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CASO PÚNICA

El mitin ‘más negro’ de Esperanza Aguirre

La última confesión del 'caso Púnica' afianza las pruebas sobre irregularidades en el acto final de campaña del PP de Madrid en las elecciones de 2007

Esperanza Aguirre, en el mitin de cierre de campaña de las autonómicas, el 25 de mayo de 2007.
Esperanza Aguirre, en el mitin de cierre de campaña de las autonómicas, el 25 de mayo de 2007.Gorka Lejarcegi
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El 25 de mayo de 2007, viernes, el PP de Madrid celebró su acto de cierre de campaña para las elecciones autonómicas y municipales de ese año. La formación conservadora eligió el Palacio de los Deportes de la Comunidad para dar el último empujón a las candidaturas de Esperanza Aguirre para repetir como presidenta regional y de Alberto Ruiz-Gallardón para renovar como alcalde de la capital. La crisis económica apenas asomaba por el horizonte y el partido no escatimó en gastos: miles de banderas, música en directo, equipos de luz y sonido dieron realce a las palabras de los líderes populares… La investigación del caso Púnica apunta, más de una década después, a que este evento fastuoso –cuyo único superviviente político es el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy–, se sufragó con cargo a la caja b del PP madrileño. Un mitin, el más importante de la campaña, pagado en negro.

El acto fue organizado por Waiter Music. Esta empresa contaba con la plena confianza de Francisco Granados, el número dos del partido y cabecilla de la trama Púnica. Los municipios de toda la Comunidad de Madrid, especialmente los gobernados por el PP, recurrían a ella para preparar las actuaciones musicales de las fiestas patronales, cabalgatas de reyes, carnavales y otras celebraciones populares. A cambio de las adjudicaciones, Waiter Music sufragaba en parte los actos del partido y fiestas particulares de sus dirigentes. La empresa facturó 13,6 millones de euros entre 2007 y 2010 a Ayuntamientos regidos por el PP.

José Luis Huerta, gerente de Waiter Music, se unió el pasado miércoles a la conga de arrepentidos del caso Púnica, y reconoció que el PP madrileño, por indicación de Granados y a través del gerente Beltrán Gutiérrez, le pagó el acto del Palacio de los Deportes con dinero negro. El acto costó en torno a 51.000 euros. De ellos 20.000 le fueron abonados, con tres años de retraso, con dinero en efectivo que le entregó Gutiérrez en mano en su despacho de la sede del PP de Génova 13. Los 30.000 restantes se pagaron con un talón después de que Huerta girara una factura falsa por un acto en Alcorcón que Waiter Music nunca realizó.

La confesión de Huerta corrobora los informes de la Guardia Civil sobre este mitin. Las primeras irregularidades detectadas se refieren a la contratación de los grupos Iguana Tango y Azúcar Moreno para amenizar el acto antes de los discursos. Una secuencia de correos electrónicos cruzados por empleados de la Waiter Music y dirigentes del PP regional tres días antes de que se celebrara, reveló la existencia de un contrato "donde se acuerdan las cláusulas para la actuación [...] de una duración aproximada de 90 minutos" por un valor de 20.000 euros para los dos grupos. Ese fue el precio que, de forma oficial, pactó Huerta con Edelmiro Galván, asesor de prensa de Granados.

Sin embargo, otro email fechado dos meses más tarde revelaba la supuesta falsedad de la cifra. En él, José Luis Huerta, aseguraba a Guillermo Mayoral, dirigente regional del PP y actual gerente del partido en sustitución del imputado Beltrán Gutiérrez, que el coste de las actuaciones había sido, en realidad, el triple. El empresario pedía que se le indicase "lo antes posible cómo facturo esto y la formas de cobro", para a continuación detallar las diferentes partidas que elevaban la factura hasta los 48.600 euros más IVA. En total, 60.000 euros. El empresario destacaba que "les hicimos un contrato por 20.000 euros, IVA incluido, aún sabiendo ambas partes que ascendía a una cantidad mayor, como te explico anteriormente".

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Parte del interrogatorio de Huerta versó el miércoles sobre sus trabajos en Valdemoro. Según relató, el sucesor de Granados en la alcaldía, José Miguel Moreno Torres, le llamó tras tomar posesión y le dijo: “Tengo el despacho tan lleno de regalos que no consigo ni entrar, pero ninguno es tuyo”. Esta forma de exigir dádivas a cambio de adjudicaciones llamó poderosamente la atención del juez García-Castellón, que según fuentes presentes en el interrogatorio, lo comparó con la mafia de Sicilia. Huerta organizó para los políticos de Valdemoro fiestas privadas que no le fueron abonadas.

Huerta se detuvo también en las fiestas de inauguración de diferentes tramos del Metro de Madrid, que fueron sufragadas por las empresas constructoras de las obras gracias a que los contratos de adjudicación de los trabajos así lo establecían. Las facturas por estas fiestas, que incluyeron actuaciones musicales, camisetas para los vecinos, autobuses descapotables y atracciones para los niños de los barrios donde llegaba el suburbano, se giraron a las constructoras sin mediar un presupuesto, admitió Huerta, que seguirá declarando el próximo 14 de marzo.

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