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Detenidos 10 “estibadores corruptos” del puerto de Algeciras por tráfico de cocaína a gran escala

La Guardia Civil da por desmantelada la "colla" más importante de traficantes de este puerto

Un operario de grúa del puerto de Algeciras, en una imagen de archivo. En vídeo, imágenes de las detenciones.Vídeo: MARCOS ALONSO
Óscar López-Fonseca

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha detenido a 21 personas, diez de ellas trabajadores del puerto de Algeciras (Cádiz), como supuestos integrantes de una red que introducía grandes cantidades de cocaína y otras drogas mediante contenedores para entregarlas "a narcotraficantes de toda Europa". Los agentes se han incautado de 480 kilos de cocaína que una "colla de estibadores corruptos" -así la llaman los investigadores- había sacado en mochilas del puerto. Uno de los investigados en esta operación fue el delincuente conocido como el Maradona de la cocaína, asesinado el pasado 12 de mayo cuando celebraba la comunión de su hijo en Málaga. Los miembros de la red cobraban por burlar los controles un 30% del alijo introducido con éxito, aunque en los últimos meses habían comenzado a pedir hasta el 50% por "aumento de la peligrosidad" tras la incautación de 9 toneladas de cocaína en una operación policial desarrollada en el mismo puerto.

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La investigación sobre la red corrupta del puerto, uno de los de mayor tráfico de contenedores de España y una de las grandes puertas de la cocaína para Europa, se inició en octubre de 2017 tras recibir la Guardia Civil una confidencia de las policías de Brasil y Portugal sobre un supuesto grupo de narcotráfico que iba a introducir en España un alijo mediante el sistema conocido como 'gancho ciego', consistente en colar mochilas cargadas de droga en contenedores con mercancía legal. Esta primera información permitió identificar la existencia de una organización criminal afincada en el Campo de Gibraltar, "que operaba con numerosos narcotraficantes asentados en nuestro país y en otros países europeos", según un comunicado del instituto armado. 

De hecho, los investigadores pudieron ver cómo alrededor de esta red se habían asentado en España miembros de organizaciones criminales de Colombia, Francia, Marruecos y Holanda, fundamentalmente notarios para certificar y asegurar los alijos. Las pesquisas llevaron la comprobación de que en el puerto existía "una red de estibadores portuarios, transportistas y transitarios que trabajaban para una amplia red de intermediarios perfectamente organizados que ofrecían sus servicios a las organizaciones de narcotraficantes". Fuentes de la investigación detallan que este grupo ofertaba a los compradores de la droga sus servicios para 'rescatar' la droga que llegaba en los contenedores procedentes de sudamérica y ponerla a salvo fuera de las instalaciones portuarias e, incluso, llevarlas a otro ciudad.

Todos los implicados mantenían severas medidas de seguridad, que se incrementaban cuando llegaba un alijo. Cuando esto ocurría, los narcos y los estibadores eran capaces de recorrer en un solo día hasta 1.200 kilómetros para mantener reuniones de seguridad y de intercambio de dinero y drogas. A finales de mayo, los movimientos fueron especialmente intensos, lo que hizo que la Guardia Civil intensificara la vigilancia.Sobre todo, alrededor de una casa baja de dos plantas del barrio del Saladillo, que permanecía vacía y en la que se registraba numerosas visitas de los principales implicados cuando el grupo estaba a punto de introducir un alijo en España.

Esta vigilancia permitió la intervención a comienzos de mayo de 480 kilogramos de cocaína, que iban a ser sacados del puerto en una cabeza tractora de un camión que previamente había accedido a las instalaciones portuarias. Estos camiones sirven para sacar los contenedores del puerto y normalmente no son sometidas al escrutinio del megaescáner del puerto algecireño.

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La droga fue rescatada en varias mochilas por trabajadores portuarios de un contenedor que había llegado desde Guayaquil (Ecuador) pocos días antes. La red cuadró los turnos de trabajo de los trabajadores para que los que tenía a sueldo trabajaran el día que hacía falta y para evitar que el contenedor fuera sometido a controles. Además, tenían un equipo titular y otro de reserva para eludir sospechas y asegurarse que siempre que hubiera droga trabajara alguien de la organización, según el instituto armado.

Tras la incautación del alijo, la UCO comenzó las detenciones, que se han prolongado hasta este miércoles. En total, han sido arrestadas 21 personas, las dos últimas en las últimas horas, que formaban el núcleo principal de una colla. De ellos, tres -que responden a las iniciales J. F. N. R.,  E. R. J. y A. J. L. Q.- formaban el grupo dirigente, encargada de mantener los contactos con los dueños de las droga a los que ofrecían sus servicios para sacarla del puerto. Dos de ellos habían trabajado con anterioridad en el puerto de Algeciras, mientras el tercer era el propietario de una empresa de transporte habilitada para trabajar en el puerto.

El segundo nivel de la organización lo componían cinco personas que servían de enlace entre los cabecillas y los trabajadores portuarios que iba a extraer la droga de los contenedoras y sacarla del puerto. Entre ellos, había dos trabajadores del puerto -uno de ellos de baja médico- y una empleada de la empresa que se encargaba de organizar el trabajo de los estibadores. El tercer grupo era el integrado por siete trabajadores del puerto, en su mayoría estibadores, que organizaban sus turnos de trabajo para que sólo uno de ellos estuviera de guardia el día elegido para sacar la droga, mientras que el resto se colaba en el recinto sin despertar sospecha. En este grupo también había dos camioneros con autorización para entrar en el puerto. Finalmente, el grupo tenia un último escalón, integrado por seis personas -muchos de ellos con antecedentes por delitos menores- que eran los responsables del transporte y custodia del alijo una vez fuera del puerto.

Este es la primera red completa que cae en el puerto de Algeciras, aunque con anterioridad sí habían sido detenidos algunos trabajadores por haber colaborado con redes de narcos. Fuentes cercanas a la investigación admiten que la trama desarticulada es una de las tres collas que en la actualidad operan en el puerto y que, según destacan, están interconectadas de tal manera que a veces se ceden el 'trabajo' unas a otros o colaboran. De hecho, el grupo desarticulado no había sido el contratado para sacar el puerto los 480 kilos de cocaína intervenidos en esta operación, sino otro grupo que había visto como eran detenidos varios de sus miembros antes y que decidió ceder este alijo a la "colla" ahora desarticulada. El beneficio que obtenían por cada alijo puesto fuera del puerto era muy elevado: el responsable del transporte iba a cobrar 400.000 euros por los 480 kilos de cocaína que fueron intervenidos. Uno de sus trabajadores, 80.000 euros solo por llevar el camión fuera del recinto portuario de la ciudad gaditana.

El puerto de Algeciras se ha convertido en uno de los principales puntos de entrada de droga en Europa. Escondidos entre los más de cuatro millones de contenedores que llegan cada año al puerto, camuflados entre plátanos, pollos congelados o simplemente en mochilas, miles de kilos de cocaína procedente en su mayor parte de Colombia inundan las calles europeas como jamás lo han hecho. El último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hecho público hace solo unos días, explica que hay en circulación más cocaína que nunca.

Para los alijos más grandes, los narcos prefieren fletar sus contenedores. Crean empresas pantalla a un lado y otro del Atlántico, y simulan relaciones comerciales que justifiquen el envío de cualquier producto. Unas veces se esfuerzan y ocultan la cocaína meticulosamente. Otras, simplemente la tapan. Ocurrió con las 8,7 toneladas aprehendidas en Algeciras en abril. La mayor parte la droga llega desde Colombia, donde se ubica el 68% de los cultivos del mundo.

Mutismo en el puerto

Jesús A. Cañas / Cádiz

Mutismo absoluto en el puerto de Algeciras. Esa era la sensación que mejor define cómo se ha acogido en las instalaciones de uno de los mayores puertos de Europa la operación en la que ha caído, de una sola vez, el mayor número de estibadores que se recuerda en la zona. Este medio ha intentado ponerse en contacto telefónico con distintos responsables sindicales del puerto, pero ninguno ha respondido a la llamada. “Eso ocurrió en mayo. Para nosotros no ha tenido ninguna repercusión más allá de volver hablar mal de nuestro colectivo”, ha reconocido una fuente cercana a la estiba de Algeciras que prefiere mantenerse en el anonimato.

"Poner en relieve los logros de nuestro puerto parece que no vende”, ha añadido esta misma persona del puerto. De hecho, ha recordado que el colectivo de la estiba algecireña está compuesta por más de 1.800 fijos y 483 eventuales que suponen una cifra mucho más amplia que los ahora detenidos en su sector. “Hemos tenido récord de movimientos en mayo y vienen tres grúas más”, ha explicado este trabajador que lamenta la negativa impresión que este tipo de noticias produce tanto para la estiba como para el propio puerto algecireño.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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