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Manuel Valls: “El problema catalán no es interno de España, sino de Europa”

El ex primer ministro francés critica la inactividad del Gobierno de España en la internacionalización del conflicto secesionista

Manuel Valls y Felipe González, durante un momento de su coloquio de ayer en Madrid, que fue moderado por la subdirectora de EL PAÍS Eva Sáiz.
Manuel Valls y Felipe González, durante un momento de su coloquio de ayer en Madrid, que fue moderado por la subdirectora de EL PAÍS Eva Sáiz.VÍCTOR SAINZ

El ex primer ministro francés Manuel Valls ha criticado este jueves la inactividad del Gobierno de España para explicar en Europa los entresijos del conflicto catalán. "Me sorprende que sea Sociedad Civil Catalana la que se haya desplazado a Berlín para explicar la situación en Cataluña", ha dicho el socialista durante el coloquio El futuro de Europa, Francia y España en un mundo global organizado por el Máster Universitario en Asesoría Jurídica de Empresas de la Universidad Carlos III y patrocinado por Cepsa. El francés considera que no sólo los políticos en España deben hablar de Cataluña, sino todos los líderes europeos. Felipe González, ponente también en el mismo acto, ha suscrito todo lo dicho por Valls y ha afirmado que, según él, la euroorden de detención de Carles Puigdemont sigue vigente. "Pido que la euroorden no se cuestione y además creo que el tribunal alemán la ha entendido mal", ha dicho el expresidente "con todo el respeto" hacia las autoridades alemanas.

Valls ha vuelto a reiterar en el coloquio —moderado por la subdirectora de EL PAÍS Eva Sáiz— que es "optimista" respecto a la solución del conflicto catalán y que la única salida debe ser política. El político francés, nacido hace 55 años en Barcelona, dice sentirse especialmente conmovido por el secesionismo de su región natal: "España sin Cataluña y Cataluña sin España no tienen ningún sentido", ha dicho el político francés.

González, muy crítico con las decisiones de las autoridades judiciales alemanas, ha criticado que los jueces no vieran el componente de violencia durante el denominado 'procés' y los días anteriores y posteriores al referéndum de independencia del 1 de octubre del pasado año. Es "preocupante" que los jueces alemanes califiquen en días lo que la justicia española lleva estudiando meses, ha dicho González, quién ha recordado que ningún Land (región) tiene derecho a plantear ninguna autodeterminación porque afecta a un principio constitucional, y ha pedido que Alemania respete también los principios constitucionales de España. "La decisión [de Alemania] es equivocada y eso tienen que decirlo los europeos", insistió Valls en su campaña por elevar el desafío independentista a las dimensiones comunitarias. “El problema catalán no es interno de España, sino de Europa”, ha dicho el ex primer ministro francés.

Valls, muy insistente en promover la convergencia inherente a su europeísmo, ha asegurado que si Puigdemont huebiera pasado por Francia, Francia lo hubiera entregado a las autoridades españolas. "Por supuesto", enfatiza dejando clara su postura, "porque respetamos la Constitución, la justicia y la democracia españolas", ha sentenciado.

A pesar de que el coloquio estaba dirigido a repasar los desafíos y oportunidades que enfrenta Europa, el secesionismo, el populismo y los nacionalismos ocuparon un lugar central en el discurso de ambos exdirigentes socialistas. "La globalización se ve amenazada por parte de los nacionalismos", ha ilustrado González. Y lo explica haciendo una autoevaluación y admitiendo que algo se habrá hecho mal —dentro del establishment europeo— para que los movimientos secesionistas y populistas hayan encontrado un espacio protagonista. "¿En qué fallamos para abrir tanto espacio a la demagogia?", se ha preguntado retóricamente el expresidente español,  lo que ilustra que, en su opinión, el debate está mal orientado. "No se trata de más o menos Europa, sino de una mejor Europa".

Trump, un “regalo” para Europa

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Ante la “crisis de identidad” de la que tanto Valls como González han alertado, ambos líderes han visto la luz en el polémico presidente de EE UU, Donald Trump. “El magnate no es ni populista, ni nacionalista. Es imprevisible. Y eso tiene que hacer pensar a Europa,” ha dicho González quien defiende que el magnate es “el último regalo para que Europa espabile” tras una década de policrisis.

Los dos socialistas, que asumen asistir al hundimiento de la socialdemocracia como modelo político —no como valores, matiza el francés— están de acuerdo en que es ahora, con los autoritarismos creciendo en el Este y la incertidumbre en el Oeste, cuanto el proyecto europeo debe dar lo máximo de sí. Y en opinión de Valls, esa nueva refundación de Europa la deben liderar Francia y Alemania porque el momento es “muy peligroso” con los neonazis subiendo como la espuma. González, con algo más de trayectoria, añade además Italia. “Atención en lo que allí sucede” porque luego es lo que pasa en el resto de Europa 20 años más tarde, ha bromeado.

En el discurso pesimista que desde hace años tienen los grandes líderes sobre el futuro de la UE, González ha marcado mucho las diferencias con la Alemania de la canciller Angela Merkel. El expresidente ha criticado —y no es la primera vez— la voluntad actual de Berlín de alemanizar Europa y no de construir una Alemania europea. “Es cierto que la UE no va a avanzar hasta que Francia y Alemania estén de acuerdo. Pero no sólo basta esa condición”, ha remarcado en relación al auge de los movimientos nacionalistas en el Este europeo.

González ha confesado entender dichos movimientos nacionalistas porque, dice, ellos mismos a veces confunden la dependencia de Moscú con la dependencia de Bruselas. Y no es igual. “La UE es cesión de soberanía para compartirla, y no para que otros la usen”.

Coloquio El futuro de Europa, Francia y España en un mundo global.

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