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La suerte que tardó 60 años en llegar

La administración nº1 de Yecla (Murcia) ha repartido integramente el tercer premio de la Lotería del Niño con el 23282, un número que lleva seis décadas vendiendo en cada sorteo

Detalle de la Calle Alfarería en donde se encuentra la administración Virgen del Castillo.Vídeo: GOOGLE MAPS
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05685: primer premio del sorteo de la Lotería del Niño
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A la administración número 1 del municipio murciano de Yecla (34.000 habitantes) ha tardado seis décadas en llegar la suerte. Pero finalmente este sábado, el tercer premio de la Lotería del Niño ha recaído en el 23282, un número que el despacho yeclano lleva vendiendo en exclusividad y sin descanso en cada sorteo desde hace cuatro generaciones. Es la primera vez que un premio completo de un sorteo recae en este número. En este negocio, conocido como Virgen del Castillo, se han vendido hasta 450 décimos, que suman 12,5 millones de euros en premios, según ha indicado Alicia González Moro, la antigua propietaria del local. 

Alejandra Villascusa, una de las actuales dueñas de la administración, afirma que hay familias de clientes fieles que llevan "abonados" al número 23282 durante tres generaciones. "Hay algunas personas de mi edad que siguen jugando este número porque lo han heredado de sus padres", comenta la gerente.

Villascusa afirma que se había levantado esta mañana con gripe y estaba siguiendo el sorteo desde la cama, pero "de la emoción me he puesto de pie. Me ha emocionado mucho pensar en las caras de mis clientes que ahora lo estarán celebrando", comenta alegre. Esta administración lleva cuatro generaciones de loteros que se hizo conocida por haber dado el primer premio Gordo de Navidad de la historia de la Comunidad de Murcia, en el año 1846.

Uno de esos clientes agraciados de la Lotería del Niño es Miguel Ángel Bisla, dueño del Pub Borneo, situado a unos minutos andando de la administración ganadora. "Yo llevo 17 años vendiendo este número en mi local y este año hemos tenido suerte", comenta Bisla, quien afirma que todos los clientes que le han comprado un décimo son del barrio.

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La historia más conmovedora la pone uno de los asiduos del bar, quién hace unas semanas le pidió a Bisla que le guardase un décimo con el 23282. Este cliente sufrió unos días después un infarto que lo mandó al hospital. "Ya me ha llamado para preguntarme por el décimo y le he asegurado que se lo guardo, yo creo que la alegría va a hacer que se recupere antes", comenta Bisla. 

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