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Las comunidades españolas temen el impacto de un Brexit duro

Un informe remitido a Bruselas alerta de los efectos sobre turismo, inversión y agricultura

Lucía Abellán
Theresa May y Mariano Rajoy este martes en Londres.
Theresa May y Mariano Rajoy este martes en Londres.Matt Dunham (AP)

Inversiones congeladas, turistas que cambian de destino, exportaciones agroalimentarias a la baja… Las comunidades españolas temen el impacto de un Brexit duro en sus economías. Alrededor de 40 regiones de toda Europa han analizado los posibles perjuicios de la salida británica. España es el país que más aportaciones ha enviado al Comité Europeo de las Regiones, órgano de representación de estos territorios en la UE y coordinador del estudio. El texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, destaca la “actual incertidumbre” respecto a las negociaciones entre Bruselas y Londres y anticipa “efectos inmediatos en intercambios comerciales y movimiento de personas”, incluidos los turistas.

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Ocho comunidades autónomas, entre las que no figura Cataluña, han comunicado sus temores a este organismo con sede en Bruselas. La falta de Gobierno en esa comunidad y el hecho de que los anteriores miembros del comité regional hayan quedado suspendidos por la aplicación del artículo 155 han alejado a uno de los territorios más ricos de España de la representación en Bruselas. Cada una de las tablas de impacto viene firmada por el presidente de la comunidad. Estos son los principales resultados:

Madrid. Comercio y turismo son las dos áreas más afectadas por el Brexit. Madrid destaca que Reino Unido es su principal inversor extranjero desde 2009 y que la salida británica puede representar “una posible caída brusca en el volumen de inversión procedente de Reino Unido, al menos hasta que la nueva relación entre la UE y Reino Unido esté plenamente en vigor”. El Gobierno de Cristina Cifuentes optar por buscar el ángulo positivo al abandono británico: “Más compañías británicas pueden sentir la necesidad de establecerse en Madrid para atender al mercado interior, dado que no podrán acceder al mercado europeo desde Reino Unido”.

Para paliar los efectos de ese movimiento tectónico en la UE, Madrid ha creado un plan, en cooperación con el Gobierno central. La región pide a Bruselas “que mitigue, en la medida en que sea posible, el impacto de un Brexit duro”. Es decir, una salida británica sin acuerdo entre ambas partes, con consecuencias muy dañinas para la economía europea y principalmente para la británica.

País Vasco. A Euskadi le preocupan sectores diferentes a los de la mayoría de comunidades analizadas: el automóvil, el aeroespacial, el energético, así como los servicios financieros y la industria ferroviaria. Reino Unido es el cuarto destino exportador vasco y uno de los territorios más atractivos para la inversión, con más de 50 empresas vascas presentes en suelo británico. Aunque de momento carece de datos para precisar el impacto financiero, “el País Vasco se verá directamente afectado por la salida británica de la UE”, constata el documento. Más allá de la negociación con Reino Unido que centraliza el enviado de la UE, Michel Barnier, Euskadi pide que se activen “los mecanismos necesarios” para que regiones y municipios participen en el proceso.

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Andalucía. El cambio de estatus de Reino Unido afectará a la frontera con Gibraltar, a la inversión extranjera, al turismo, la agricultura y la industria. El Gobierno andaluz destaca que el 58,7% de los trabajadores españoles en Gibraltar se verán perjudicados. Alrededor de 10.000 españoles cruzan a diario la verja para ir a trabajar a la colonia británica. Andalucía pone, además, de manifiesto la enorme magnitud del turismo británico en la región: aporta un 1,2% de su PIB. El texto destaca las potenciales pérdidas en la política agraria común por la salida de Londres del presupuesto europeo. Los cambios podrían suponer 190 millones de euros al año menos para la comunidad. Como soluciones, el Gobierno de Susana Díaz señala una estrategia para “influir en el mercado británico” con objetivos y estrategias, sin dar más detalles. Y pide a Bruselas -al igual que hacen otras regiones europeas- la creación de un fondo europeo para mitigar los perjuicios del Brexit.

Valencia. Los sectores más afectados serán la agricultura, la industria, el turismo, la sanidad, la educación y los sectores sociales. Esta comunidad reúne a una buena parte de la comunidad británica residente en España (100.000, un tercio del total). Además, Reino Unido constituye su tercer destino exportador y teme que “una posible caída en el turismo afecte al mercado inmobiliario y a los servicios”.

El Ejecutivo valenciano detalla un buen número de contactos regionales para tratar de suavizar el Brexit y reclama a Bruselas que mantenga el presupuesto comunitario, cuyo marco desde 2021 debe negociarse ahora.

Baleares. Esta comunidad coloca como prioridades la economía en general y el turismo, la inversión inmobiliaria y la navegación en particular. Baleares vaticina un impacto en los servicios porque el sector turístico y otras actividades relacionadas representan el 80% del PIB autonómico. “Cualquier cambio en la libertad de movimientos [de ciudadanos europeos] se dejará sentir, ya que el 25% de los turistas son de Reino Unido”. Además, este país es el segundo inversor extranjero en Baleares.

Canarias. Al Gobierno de Fernando Clavijo le inquieta el impacto en agricultura, turismo, inversión, bebidas alcohólicas, motor e inmobiliarias. Como ocurre con otras regiones, Reino Unido es el principal destino de productos agroalimentarios. “Una retirada brusca sin acuerdo de libre comercio de bienes y servicios podría arruinar esta situación”, admite el documento.

Castilla-La Mancha. Este Ejecutivo autonómico pone el énfasis en el mantenimiento de los fondos europeos, en riesgo por la pérdida de aportación neta de Reino Unido, que supondrá un agujero anual de unos 10.000 millones de euros en los presupuestos comunitarios.

Murcia. Agricultura y turismo serán las áreas con mayor impacto del Brexit. Reino Unido es “la mayor fuente de turistas de Murcia (43%) y el segundo destino exportador”, arranca el texto. Al igual que Castilla La-Mancha, esta comunidad previene contra la pérdida de fondos estructurales de la UE como consecuencia del divorcio británico.

La pérdida de fondos inquieta a las regiones

Tanto Cataluña, sonora excepción de esta encuesta sobre el Brexit, como otros territorios europeos tendrán más oportunidades de trasladar sus inquietudes al órgano de representación regional en Bruselas. El Comité Europeo de las Regiones les ha enviado otra ronda de preguntas sobre las consecuencias de la salida británica de la Unión Europea. Los resultados se conocerán en marzo.

Aunque serán los Gobiernos centrales de los Estados miembros los que tengan que ratificar el futuro pacto del Brexit, Karl-Heinz Lambertz, presidente del Comité Europeo de las Regiones, insta a implicar a las regiones en todo el proceso. “El acuerdo final entre la UE y Reino Unido, así como todas las acciones que tendremos que poner en marcha para garantizar su aplicación, deberán tener en cuenta las necesidades locales y regionales específicas para minimizar el impacto socioeconómico de este lamentable divorcio”, asegura Lambertz. Este organismo observa con enorme preocupación uno de los efectos indirectos del Brexit: la pérdida de fondos europeos para el desarrollo regional. La Comisión Europea ya ha advertido de que el adiós de un contribuyente neto a las arcas comunitarias como Reino Unido obligará a reducir el dinero destinado a distintas políticas. Para minimizar el impacto, Bruselas insta a los Estados a aportar más.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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