_
_
_
_
_

La sequía arruina el tradicional baño de Nochevieja del río Bullaque

Los vecinos de El Robledo (Ciudad Real) por primera vez en 20 años no podrán despedirse del 2017 con su fiesta habitual en este afluente del Guadiana

Vecinos de El Robledo (Ciudad Real) se bañan en el río Bullaque el 31 de diciembre de 2016 durante la celebración del tradicional 'Día del río'.
Vecinos de El Robledo (Ciudad Real) se bañan en el río Bullaque el 31 de diciembre de 2016 durante la celebración del tradicional 'Día del río'.

Desde hace dos décadas, cada 31 de diciembre los vecinos de la localidad de El Robledo (Ciudad Real) se juntan para despedir el año en la orilla del Bullaque, afluente del Guadiana, el cuarto río más largo de la península ibérica. En esta reunión anual, El Robledo celebra la vuelta del agua al caudal del Bullaque tras la sequía de los años noventa. Sobre las 12 del mediodía, los más valientes suelen animar la fiesta con un baño completo. Pero este domingo, por primera vez desde que existe la tradición, no será posible echarse al agua, porque el Bullaque se ha quedado casi sin ella. Cuatro años de sequía han reducido su cauce a niveles tan bajos como nunca se había visto en los últimos veinte años. El embalse de Torre de Abraham, que abastece directamente a al menos 15.000 personas en la zona y se alimenta principalmente gracias a este río, agoniza; este mes está al 8% de su capacidad.

Más información
La alerta por sequía se instala en el Guadalquivir
La Xunta acelerará el trasvase del río Verdugo pese a las últimas lluvias
La renta agraria creció un 4,9% en 2017

"Vemos al río morir". Así la alcaldesa de El Robledo, Elena Tamurejo, describe la situación actual en las orillas del Bullaque, que mide 91 kilómetros de largo y pasa también por el Parque Nacional de Cabañeros. La regidora de la localidad, que cuenta con poco más de 1.000 habitantes, explica que la sequía está golpeando este año como nunca a distintos sectores vitales para la economía de la zona. Los más afectados son los agricultores, porque la Confederación Hidrográfica del Guadiana, de la que depende la gestión del agua en esa zona, ha restringido la cantidad que el embalse de la Torre de Abraham destina a los regadíos. También el turismo rural en el Valle del Bullaque, mancomunidad que comprende a El Robledo, está afectado por la agonía del río, según afirma el presidente Dionisio Vicente. "Es un entorno natural que se pierde", comenta Tamurejo.

El río Bullaque y la presa de Torre de Abraham ya pasaron por épocas complicadas. José Martínez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, explica que la sequía que afectó al área entre el año 1990 y el 1995 fue "peor que la actual". Tras esos duros años se aumentó la capacidad del embalse de 40 a 180 hectómetros cúbicos. El pantano renovado se destinó al abastecimiento directo de 12 localidades divididas en dos mancomunidades y posteriormente se conectó con otro embalse como reserva para la mancomunidad Gasset, que comprende Ciudad Real y suma una población de más de 100.000 habitantes.

Imagen de un tramo del río Bullaque completamente seco tomada este sábado.
Imagen de un tramo del río Bullaque completamente seco tomada este sábado.

La confederación marca la situación actual de la zona del río Bullaque y del embalse de Torre de Abraham entre las tres de la cuenca del Guadiana en estado de emergencia. El volumen embalsado actualmente está destinado a "garantizar el mínimo ecológico del embalse para evitar que los peces mueran y se produzca una eutrofización, los abastecimientos durante un año y una suelta eventual del caudal ecológico al tramo de aguas abajo", comenta Martínez. Las mancomunidades del Valle del Bullaque y de Montes Cabañeros, directamente abastecidas por ese embalse, expresan preocupación de cara a la estación estival. "En el fondo sabemos que cuanta menos agua tengamos, peores van a ser sus condiciones", afirma Dionisio Vicente.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En diciembre de 1995 unas lluvias torrenciales permitieron al Bullaque volver a correr con su antiguo ímpetu. La alcaldesa de El Robledo explica que algunos vecinos de la localidad decidieron celebrar con un baño en el río. Desde aquella ocasión nunca se ha perdido la tradición: cada año entre 30 y 50 personas se han tirado al agua el día 31, mientras que otras 1.000 asistían, según Tamurejo. Tras la iniciativa deportiva, un plato de caldo caliente esperaba a quienes se animaban y a los que asistían.

José Martínez de la Confederación Hidrográfica del Guadiana asegura que ahora, la sequía que se nota en el Bullaque afecta también a otros afluentes del río principal, aunque su cuenca no se considera actualmente en estado de emergencia. Martínez explica que en la revisión de los planes especiales de sequía, actualmente en discusión pública, se está contemplando establecer el estado de sequía por zonas a pesar de la condición de la cuenca en su conjunto.

Vicente Macías, agente medioambiental que lleva 25 años trabajando en la zona del Bullaque, explica que este año hay "realmente muy pocas zonas" con agua y va a ser peligroso intentar bañarse. Pero El Robledo no quiere rendirse a la sequía. El ayuntamiento ha invitado a los vecinos de la localidad a reunirse este domingo a las 12 y a echarse un cubo de agua encima. La alcaldesa explica que se ha preparado un manifiesto y una pequeña marcha a lo largo de la orilla del río, como "acto reivindicativo" para que no se calle la dificultad que vive esta comunidad manchega.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_