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Agramunt, sobre el informe que le acusa de corrupción: “Es un ejemplo de posverdad”

El senador y miembro del Consejo de Europa dice que no existen pruebas de las acusaciones

J. J. M.
Pedro Agramunt, en una imagen de archivo.
Pedro Agramunt, en una imagen de archivo. Vladimir Gerdo (TASS)

El senador Pedro Agramunt niega que haya pruebas con las que sustentar las “fuertes sospechas” de que participó durante años de una estrategia corrupta que condicionó decisiones del Consejo de Europa. Frente al informe independiente que detalla donaciones para su candidatura a la presidencia de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (que logró), relojes y licores ofrecidos por políticos de Europa del Este, y hasta la posibilidad de que se le tentara con prostitutas, el político del PP afirma que eso son “manipulaciones” y “rumores interesados”. “Si hay alguna conclusión que pueda sacar del informe, es que esto es un ejemplo de la posverdad”, asegura en conversación telefónica con EL PAÍS.

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El informe de la comisión independiente recorre toda la carrera de Agramunt en la asamblea parlamentaria, hasta su ascenso como presidente, en la que apunta a que Azerbaiyán "desempeñó un papel", "incluso con financiación". Además, el documento asegura que existen numerosos ejemplos de que el senador 'popular' defendió los intereses azeríes a la hora de tomar decisiones en la Asamblea. También explicita que "existen pruebas" de que Agramunt intervino borradores de informes del secretariado de la Asamblea para minimizar las críticas hacia las autoridades azeríes.

“Se ha hecho un informe de 200 páginas lleno de rumores y de acusaciones casi todas anónimas, lleno de maledicencias, fantasías o suposiciones sin ninguna evidencia de ninguna clase”, acusa Agramunt. “Ha habido mala fe”, asegura el senador, que afirma que no se ha recabado su versión sobre las acusaciones. “Es falso que haya recibido dinero, nada más lejos de la realidad, o que me hayan ayudado en mi campaña de hace seis años: la única campaña que hice fue mandar un email o dos… y eso no vale dinero, no vale ni una peseta, ni un duro”, siguió. “Hay una acusación muy fuerte de que se me vio con unas prostitutas en un hotel. Y la persona que lo dice termina diciendo que no lo puede probar. Pues se lo ha inventado. Y es todo así”.

Agramunt cuenta con el apoyo de la dirección del PP en el Senado, que no le ha pedido que entregue su escaño como consecuencia del informe. El PSOE e Izquierda Unida sí que lo han hecho.

La polémica rodea al senador desde abril de 2017. Entonces se supo que había visitado sin autorización previa al presidente de Siria, Bachar el Asad, en compañía de otros representantes públicos, como el diputado catalán Jordi Xuclà, del PdCAT, o miembros de la Duma rusa, solo unos pocos días antes de un ataque químico atribuido al régimenque acabó con la vida de un centenar de personas. Pese a que no existe un procedimiento para ello, el escándalo obligó a Agramunt a dejar su puesto como presidente.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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