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Unos narcos se atrincheran a tiros en un chalé de Algeciras para salvar su alijo de hachís

La policía consigue detener a los cuatro traficantes con la ayuda de un negociador

Jesús A. Cañas
Fardos de hachís incautados en una operación policial.
Fardos de hachís incautados en una operación policial.

Ruido de tiros a las afueras de Algeciras. Sorprendidos por la policía en una patrulla rutinaria, cuatro narcos la emprenden a disparos contra los agentes desde la casa en la que ocultaban más de 100 fardos de hachís. Atrincherados en el chalé cercano a la prisión de Botafuegos, el peligroso pulso de más de dos horas, vivido en la noche de este miércoles, acaba con la rendición de los traficantes. No es el único suceso que protagoniza el narcotráfico de Cádiz en las últimas horas. Para cuando los sospechosos de Algeciras se rinden, a pocos kilómetros en La Línea de la Concepción, otro narco ya está detenido. Está acusado de ocultar hasta seis toneladas de droga en un ingenioso zulo hidráulico, oculto bajo la ducha de un garaje.

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Son dos escenas más que demuestran la escalada de violencia e impunidad con las que el narcotráfico opera en el Campo de Gibraltar y que sindicatos policiales y asociaciones antidroga llevan meses denunciando. Ambas, producidas este miércoles en el escaso margen de cuatro horas, han sido presentadas este mediodía por la policía, en el transcurso de una rueda de prensa en la Comisaría de La Línea. En total, el balance acaba con ocho toneladas de hachís y la detención de cinco personas, supuestamente vinculadas a una de las más de 30 bandas o collas (en argot autóctono) que operan en la zona, según estimaciones de los sindicatos policiales.

La intensa jornada del miércoles vivió su punto álgido al filo de las 22.00, en la zona rural de Algeciras cercana a la prisión de Botafuegos. Dos vehículos radiopatrullas de la policía realizaban una inspección rutinaria “al ser un lugar habitualmente usado por los narcotraficantes para ocultar droga”, como explican desde la policía en un comunicado emitido tras la presentación de la operación. Cuando los cuatro agentes que viajaban en los vehículos comenzaron la patrulla a pie, recibieron “al menos seis disparos provenientes del interior de una vivienda”.

Los tiros impactaron en la calzada, algunos “a escasos centímetros de los agentes”, según el relato de la policía. Ante la gravedad de la situación, se desplegó un dispositivo policial con refuerzos en el entorno de toda la vivienda donde estaban atrincherados los cuatro narcos. En él, participó un negociador que intentaba entablar conversación con los sospechosos, pese a que estos se negaban a hablar al principio “ya que pretendían que los policías creyeran que habían huido del lugar”.

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Tras varios intentos, uno de los atacantes se decidió a entablar conversación con el policía negociador y, tras dos horas de pulso, decidieron entregarse al filo de la medianoche. En concreto, acabaron detenidos tres hombres españoles y uno de nacionalidad marroquí. En el interior de la casa —que resultó ser una guardería, como se conoce a los puntos logísticos donde los narcos ocultan la droga— los agentes localizaron dos pistolas y dos escopetas, todas municionadas, y dos chalecos antibalas. A eso se sumó más de cien fardos de hachís, con un peso aproximado de unos 2.500 kilos.

De La Línea a Algeciras

Horas antes del suceso de Algeciras, a las 18.00 de este miércoles, el foco en la lucha contra el narcotráfico volvió a estar sobre La Línea. Fue cuando los policías se percataron de que un individuo se intentaba dar a la fuga al advertir la presencia de los agentes. El sospechoso se ocultó en un garaje. Al acceder a su interior, los efectivos consiguieron detener a uno de los “varios jóvenes” que estaban intentando huir por el tejado.

La sorpresa llegó cuando, en la inspección del local, los policías localizaron un zulo. La hoquedad estaba oculta bajo una ducha y se accedía a ella a través de un mando que accionaba un sistema hidráulico que elevaba la plataforma del suelo. Una vez en el interior de la cavidad, los agentes localizaron hasta 172 fardos de arpillera que contenían más de 6.000 kilos de hachís. Además, también localizaron una furgoneta con placas dobladas y que figuraba como sustraída en Francia.

Aunque el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha aprovechado la operación de La Línea para recalcar vía Twitter que “la lucha contra el narcotráfico sigue dando resultados”; ambos sucesos han provocado la indignación de los sindicatos policiales. Estas organizaciones llevan meses anunciando la escasez de medios y agentes para luchar contra el narcotráfico en la provincia. “Es nuevo incidente, uno más, preocupante, con armas, violencia y temeridad hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, abriendo fuego a la primera de cambio”, ha reconocido hoy Carmen Velayos, secretaria general en Cádiz del Sindicato Unificado de la Policía (SUP).

La portavoz sindical ha insistido en su exigencia de “poner soluciones efectivas permanentes y urgentes en el Campo de Gibraltar ante la escalada de violencia que se vive”. Precisamente, ante este ascenso y de sucesos como la liberación de un traficante del hospital de La Línea por 20 encapuchados, el Ministerio del Interior respondió con el envío de un refuerzo de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de Sevilla.

Sin embargo, y según denuncia el SUP, todos ellos se marcharon de la zona el pasado jueves 22 de marzo. Hasta que “tras las denuncias del sindicato se desplazaron el jueves siguiente [en referencia al jueves 29 de marzo] miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Madrid”, como ha concretado Velayos. Frente a este desplazamiento temporal de unidades, la sindicalista pide la creación “ex profeso de una UPR para La Línea, más medios y recursos humanos o declarar el Campo de Gibraltar como zona de especial singularidad”.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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