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El Supremo vetará la salida de la cárcel de Jordi Sánchez por temor a disturbios

El virtual candidato a la Generalitat elegido por Puigdemont está investigado por promover multitudinarias manifestaciones secesionistas

Jordi Sànchez en octubre de 2017.
Jordi Sànchez en octubre de 2017.JAVIER SORIANO (AFP)

La salida de prisión de Jordi Sànchez para la sesión de investidura del próximo lunes tiene como principal obstáculo los autos del juez del Tribunal Supremo que investiga el procés. El magistrado Pablo Llarena ha denegado reiteradamente la excarcelación del diputado de Junts per Catalunya por el temor a que se reproduzcan los actos violentos que ocurrieron el 20 y 21 de septiembre y en los que Sànchez, entonces líder de la ANC, tuvo un papel protagonista.

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Este es el principal motivo que sopesa el Supremo para impedir la salida de prisión de Jordi Sánchez. El otro argumento es que persiste la posibilidad de reiteración en su conducta delictiva, esto es, promover la independencia de forma uniltateral.

“No es la primera vez que se ha visto a miles de personas rodeando el Parlament, y no hay garantías de que esa eventual sesión de investidura discurriera con normalidad y sin incidentes”, señalan fuentes del alto tribunal. “Podría ser un caos y entonces sí que tendrían que intervenir en serio la policía y la guardia civil”, señalan, “que son las imágenes que buscan los separatistas”. El sumario judicial contra los responsables separatistas da cuenta de acciones “violentas” revestidas de “resistencia pasiva” protagonizadas por los Comités de Defensa de la República, brazo ejecutor de las movilizaciones que ordenan “los organizadores” del referéndum ilegal del 1-0. Y también se hace eco de ocasiones en que miles de personas han rodeado o cercado el Parlament.

El juez que instruye el sumario por sedición, rebelión y malversación contra la cúpula separatista, Pablo Llarena, ya avanzó en un auto que no había inconveniente en que los investigados que se hallan presos fueran elegidos diputados incluso delegar el voto, pero desde el primer momento rechazó dejarles acudir en persona al Parlament. El Supremo avisó en una resolución que denegaba la libertad a los encarcelados ante la ausencia de garantías para “afrontar unas conducciones de salida y de retorno del centro penitenciario” y un no descartable conflicto ciudadano.

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El juez ha rechazado hasta el momento las peticiones de libertad solicitadas por los cuatro encarcelados por el proceso separatista

El juez ha rechazado en resoluciones anteriores las distintas peticiones de libertad solicitadas por los cuatro encarcelados: además de Jordi Sánchez, virtual candidato, número dos de la lista de Puigdemont y expresidente de la ANC, también están recluidos el exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras, el exconseller de Interior Joaquim Forn, jefe político de los Mossos d´Esquadra, y el todavía presidente de Òmnium Cultural Jordi Cuixart.

Si, como es previsible, el Supremo vuelve a denegar a Sánchez su salida de prisión (se enfrenta a penas que rondan los 20 años de prisión), el ayer señalado por Puigdemont como su sucesor no podrá ser elegido presidente de Cataluña. Sánchez es diputado e incluso puede delegar el voto, pero no asistir físicamente al Parlament. Sobre él, además, se cierne una posible inhabilitación judicial para ejercer un cargo público, que se produciría en cuanto sea procesado por el delito de rebelión, lo que puede producirse en cuestión de semanas. Igual ocurre con las otras tres personas recluidas como cabecillas del separatismo.

Los letrados del Parlament informaron, respecto a Puigdemont, de que no se puede ser presidente en ausencia ni a través de un sustituto. Fuentes del Supremo entienden que, en el caso de Sánchez y los demás diputados, ese derecho cívico está seriamente limitado por su régimen carcelario, dado que está siendo investigado por delitos que pueden rondar los 20 años de cárcel.

A Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los jordis, se les imputan las multitudinarias manifestaciones acaecidas durante el proceso separatista. En una de ellas, resultaron destrozados tres coches de la Guardia Civil mientras la letrada de la comitiva judicial que registro la consejería de Economía del exvicepresidente Junqueras el pasado 21 de septiembre tenía que salir por una azotea del edificio para eludir el cerco. La Sección del Supremo que resuelve los recursos de Llarena también rechazó, en el caso de Junqueras, su salida de prisión avalando el criterio del instructor. Hay 22 investigados en el procedimiento del Supremo, cuatro están presos, y seis, entre ellos el principal reo de esta causa, Puigdemont, huidos de la justicia en Bélgica y Suiza (caso de Anna Gabriel, dirigente de la CUP).

"Un honor ser presidente"

Sánchez quiere ser elegido presidente a toda a costa. Le da igual ejercer el cargo desde la prisión y a través de Twitter su equipo ha informado de que considera un "honor" aceptar el cargo, pero todo indica que no podrá salir de prisión ni ser investido. Asistentes al interrogatorio al que sometió la juez Carmen Lamela a Jordi Sánchez antes de decretarle  prisión, el pasado 16 de octubre, luego ratificada por Llarena, aseguran que aquel día, lejos de retractarse, vieron en Sánchez “a un hombre obsesionado con la independencia”.

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