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Elecciones catalanas
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

No miréis al indeciso, mirad al abstencionista oculto

Casi la mitad de los ciudadanos que no decidieron aún su voto son personas que no votaron en 2015

Kiko Llaneras
Un hombre pasa frente a un poster realizado por el artista TvBoy que representa a Mariano Rajoy besando a Inés Arrimadas.
Un hombre pasa frente a un poster realizado por el artista TvBoy que representa a Mariano Rajoy besando a Inés Arrimadas.JAVIER SORIANO (AFP)

Uno de cada cuatro catalanes tenía su voto por decidir hace apenas una semana. Hay muchos indecisos en Cataluña. Pero aunque parezca paradójico, es probable que sus votos no sean decisivos.

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La primera razón es que muchos indecisos no votarán. Según cálculos basados en el último CIS, casi la mitad son personas que no votaron en 2015. El 37% lo confiesa abiertamente y otro 7% dice que votó nulo, en blanco o por partidos pequeños. Además, el voto indeciso probablemente acabará muy repartido. De las personas sin voto decidido, un 22% votó en 2015 a Junts pel Sí, un 9% al PSC, un 7% a Ciudadanos, un 7% al PP y un 6% a Podemos. Es fácil intuir que estos votos pueden acabar distribuyéndose de forma parecida entre esos partidos y sus herederos.

Tampoco es probable que los indecisos alteren las mayorías. Casi todos dudan entre partidos de un bloque. Hay un 6% de catalanes que están indecisos y dudan entre dos partidos independentistas. Otro 4% está indeciso y duda entre Ciudadanos, PSC o PP. Pero solo un 2% se plantea votar por partidos independentistas y constitucionalistas.

¿Por qué importa entonces la indecisión? Sobre todo como señal de abstención. No tener el voto claro es el primer paso para no votar. Se suele asumir que los partidos con simpatizantes indecisos están en peligro. Eso debería preocupar —según los datos más recientes de Metroscopia— especialmente a los comunes y al PSC, que tienen un 26% y un 23% de antiguos votantes ahora indecisos. También están indecisos el 18% de los votantes de Junts pel Sí, pero en ese caso sus herederos, ERC y JxCat, pueden argumentar que las dudas vienen de tener que escoger entre dos formaciones y que no es una señal de desactivación.

Los temores de ERC y JxCat apuntan una clave de estas elecciones: la activación. En Cataluña se ha hablado mucho del voto oculto, pero está vez quizá habría que preguntarse por la abstención oculta.

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Las encuestas presagian una participación récord. Lo hacen apoyándose en un hecho medible: los catalanes se declaran convencidos de que irán a votar este jueves. Al CIS le dijeron que votarían con "toda seguridad" el 98% de los votantes de JxCat, el 98% de ERC, el 96% de Catalunya en Comú, el 96% de Ciudadanos, el 94% del PSOE, el 88% de la CUP y el 84% del PP. Son cifras enormes. Basta compararlas con 2015. Entonces dijeron que votarían seguro el 92% de los votantes de JxSí y el 92% de la CUP, pero solo el 86% de Ciudadanos, el 76% de Podemos, el 75% del PP y el 65% del PSC.

De estos datos se han extraído dos conclusiones estos días. La primera es que los independentistas están tan activos (o más) que en 2015; y la segunda, que ahora los no independentistas también se han movilizado. Pero se está dando por seguro lo que solo son intenciones. Los votantes, dicen, que votarán... pero ¿cumplirán su palabra o habrá abstencionistas ocultos? La sorpresa puede venir en los dos sentidos. Puede pasar que una parte del independentismo —dubitativo después de un trimestre tumultuoso— al final decida no votar. Pero también puede ocurrir que sean los no independentistas los que fallen: esas personas que dicen que votarán, aunque no suelen hacerlo, podrían quedarse en casa. Estas dos incógnitas decidirán las elecciones y predecirlas es dificilísimo por un mismo motivo: porque la abstención es un comportamiento que casi nunca se declara, pero que a veces se revela.

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Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.

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