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Interior instruye a los policías ante posibles emboscadas yihadistas

Un documento del ministerio imparte a los agentes instrucciones para extremar las medidas de autoprotección

Agentes de la Guardia Civil conducen en Vinaròs (Castellón) a un posible yihadista relacinado con los atentados en Cataluña.
Agentes de la Guardia Civil conducen en Vinaròs (Castellón) a un posible yihadista relacinado con los atentados en Cataluña.Marti Domenech

El Ministerio del Interior distribuyó a finales de diciembre entre los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil un documento confidencial con instrucciones para que extremen las medidas de autoprotección ante la posibilidad de ser objetivo de un atentado yihadista. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, justifica la medida en que “prácticamente el 50% de los atentados perpetrados en los últimos años en los países” de nuestro entorno “han tenido por objeto a agentes de policía”. También recuerda que se han detectado “cierto número de ataques contra dependencias policiales, ya sea contra el personal de seguridad, ya sea en su interior con motivo del acceso a las mismas a las mismas con ocasión de cualquier trámite”, por lo que el equipo de Juan Ignacio Zoido ordena “no caer en la relajación en la seguridad de nuestras propias instalaciones”.

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El documento —clasificado como de “difusión limitada” por el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto— recuerda la obligación de usar “chalecos antibalas, armas largas y otros medios de protección” a los agentes uniformados cuando estén de patrulla o custodiando edificios. Además, pide que estos presten “especial atención a personas que lleven ropa que no se corresponda con la época del año o que vayan especialmente abrigadas” ante la posibilidad de que oculten armas o explosivos.

Evitar “proximidad física”

También reclama a los agentes no se relajen las medidas de seguridad cuando su trabajo les “obligue a mantener una posición de proximidad física a terceras personas” ante el riesgo de un ataque con arma blanca. Finalmente, les pide que sean especialmente cautelosos cuando acudan a un aviso por la llamada de un ciudadano y al llegar comprueben que “la situación no se corresponda con lo requerido”. En este caso le reclama que eviten “cualquier exposición innecesaria en previsión de un posible atentado contra la unidad policial actuante” en referencia a una emboscada.

El documento recuerda que los agentes destinados a dar protección a edificios públicos también deben observar medidas extremas de autoprotección. “La mera presencia de un dispositivo policial estático puede no solo no resultar disuasorio, sino que puede constituirse en potencial objetivo de ataque terrorista”. Por ello, reclama añadir al dispositivo “patrullas dinámicas” y “medidas electrónicas de seguridad”. Incluso plantea utilizar los vehículos policiales como “barrera” si no hay “otros elementos de protección física”. En este sentido, Interior recuerda a los agentes que presten especial atención a “los vehículos que circulan en las inmediaciones [...] para evitar atropellos u otras agresiones desde vehículos en movimiento”.

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Para las comisarías de Policía y cuarteles de la Guardia Civil, Interior ordena “disponer de medios técnicos de seguridad, así como de barreras u otros elementos de contención física que proporcionen protección al personal de seguridad y a los accesos a la dependencia”. También, extremar el control sobre “todas las personas que accedan a las dependencias” y adoptar medidas “para limitar su libertad de movimientos a espacios debidamente controlados”.

En caso de ataque yihadista, el documento ordena a policías y guardias civiles “neutralizar la amenaza terrorista, tratando de aislar, controlar o anular las fuentes de peligro en el menor tiempo posible” para “reducir el número de víctimas potenciales”. El documento recuerda que “en los atentados en los que los terroristas utilicen armas de fuego probablemente también puedan portar otras armas o artefactos explosivos”. También alerta de la posibilidad de que los atacantes intenten “infiltrarse u ocultarse entre las víctimas”, por lo que ordena que a todas ellas se les exige mantener las manos a la vista y sin nada en ellas “para evitar posibles confusiones” y poder detectar a los terroristas.

Candidatos a jefe de la lucha antiterrorista

Tras destituir el 29 de diciembre al comisario Enrique Barón como comisario general de Información de la policía, Interior abrió la convocatoria para elegir por el procedimiento de libre designación al alto mando que ocupará este puesto clave en la lucha antiterrorista. Tres son los comisarios mejor colocados: Germán Rodríguez Castiñeira —jefe superior de Madrid desde hace cinco meses—, Alberto León —veterano en la lucha contra ETA— y Teodoro Gómez —actual jefe en funciones de la comisaría general y con experiencia en la lucha antiyihadista tras su paso por la Embajada de España en Pakistán—.

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