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Cien hombres para cazar a un ‘narco’

La detención de Antonio Tejón Castaño, el menor de los dos ‘Castaña’, desmonta el reinado del tráfico de hachís en La Línea

Antonio Tejón Carrasco, durante su detención en La Línea de la Concepción.Foto: atlas | Vídeo: POLICÍA NACIONAL / atlas

A Antonio Tejón Castaño, uno de los dos hermanos “Castaña”, jefes de un boyante monopolio de tráfico de hachís en La Línea de la Concepción (Cádiz) le estaban esperando cien hombres en la madrugada del jueves. Ya se les había escapado en ocasiones anteriores por las azoteas del barrio de La Atunara, ese intrincado laberinto de casas bajas y callejuelas endiabladas convertido en fortaleza de los narcotraficantes y de sus miles de colaboradores. Pero tarde o temprano volvería a esa casa de la Avenida del Mediterráneo a ver Patricia Parody Cano, la madre de dos de sus hijos.

“Los encuentros eran breves y tomaban toda clase de medidas de seguridad a través de terceras personas”, cuentan los investigadores. Pero esta vez no logro zafarse de un operativo llamado Ronald y desarrollado por los agentes de la Brigada Greco (Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado) de la Costa del Sol, en coordinación con los efectivos de la comisaría de La Línea. La detención del menor de “Los Castañas”, los dos hermanos conocidos como “los reyes del narco” en el Campo de Gibraltar, supone una suerte de “golpe de gracia” para el vasto negocio del tráfico de hachís, que se ha convertido en la base económica de esa comarca mediterránea, empleando a centenares de familias que no han encontrado apoyo en el Estado, y menos en tiempos de crisis.

Antonio Tejón Castaño permanecía huido de la justicia desde 2016. Ese año la policía detuvo a 30 de sus más próximos colaboradores y logró desmantelar —temporalmente— su principal estructura de recepción, transporte y guarda de la droga procedente de Marruecos. Pero, a los pocos meses de su ingreso en prisión, la mayoría de ellos salió en libertad y volvió a las andadas. Un aura de impunidad rodea a los narcos linenses, cada vez más aupados por una población que encuentra en ellos la protección que no halla en las administraciones. Solo en el último verano Los Castañas y sus socios culminaron con éxito 50 alijos (de entre dos y tres toneladas de hachís), según los investigadores, que estiman en 30 millones de euros el dinero amasado por los hermanos y enterrado en zulos bajo tierra.

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Seguros en sus mansiones fortaleza y entre su gente, Los Castaña no han salido de La Línea, pese al acoso de los medios de comunicación y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por el descarado auge del tráfico de hachís en la zona, ni tras la muerte de un niño atropellado en la playa por una narcolancha el pasado 15 de mayo. Cortan una importante cabeza, pero son miles las que todavía viven del narco.

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Fugados

Un año y siete meses fugados de la Justicia, escondidos en su propia ciudad, La Línea de la Concepción, y sus barrios de siempre, El Zabal y La Atunara. Estar fugitivos y ocultos nunca fue una traba para que los hermanos Tejón hayan conseguido gobernar, poner de acuerdo y coordinar a la mayor parte de los clanes del hachís del Campo de Gibraltar. Hasta esta madrugada, en la que un desliz en su intrincada red de seguridad ha culminado con la detención de Antonio. “Ha salido de su zona de confort y hemos conseguido pillarle”, reconoce uno de los cien policías que participó en la captura del menor de los hermanos.

En efecto, la policía ya tenía marcado el domicilio en el que fue detenido, un punto al que solía acudir por las noches. Los agentes establecieron un amplio operativo que sobresaltó a los linenses de madrugada. “Ha sido una noche de jaleo”, explica una vecina de La Atunara que prefiere ocultarse bajo el pseudónimo de Pepi. No es la única que comenta la caída de uno de Los Castañas, precisamente en la barriada en la que los Tejón son fuertes. Entre la incredulidad, la curiosidad y la preocupación por las consecuencias, “en la cola de las tiendas hoy todas las vecinas hablaban del tema”, comentaba.

Pero la alegría, los nervios e incluso la tristeza va por barrios, mientras que desde el entorno de los Tejón confiesan que Antonio lo tiene “jodido”, en la comisaría no reprimían la alegría por su caída. “Ha sido un trabajo muy intenso, de muchas horas”, reconoce el agentes. “Es una de las noticias más positivas que hemos tenido en los últimos tiempos”, reconoce José Encinas, secretario en Cádiz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), una de las entidades más involucradas en la lucha contra el narcotráfico. Ahora Encinas espera que Tejón cumpla la pena “en su totalidad”. Igualmente, deja claro que el logro “ha tenido que venir de un grupo policial venido de fuera [en referencia a la Brigada GRECO) lo que refuerza la falta de efectivos que sufrimos”.

Las fuerzas policiales ya fijan sus próximos objetivos en el clan de los Castañas. “El hermano, Francisco, sigue desaparecido, igual que su sobrino Samuel (famoso por su huída del hospital)”, explica Encinas. De momento, Antonio ya compareció este jueves en los juzgados de La Línea, rodeado de un importante despliegue policial en la zona. Tras su caída, los agentes apuntan a posibles detenciones en los próximos días en el círculo de los hermanos.

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