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La “resistencia pasiva” de los Comités de Defensa de la República

El sumario contra la cúpula secesionista revela que este colectivo mantuvo durante el 1-0 una "oposición en la calle" revestida de "hostilidad, violencia y agresividad"

El sumario contra la cúpula secesionista de Cataluña dedica varios capítulos a los llamados Comités de Defensa de la República (CDR). Durante el proceso independentista se han erigido en el brazo ejecutor de las decisiones sobre movilización ciudadana adoptadas “por los organizadores del referéndum del 1 de octubre”, según distintos informes del Ministerio del Interior incorporados al sumario que dirige el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Dentro de la estructura separatista, son los más activos y los encargados ahora, tras la aplicación del artículo 155, de mantener vivo el separatismo.

Agentes antidisturbios desalojan a uno de los manifestantes.
Agentes antidisturbios desalojan a uno de los manifestantes.Carles Ribas

El coronel Diego Pérez de los Cobos, jefe de los más de 6.000 policías y guardias civiles desplazados a Cataluña para impedir el referéndum ilegal del 1-0, sitúa en un informe a los CDR en el foco de los brotes de violencia acaecidos ese día en una treintena de colegios electorales. El denominador común de las cargas policiales, destaca el coronel, fue que los agentes estatales, al intentar retirar las urnas, se toparon con los CDR. Lo que es igual, “una oposición organizada” bajo la apariencia de “resistencia pasiva”. Pero en realidad revestida de “hostilidad, violencia y agresividad” en la calle y frente a los agentes estatales, recibidos en algunos centros de votación con “empujones, pedradas y lanzamiento de objetos”.

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El sumario contra la cúpula del procés revela que hubo chivatazos de Mossos d`Esquadra a manifestantes sobre los colegios donde iban a actuar los antidisturbios, y que fue precisamente esto lo que permitió que efectivos de los CDR se movilizasen con rapidez de un lugar a otro para robustecer los bloqueos humanos a las puertas de los colegios.

En algunos centros de votación, los agentes estatales fueron recibidos con “empujones, pedradas y lanzamiento de objetos”

Entre sus militantes, según las diligencias, figuran algunos encapuchados que protagonizaron los cortes de carretera que colapsaron Barcelona durante la huelga del 8 de noviembre, ante la indignación ciudadana, y aguerridos militantes asentados en las primeras filas de los centros objeto de las cargas policiales. También han nutrido manifestaciones frente al Parlament y escraches a policías y guardias civiles en hoteles. Y, últimamente, la sentada del pasado viernes frente al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, a cuyas puertas se encadenaron varios manifestantes. Hubo 14 detenidos, todos ellos vinculados con los CDR.

El sumario les vincula también con la violenta manifestación del 21 de septiembre a las puertas de la Consejería de Economía de la Generalitat, por la que están presos los jordis, Sánchez, de la ANC, y Cuixat, de Óminum Cultural. Unas 40.000 persona cercaron ese día la consejería (con el destrozo de tres coches de la Guardia Civil) mientras una comitiva judicial registraba el departamento del exvicepresidente Oriol Junqueras, también preso.

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Dos investigados en el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona señalan en pinchazos telefónicos “que si no llega a ser por esta reacción que tuvo la gente en las calles se habría ido más allá con el presidente y el vicepresidente”. ”Creo que han valorado hacer más detenciones al máximo nivel pero que si hay una respuesta mayor que la que hubo es donde pueden tener un problema”, sostiene en el diálogo Joan Manuel Tresseras, ex director general de Patrimonio de la Generalitat. Y uno de los 14 detenidos el 20 y 21 de septiembre por orden del Juzgado 13 de la ciudad condal.

Barcelona abriga el núcleo central de esta suerte de brigadas, nacidas con la finalidad de celebrar el referéndum y seguidamente alcanzar la independencia y que están inspiradas, según el sumario, en los comités de defensa cubanos.

Reuniones secretas

El sumario recoge reuniones secretas de los Comités de Defensa de la República, posteriores al referéndum ilegal, en los municipios barceloneses de Igualada, Manlleu y en un polígono industrial a las afueras de Sabadell, adonde acudieron 200 personas de 90 comités de toda Cataluña. Los encuentros tuvieron lugar entre el 14 de octubre y el 4 de noviembre de 2017. La intención era crecer (acabaron siendo 172 comités en toda Cataluña) y mantener la tensión para reclamar la liberación de los, según ellos, “presos políticos”. En eso están ahora, pero con anterioridad, su prioridad fue celebrar el referéndum anulado por el Tribunal Constitucional.

Los CDR surgieron en marzo de 2017 y les apoyan e instigan las CUP, la ultraizquierda independentista. Muchos de sus integrantes son convencidos antisistema, hermanados con Arran, la rama juvenil de las CUP, y su credo es conseguir sus fines separatistas mediante “la desobediencia civil, con resistencia tanto activa como pasiva”, según el sumario. Miembros de estos organismos se entrenaron en descampados la víspera del 1-0 para frenar a los antidisturbios estatales. Los investigadores conectan los CDR, entre otros nexos, con proclamas en favor de la “desobediencia” frente al Estado hechas por la hoy fugada en Suiza Anna Gabriel. Las proclamas las hizo durante reuniones confidenciales que mantuvo con la cúpula del procés para diseñar la hoja de ruta secesionista. Así consta en la agenda en la que Josep María Jové, número dos de Oriol Junquera, que describe los pasos a dar para alcanzar la soberanía.

Los CDR son un movimiento espontáneo nacido a nivel de barrio, luego local que a medida que se aproximaba el referéndum ilegal del 1-0, saltaron al ámbito supramunicipal, comarcal y regional. Contactaron a través de redes sociales.

Los investigadores disponen de testimonios, grabaciones y noticias de prensa sobre las actividades de estos comités antes y después del 1-0: evocan acciones de las “brigadas internacionales callejeras”, en “defensa de las instituciones catalanas” y del referéndum ilegal. “A ver si vamos a convocar a gente en la calle sin saber cómo protegerlos o cómo cortarle el paso a la policía”, señala en su informe la Guardia Civil haciéndose eco de una noticia del El Confidencial.

Los CDR han extendido sus redes por las distintas zonas de Cataluña. Por ejemplo, los de las comarcas de Girona, interconectadas todas ellas con la finalidad, cuando aún se hallaban en la región los agentes desplazados allí, de “exigir la salida de las fuerzas de ocupación de Cataluña” y “ser capaces de organizar y llevar a cabo acciones de bloqueo para detener el país cuando sea necesario”.

"Vigilancia policial"

El 4 de noviembre, en una reunión que celebraron representantes de estos comités en la localidad de Manlleu para diseñar estrategias, concluyeron que “ante la ofensiva autoritaria y antidemocrática sin precedentes del Estado español” exigían “la liberación inmediata de los encarcelados por sus ideas”, a los que muestran su apoyo “cuando haga falta y para lo que haga falta”, avisan en un comunicado incorporado al sumario. Y “estamos preparados para defender la república pacífica pero contundentemente”, decían, pidiendo entonces que se formasen comités en todos los municipios (al final pasaron de 92 a 172 comités) y que se respetase el derecho a la huelga. No se quedó en una simple petición: días después cortaron calles (“lo que haga falta”) para demandar la liberación de lo que ellos llaman “presos políticos”. La policía acecha los pasos de estos comités.

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