio Esteban Lara, candidato a compromisario.

Pablo Casado llega a la sede del PP del distrito de Salamanca, este jueves.
Pablo Casado llega a la sede del PP del distrito de Salamanca, este jueves.Carlos Rosillo

En la sede del PP en Tomares (Sevilla), de ambiente descangelado, colores crema y azul, la mayoría de los 90 militantes inscritos apoyaba a María Dolores de Cospedal. “Es una mujer de partido y tiene fuerza suficiente para llevarnos al primer puesto del país. ¡Y es una mujer!”, exclamó Maite Garay. A primera hora acudieron a votar militantes antes del trabajo y otros que “se marchaban a la playa de fin de semana”, según la presidenta del PP local, Lola Vallejo. Luciano Rodríguez, veterano afiliado de los tiempos de Alianza Popular, señaló: “No me ha desconcertado la salida de Rajoy, porque yo me hubiera ido antes. Eso sí, ha dejado España mucho mejor de como la encontró y ha tenido el detalle de renegar del sueldo”. Elvira Valentín resaltó la transparencia de su formación a pesar de los escándalos de corrupción: “Ha sido una campaña estupenda y limpia, como todo lo que se hace en el PP”.

El escenario en la céntrica sede del PP andaluz en Sevilla fue muy distinto. Cámaras y un gran flujo de militantes que entraba y salía de la sede, vetada a los periodistas. “En todas las primarias ha habido sorpresas, en todas”, repitieron fuentes del partido entre el bullicio. Antonia Olmos, de 72 años, opinó sobre la salida de Rajoy: “Después del cambio de Gobierno, está muy bien aire fresco”, sin desvelar a qué candidato había votado. A su lado, Alejandro Pozos, de 21 años,: “Estaba deseando que se presentase Soraya, es la más adecuada para solucionar la unidad del partido y de España”. Y tras Pozos habló el vicesecretario de Política Autonómica del PP, Javier Arenas, que mueve hilos y cargos como el líder que nunca se va del todo: “Las campañas suben los decibelios. Y aunque yo haya expresado mi opinión en redes sociales y actos [por Sáenz de Santamaría], la dirección andaluza del partido ha tomado una decisión prudente”.

Apatía en Galicia 

Los militantes gallegos se desmarcaron en masa de la elección de su líder nacional. Apenas 4.500 votantes, el 4%, se inscribieron para decidir el futuro de su partido. Con Feijóo excluido de la pugna, los líderes provinciales apenas se han mojado. En Ourense, histórico granero de votos populares en Galicia, la jornada ha transcurrido con la misma apatía que la campaña: las sedes prácticamente vacías y votantes a cuentagotas. Ni siquiera José Manuel Baltar buscó la foto. Ha acudido a primera hora de la mañana y se ha mantenido al margen.

Con todo, Ourense se convirtió a media tarde en la que mayor porcentaje de votantes de España había movilizado a las urnas. “Más del 80%”, presumió la dirección provincial, aunque se tratase de un escuálido censo de 516 electores frente a la cifra de 25.000 afiliados ourensanos de la que ha alardeado hasta ahora la dirección provincial. Feijóo postergó hasta última hora de la tarde su participación. Mariano Rajoy se quedó al margen.

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