La mandíbula encontrada en el pantano del Ebro no es de las niñas de Aguilar
Las familias de Manuela Torres y Virginia Guerrero, desaparecidas en 1992, están indignadas por "el sufrimiento innecesario" que les han causado la vinculación del hallazgo con su caso
Tras su análisis en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, la Guardia Civil ha confirmado que la mandíbula aparecida con la sequía el pasado mes de octubre en una orilla del embalse del Ebro (La Población de Yuso, Cantabria) no refleja "ninguna coincidencia" con el ADN del programa Fénix de desaparecidos.
El programa Fénix es una base de datos con información genética de familiares de todas las personas desaparecidas en el territorio nacional o fuera del país que tengan relación con España, que han dado permiso para que se disponga de su ADN. En ella hay información de los allegados de las niñas Virginia Guerrero Espejo y Manuela Torres Bouggefa, de 14 y 13 años, vecinas de Aguilar de Campoo (a 50 kilómetros de donde fue hallado el hueso) que desaparecieron sin dejar rastro en 1992 cuando intentaban volver en autostop tras salir de fiesta en Reinosa. Su desaparición se conoció como caso Alcàsser de Palencia, por sus coincidencias con aquel.
El pasado mes de enero varios medios locales —Diario de Burgos, Diario palentino, Diario montañés, El Norte de Castilla— vincularon el hallazgo de la mandíbula con aquella desaparición citando la filtración de un primer informe que revelaba que el hueso podría pertenecer a una adolescente que llevase muerta 25 años (informe que en ningún caso fue confirmado ni desmentido oficialmente por la Guardia Civil ni el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, del que depende el juzgado de Instrucción de Reinosa que lleva la investigación).
Tras la confirmación de hoy, en Aguilar de Campoo (Palencia) las familias de Manuela Torres y Virginia Guerrero han mostrado su indignación por "el sufrimiento innecesario" que les ha causado la filtración del primer informe forense y los medios que lo publicaron sin esperar a los resultados definitivos. El hermano de Virginia Guerrero, Emilio Guerrero, ha asegurado a la Agencia EFE que han sufrido "un auténtico calvario" desde que apareció la noticia el 4 de enero. "A la pesadilla que nos toca vivir desde hace 25 años, hay que sumar estos hechos tan lamentables", ha afirmado Guerrero. La persona que "filtró el informe no es consciente del sufrimiento innecesario en el que nos ha sumido durante estos larguísimos días y noches... Seguimos igual que estábamos pero habiendo vivido una pesadilla innecesaria", ha zanjado, recordando que ya vivieron un episodio parecido cuando aparecieron los cráneos de dos mujeres en el embalse de Requejada, en Cervera de Pisuerga, solo dos años de la desaparición de su hermana.
En principio, una de las hipótesis de trabajo de la Guardia Civil, y la que más apoyaban los vecinos de La Población (100 habitantes) consultados por este diario, fue que la mandíbula procediera del antiguo cementerio del pueblo que quedó anegado bajo el pantano en 1952 (se selló antes con una losa). En la zona, encontrar restos humanos "no es una cosa tan rara", explicaba en enero la dueña de un mesón en esa orilla del embalse. "El problema es que se publican cosas antes de que estén confirmadas".
Por su parte, la Guardia Civil ha asegurado en su comunicado que la investigación sobre la procedencia de la mandíbula va a continuar para tratar de averiguar su procedencia.
