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Boadella lleva la fábula de Tabarnia a la casa de Puigdemont en Waterloo

El comediante realiza una performance frente a la mansión del expresidente catalán

Albert Boadella durante su performance ante la casa de Puigdemont en Waterloo. En vídeo, recorrido y actuación de Boadella.Vídeo: DELMI ÁLVAREZ
Álvaro Sánchez

La lluvia no cesa en Waterloo. En una esquina, seis policías belgas observan de pie los movimientos de los recién llegados. Tienen permiso para celebrar el acto y han colocado tres banderas: la europea, la española y la de Tabarnia, que se balancean ligeramente con el viento en una explanada de hierba frente a la casa. Suena Waterloo, de Abba, una vez, dos veces, tres veces. También Por qué no ser amigos, de Hombres G, una sutil oferta de unidad en tiempos de abierta hostilidad. Albert Boadella sale de una tienda de campaña y toma la palabra para iniciar la performance. Está frente a la vivienda donde Puigdemont ha establecido el centro de operaciones del autodenominado Govern en el exilio. "Hemos venido aquí para reunirnos con el presidente fake en una conferencia al más bajo nivel entre un presidente legítimo, que soy yo, y un presidente ilegítimo, que es él. Ya ven que nuestros medios son modestos. En cambio, los suyos son algo más importantes", proclama con aire trascendental en referencia a los 4.400 euros mensuales de alquiler que cuesta el inmueble.

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Boadella llegó a bordo de la denominada "embajada móvil de Tabarnia", bailó ante la casa, se disfrazó de médico con una bata blanca con la inscripción "especialista en paranoias regionales" y empleó la sátira para tratar de poner de relieve las contradicciones del nacionalismo. "Tabarnia va a seguir en el ámbito del humor. Es lo que más nos distingue de los animales", dijo. En medio de una atmósfera cargada de surrealismo, antes de marcharse, dejó en el buzón de la casa una careta con su rostro. En el interior, las cortinas de una de las ventanas inferiores se movían sin dejar ver a sus ocupantes, pero sí una cámara que grababa los movimientos del artista.

Puigdemont no se encontraba dentro dado que este jueves viaja a Finlandia desde Ginebra invitado por ocho diputados afines al nacionalismo, pero Boadella no dudó en dirigirle un mensaje:  "Carlitos sal, no te escondas. Ya sabemos que estás escondido detrás de las cortinas. Ven aquí y te contaremos los desastres que nos has organizado. Te contaremos que la gente de nuestro país no pasa juntos las Navidades por tu culpa. Que nos has dejado pelados, sin un duro. Te contaremos que no hay Gobierno ni hay nada".

Boadella junto a la casa de Puigdemont, este jueves.
Boadella junto a la casa de Puigdemont, este jueves.Delmi Álvarez

El dramaturgo considera que el independentismo catalán ha virado hacia el esperpento y la ficción, por lo que ve legítimo utilizar las mismas herramientas para combatirlo. "Siempre he estado orgulloso de ser payaso. Y en este momento estoy triste porque me encuentro con una competencia desleal inesperada", señaló horas después durante su intervención en el Club Internacional de Prensa de Bruselas. La elección del local no era casualidad. Fue allí donde Puigdemont dio sus primeras explicaciones sobre su huida de España dos días después de llegar a la capital belga.

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Junto a Boadella comparecieron representantes de la Plataforma por Tabarnia, el juego de palabras entre Tarragona y Barcelona que surgió tras las elecciones del 21-D a raíz del triunfo de Ciutadans en estas dos provincias. "Ante la discordia y la fractura que han sembrado en nuestra tierra, queremos hacer algo que en el fondo es más serio de lo que parece. Pedirle a un mal Gobierno que frene y se ponga a trabajar en serio para los catalanes", dijo Jaume Vives, portavoz de la entidad.

Sus miembros dicen estar dispuestos a llegar tan lejos como lo haga el nacionalismo. Para Boadella, "Tabarnia es una quimera lejana y casi imposible, pero existe y esa es su fuerza". El autor catalán cree que el nacionalismo es una fábrica de mentiras. Entre ellas citó su apropiación del término pueblo catalán como si de un ente homogéneo se tratase, sin tener en cuenta la diversidad ideológica. Además, acusó al nacionalismo de tergiversar la historia para presentar a Cataluña como una nación agraviada, invadida y torturada por España, y le culpó de tratar de exportar una imagen de los catalanes edulcorada, como seres diferentes del resto, en una visión que calificó de cercana a la xenofobia.

En la tarde de este jueves, la comitiva pondrá rumbo al Parlamento Europeo, donde han sido invitados a pronunciar una charla por el eurodiputado del grupo liberal Enrique Calvet. "Espero que Tabarnia dure poco porque deje de tener razón de ser en una España de libres e iguales", afirmó el parlamentario en el club de prensa.

Boadella dijo no estar dispuesto por ahora a volver a actuar en Cataluña, donde el fundador de Els Joglars no realiza representaciones desde 2006, cuando denunció ser víctima de represalias por su papel en la fundación de Ciudadanos. Ese desencuentro lo narró en el libro Adiós, Cataluña. Crónica de amor y de guerra, cuya presentación culminó zarpando en barco hacia aguas internacionales. Acta est fabula —la función ha terminado— es uno de los lemas con los que la plataforma por Tabarnia pide el fin de lo que estiman un lamentable espectáculo político en Cataluña. Por ahora, la función, no tiene visos de tener fin.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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