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Mireia Boya corrige al resto de investigados y dice que se buscó la independencia real

La Fiscalía no pide medidas cautelares contra la expresidenta del grupo parlamentario de la CUP tras su declaración ante el juez Llarena

La diputada de la CUP Mireia Boya. FOTO: Uly Martín/ VÍDEO: ATLASFoto: atlas

La expresidenta del grupo de la CUP en el Parlament, Mireia Boya, ha declarado este miércoles en el Tribunal Supremo que su intención cuando el 27 de octubre se votó la declaración unilateral de independencia era que esta tuviera un efecto real, aunque la aplicación del artículo 155, dijo, lo hizo imposible. Esta versión contradice a la del resto de investigados que ha sostenido que la declaración fue simbólica. Boya compareció ante el juez Pablo Llarena como investigada por su actuación durante el procés. Quedó en libertad sin medidas cautelares.

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Mireia Boya ha sido el primer miembro de la CUP citado por el instructor de la causa abierta en el Tribunal Supremo contra los líderes independentistas catalanes. La declaración de su compañera Anna Gabriel, que en principio estaba prevista también para ayer, se ha retrasado una semana a petición de su abogado.

Boya declaró por ser expresidenta del grupo parlamentario de la CUP, cargo señalado como parte del comité estratégico del procés en el documento Enfocats, considerado por el juez Llarena como la hoja de ruta del independentismo. Según el documento, de este comité estratégico (que estaba llamado a coordinar un hipotético Govern de transición tras el referéndum del 1 de octubre) formarían parte, entre otros, los presidentes y portavoces de los grupos parlamentarios independentistas, por lo que Llarena ha citado a declarar como investigados a los que ejercían este cargo en la anterior legislatura.

Pero Boya, la primera de esta tanda de imputados en declarar, aseguró ante el juez que no tuvo constancia de la existencia de Enfocats hasta que leyó sobre él en un atestado de la Guardia Civil. Además, aseguró, ese documento no responde a la forma de hacer y de pensar de la CUP, que no comparte las estructuras jerárquicas que ahí se establecen. Una vez fuera del tribunal, Boya explicó a los medios de comunicación que el Enfocats fija una “dirección clandestina encerrada en un despacho al margen de los ciudadanos”, una estrategia contraria a la que defiende su formación. “No tiene ningún sentido. No vamos a participar en ningún comité estratégico”, dijo.

Boya entró y salió del Supremo respaldada por miembros de su formación, del PDeCAT y de ERC, además de varias decenas de simpatizantes que se habían desplazado desde Cataluña a Madrid. La exdiputada rechazó contestar a las preguntas de la Fiscalía y de la acusación popular ejercida por Vox y solo respondió a su abogado y a alguna pregunta formulada por el juez. Entre otras cuestiones, Llarena quiso saber si, para Boya, la declaración de independencia votada por el Parlament el 27 de octubre tenía un efecto real o era solo una declaración “simbólica” o “cosmética”, como han alegado los miembros del Govern y de la Mesa del Parlament que han comparecido ante el juez. La exdiputada se desmarcó de ellos defendiendo que la declaración sí buscaba un efecto real porque, en su caso, así lo habían pedido las bases de la CUP, aunque esto luego no fue posible debido a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

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Sin violencia

Boya defendió también las movilizaciones que se llevaron a cabo durante los meses de septiembre y octubre. Según las fuentes consultadas, sostuvo que los manifestantes siempre fueron pacíficos y que los únicos que ejercieron violencia fueron la Guardia Civil y la Policía, y recordó que, el día 20 de septiembre, varios agentes “intentaron asaltar la sede de la CUP”, en referencia a la presencia de policías a las puertas de la sede de la formación a la espera de una orden judicial de registro que nunca llegó. Además, según las fuentes consultadas, la exparlamentaria afirmó ante el juez que en los días previos al 1 de octubre “agentes de paisano salieron a cazar con porras a los independentistas” que se manifestaban a favor del referéndum.

A la salida del tribunal, la exdiputada de la CUP, que no se retractó ante el juez de ninguna de sus actuaciones durante el procés, aprovechó la presencia de los medios de comunicación para decir que “las próximas declaraciones” previstas en el Supremo para la semana que viene (entre ellas la de Artur Mas y Marta Rovira) “tendrían que parecerse” a la que ella hizo ayer. Además, explicó que Llarena no le preguntó si acataba la Constitución, pero que ella sí había dicho ante el instructor que “la interpretación de la Constitución no se tiene que convertir en un muro para dirimir un conflicto político”. “Hay que reformarla y apostamos por hacer una propia de forma participativa, desde abajo, en un proceso constituyente propio”, afirmó.

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