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Francia encara el acercamiento de presos de ETA

El Gobierno Macron estudia caso por caso una veintena de solicitudes de los cerca de 60 etarras en prisiones francesas

Marc Bassets
Imagen de archivo de una manifestación por el acercamiento de los presos de ETA.
Imagen de archivo de una manifestación por el acercamiento de los presos de ETA.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Todo está a punto. El Gobierno francés tiene las peticiones sobre la mesa. Las asociaciones españolas de víctimas del terrorismo están informadas, así como los alcaldes, diputados y activistas del País Vasco francés. Las autoridades se preparan para acercar a prisiones próximas a sus hogares a presos etarras dispersos por todo Francia. París, hoy preocupado ante todo por los dos mil presos yihadistas y radicalizados, estudia caso a caso las peticiones de acercamiento, y quiere aplicar a los presos de ETA las mismas leyes y condiciones que al resto de presos.

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Por la sede del Ministerio de Justicia, en la selecta Place Vendôme de París, junto al Ritz y entre comercios de lujo, han desfilado en las últimas semanas desde asociaciones vasco-francesas favorables al acercamiento de los presos —una causa que concita el consenso de fuerzas de todo el espectro político local— hasta las principales asociaciones de víctimas de ETA. Les ha recibido, en su despacho en la planta baja, Hélène Davo, una de las personas en el Gobierno francés que mejor conoce la cuestión.

Davo se ocupó, en su etapa profesional como magistrada, de casos que tenía que ver con ETA. Y después ejerció de juez de enlace francesa en Madrid, un cargo clave en la cooperación judicial bilateral. Ahora es la directora adjunta del gabinete de la ministra de Justicia, Nicole Belloubet. En esta posición, se encarga de recibir y estudiar las demandas de acercamiento de los presos para, coordinada con las autoridades penitenciarias francesas, darles el sello de aprobación final para que puedan trasladarse a prisiones más cercanas al País Vasco.

El 16 de enero Davo recibió a Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite). El 18 de enero se reunió con Mari Mar Blanco, de la Fundación Víctimas del Terrorismo. Y el 1 de febrero, con Alfonso Sánchez, de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT). Se trataba de disipar los recelos ante el aparente giro en la político francesa respecto a la dispersión de los presos de ETA en Francia.

Las noticias, en diciembre, sobre un posible acercamiento de presos despertaron la inquietud en las asociaciones. Sánchez, de la AVT, envió una carta al presidente francés, Emmanuel Macron, elegido el pasado mayo. “El motivo de mi carta es trasladarle nuestra preocupación por informaciones aparecidas en España en relación a contactos entre personas de su gobierno y los presos de la organización terrorista ETA”, dice el texto.

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Sánchez llegaba pues a París con un cierto escepticismo y con la bandera de la defensa de la dispersión. Como las otras dirigentes de asociaciones de víctimas unos días antes, salió persuadido por los argumentos de Davo. “No es que aceptemos el acercamiento o no”, dijo el presidente de la AVT a un grupo de periodistas que le esperaba a la salida de la reunión. “Es que se cumplen las leyes francesas. Primer tiempo de saludo, como guardia civil que soy. No podemos estar en contra”.

Demandas individuales

El argumento de París es que no existe una vía específica de acercamiento para los presos ligados a ETA, y tienen que someterse al mismo proceso que cualquier otro preso. "Cada detenido está en condiciones de formular su demanda y esta será tratada individualmente, lo que significa independientemente de las otras demandas", dijo el 15 de enero a EL PAÍS Youssef Badr, portavoz del Ministerio de Justicia. "El Ministerio de Justicia acaba de recibir peticiones individuales y otras deberían llegar. Le indico que se contemplan acercamientos en las próximas semanas, siempre caso por caso".

Los criterios de París para decidir si aceptar o rechazar una petición van desde el lugar de residencia de la familia hasta la pena que queda por cumplir. Un preso que esté llegando al final de su condena, por ejemplo, tiene más posibilidades de ver aceptada su petición. Otros criterios son el comportamiento en prisión y su peligrosidad. Hay dos líneas rojas para Justicia: que los presos tengan un mandato de arresto en España (es decir, que al cumplir su pena en Francia puedan cumplir otra en España), y que no sean presos históricos con valor simbólico. No se les exige ni que rechacen explícitamente la violencia ni que se desvinculen de ETA.

Entre los presos de ETA en Francia, se encuentran nombres como Garikoitz Aspiazu Rubina, conocido como Txeroqui, preso en Arles, a unos 750 kilómetros del País Vasco español; Mikel Albisu Iriarte, Antza, en Reau Sud Francilien, a 940 kilómetros; o David Pla Martín, en Osny, a 970 kilómetros. Se desconocen quiénes han formulado la solicitud de acercamiento. En la mesa de Davo hay cerca de una veintena de peticiones. En total hay 59 presos vinculados a ETA, según el último recuento. Los presos cuya solicitud se acepte irán a las prisiones de Lannemezan y de Mont-de-Marsan, a 330 y 234 kilómetros de distancia. En paralelo, el Gobierno francés ha levantado a varios presos —menos de diez, por ahora— el estatuto DPS, siglas de “detenido particularmente señalado”. Este estatuto se aplica a miembros de organizaciones terroristas. Afecta a un tercio de los presos etarras en Francia.

"Estábamos preocupados porque habíamos visto informaciones que nos inquietaban", explica por teléfono Consuelo Ordóñez, de Covite. "Salí satisfecha de la reunión [con Davo]", añade. Ordóñez aplaude que no se haya hecho ninguna excepción a las leyes para los presos de ETA y que se aplique el Estado de derecho. También celebra que el Gobierno francés haya exigido demandas de acercamiento caso por caso y haya rechazado una negociación colectiva. "Ante estas explicaciones muy claras, estamos tranquilos", dice. Y asume que no habrá "nada que decir" cuando se acerquen los presos, porque estos cumplirán los requisitos.

El método de Davo ha consistido en preparar el acercamiento de los presos manteniendo informadas a las partes en todo momento. El 27 de enero se reunió con el alcalde de Bayona y presidente de la llamada comunidad de aglomeración del País Vasco, el centrista Jean-René Etchegaray, y con varios cargos electos y representantes de la sociedad civil de la región, favorables al acercamiento.

"Hay una verdadera expectativa en la sociedad vasca, del lado francés, porque a la gente le cuesta entender que siga existiendo, seis años después del fin de la lucha armada, y más aún después del desarme, un régimen de excepción creado en un periodo de enfrentamiento muy aguda", dice por teléfono Jean-Noël Txetx Etcheverry, de la organización vascofrancesa Artisans de la Paix (Artesanos de la Paz). "Estamos satisfechos de que se haya abierto un diálogo con el nuevo Gobierno. El otro motivo de satisfacción es que el Ministerio de Justicia haya anunciado acercamientos en las próximas semanas, y lo esperamos con impaciencia".

El Gobierno francés no se opone al acercamiento , pero tampoco lo considera un derecho. El ocaso de ETA, organización que causó poco daño en Francia comparado con España, coincide con la urgencia de una amenaza terrorista hoy más grave, la del Estado Islámico y otros yihadistas. Otros tiempos, otras prioridades.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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