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Incautadas seis toneladas de hachís en el Guadalquivir en menos de 48 horas

La Guardia Civil ha detenido en estas dos operaciones a tres personas de origen marroquí

Jesús A. Cañas
Fardos de hachís incautados por la Guardia Civil en el Guadalquivir.
Fardos de hachís incautados por la Guardia Civil en el Guadalquivir.

El narcotráfico funciona en la provincia de Cádiz como vasos comunicantes: la presión en un punto de la costa provoca un aumento proporcional en otros que, hasta ahora, han estado dormidos. Las últimas operaciones y detenciones en el Campo de Gibraltar —entre ellas la caída del rey del narcotráfico Antonio Tejón el Castaña— han derivado a que se reactiven otras rutas gaditanas, como la desembocadura del Guadalquivir. En este punto, otrora autopista de la droga, en apenas 48 horas, la Guardia Civil ha conseguido intervenir seis toneladas de hachís en dos operaciones policiales.

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La Benemérita se ha hecho con 183 fardos de hachís y ha detenido a tres personas de origen magrebí que, entre la noche del pasado 10 de junio y la madrugada de este pasado martes, intentaban alijar droga por vía marítima. La primera intervención se produjo cuando los agentes detectaron movimiento en el Guadalquivir, a través del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE, un conjunto de dispositivos de comunicaciones para controlar el Estrecho). La Guardia Civil localizó la presencia de una embarcación semirrígida sin luces, tripulada por seis personas, que se dirigía al río Guadalquivir. Ante la sospecha de que se tratase de un posible alijo, uno de los helicópteros de la Benemérita inició un seguimiento a la narcolancha. Desde el aire divisó cómo la neumática se detuvo junto a uno de los barcos camaroneros que suelen estar anclados en el río. Allí, los ocupantes de la primera embarcación trasladaron la droga hasta la nave de pesca.

Poco después, una lancha del Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptó la camaronera con 2.500 kilos de hachís en su interior, preparados en 83 fardos envueltos en sacos de arpillera. Ante la evidente presencia policial, las personas que estaban participando del alijo emprendieron la huida por tierra. Las patrullas terrestres consiguieron intervenir el todoterreno en el que viajaban y que, posteriormente, los agentes descubrieron que había sido robado en Madrid. Sin embargo, los guardias civiles no llegaron a detener a ninguno de los ocupantes.

No habían transcurrido ni 48 horas cuando la actividad regresó a la desembocadura del Guadalquivir. Fue en la madrugada de este pasado martes, en el transcurso de la denominada como Operación Tritón. Un dispositivo de fuerzas aéreas, marítimas y terrestres de la Guardia Civil vigilaba la zona, próxima a la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, en previsión de un posible alijo de hachís. Los agentes detectaron cómo los narcos repetían el modus operandi del transporte que cayó el pasado domingo.

Una embarcación semirrígida se internaba río arriba para depositar la droga que trasladaba en otra camaronera que estaba anclada a la altura de la localidad de Lebrija. Los agentes consiguieron cazar a los tres narcos que estaban participando en el alijo justo cuando estaban moviendo la droga de una embarcación a otra. Los tres, de nacionalidad marroquí, acabaron detenidos. En esta segunda operación los guardias civiles aprehendieron unos 100 fardos de hachís que pesaban unos 3.500 kilos. Además, los agentes consiguieron hacerse con otro vehículo todoterreno que estaba preparado para el transporte en tierra de la droga.

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Entre las dos operaciones han participado de forma coordinada agentes de las comandancias de Cádiz, Sevilla y Huelva, apoyados por el Grupo de Acción Rápida (GAR) y la Unidad Aérea de la Guardia Civil. Los detenidos, la droga, las embarcaciones y los dos vehículos incautados en ambas acciones ya han sido trasladados a dependencias oficiales. Allí se están instruyendo las diligencias judiciales.

Lo cierto es que no son los únicos operativos que, en los últimos días, se han producido más allá del Campo de Gibraltar. El 7 de junio, el mismo cuerpo consiguió hacerse con otras tres toneladas de hachís en Chiclana. En esa ocasión, los narcos empleaban un chalé de la urbanización Novo Sancti Petri para ocultar la droga, lo que se conoce como guardería. Los extraños movimientos que se estaban produciendo de madrugada en el interior de la casa alertaron a una patrulla que pasaba por la zona. Al percatarse de la presencia policial, los narcos huyeron del lugar en una furgoneta de alquiler y dejaron abandonados en las inmediaciones del chalé hasta 95 fardos de hachís con tres toneladas de droga.

Sindicatos y asociaciones antidroga llevan meses reclamando la necesidad de refuerzos policiales permanentes para luchar contra el narcotráfico en la provincia de Cádiz y, especialmente, en la zona del Campo de Gibraltar, donde la actividad del narco es mucho mayor. Igualmente, desde la federación antidroga Nexos han alertado en diversas ocasiones que la respuesta ante esta lacra debería estar coordinada a nivel provincial, dado que el narcotráfico se mueve por distintos puntos de la costa gaditana, en función de la mayor o menor presión que se ejerza en ellos.

De hecho, hace menos de una década los mayores picos de narcotráfico se producían en zonas como Barbate o Sanlúcar, en la desembocadura del Guadalquivir. Ahora, el aumento de intervenciones en la zona del Campo de Gibraltar ha llevado a aumentar de nuevo la actividad en este río. En él, los narcos encuentran diversas facilidades para alijar droga, gracias a que es navegable hasta la provincia de Sevilla y posee diversos canales en los que poder esconder y descargar los fardos de hachís.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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