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Las elecciones más vigiladas de la democracia

Más de 65.000 personas están implicadas en la organización de la jornada electoral, que costará 25 millones

El delegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo, a la izquierda, junto al secretario general técnico del Ministerio del Interior, Juan Antonio Puigserver.Foto: atlas | Vídeo: Quique García (Efe) | ATLAS
Miguel González

Nunca desde la reinstauración de la democracia española, hace 40 años, unas elecciones habían sido tan vigiladas como las que se celebran este jueves en Cataluña. La incertidumbre del resultado, la desconfianza entre los bloques enfrentados (independentistas y constitucionalistas) y el temor a injerencias exteriores y ciberataques han llevado a adoptar medidas sin precedentes para proteger no solo el buen desarrollo de la jornada sino el recuento de los resultados, tanto los definitivos como los provisionales que se adelantarán esta noche.

Más de 65.000 personas están implicadas en la organización de las elecciones. La parte más visible son los 24.741 presidentes y vocales de las 8.247 mesas electorales (así como los 49.482 suplentes) y los interventores y apoderados de los partidos (en torno a 20.000). Ellos serán los encargados de realizar el recuento de los votos tras el cierre de las urnas y de levantar las correspondientes actas.

La seguridad física correrá a cargo de 17.000 agentes (12.321 mossos, 2.740 policías y guardias civiles, 1.834 policías locales y 104 guardias de seguridad). Al contrario que en anteriores elecciones, la policía autonómica no solo patrullará por los colegios, sino que tendrá presencia permanente en la mayoría de ellos.

En alerta ante injerencias y bulos en Internet

España ha pedido a la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, que el equipo que vigila la propaganda rusa en las redes sociales (East Stratcom Task Force) esté "atento" ante posibles injerencias en las elecciones catalanas de hoy como las que se produjeron en torno al referéndum del 1-O, cuando dieron difusión a fake news (falsas noticias). También ha conseguido que Julian Assange, uno de los más activos en aquella campaña, se comprometa por escrito ante el Gobierno de Ecuador, en cuya embajada londinense está refugiado, a no seguir opinando sobre la crisis catalana.

Pero junto a este dispositivo, que velará por la pureza de los comicios y que culminará el domingo, cuando se haga el escrutinio definitivo de los votos, habrá otro paralelo para que esta noche, como es habitual, se adelanten los resultados provisionales.

La base de este mecanismo son los 3.889 representantes de la Administración distribuidos por los colegios electorales. Conforme acabe el escrutinio en cada mesa recibirán una copia del acta y por teléfono trasladarán los resultados al Centro de Recogida de Información (CRI). La información se dará de viva voz, para evitar el riesgo de interceptación que conlleva la transmisión electrónica de datos. Además, estarán disponibles varias compañías operadoras de telefonía por si alguna fallase.

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Los datos recogidos por las telefonistas serán chequeados y transmitidos al Centro de Procesamiento de Datos (CPD), donde se aplicarán en el sistema por mesas, colegios, circunscripciones, etcétera. Cada una de las personas que intervienen en el proceso tendrá un procedimiento de autentificación y certificación para evitar que pueda colarse algún intruso.

Los resultados provisionales se difundirán a través de la aplicación de móvil o tableta Eleccions 21D y de la web parlament2017.cat, cuyo diseño no se hará público hasta última hora para dificultar que pueda ser replicado por un hacker, y cuyo volumen de acceso se ha ampliado al máximo para resistir un ataque de Denegación de Servicio (DoS). Las fuentes consultadas admiten, no obstante, que es imposible garantizar que la web no colapse si recibe un ataque coordinado desde una red de robots u ordenadores zombis.

Para evitar un apagón informativo, los medios de comunicación podrán tener acceso, mediante una clave, a un repositorio que facilitará los datos del recuento. Si la web pública dejara de funcionar o una falsa réplica difundiese datos erróneos, los medios de comunicación podrían así certificar la información fiable a través de su acceso privilegiado al repositorio de datos.

También se ha diseñado un mecanismo de repuesta rápida para, orden judicial en mano, cerrar webs que copien la oficial para difundir datos falsos y sembrar la confusión. Si se alojasen en países donde no haya cooperación judicial, se les podría aplicar su propia medicina: neutralizarlas con cibertaques.

Tanto el Centro de Recogida de Datos (CRI) como el Centro de Procesamiento de Datos (CPD), donde trabajarán unas 500 personas, la mayoría telefonistas y teclistas, estarán ubicados en la sede del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalitat, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

Su gestión correrá a cargo de Indra Sistemas, a la que se adjudicó por procedimiento de emergencia el contrato de recogida, procesamiento y difusión de datos por 1,4 millones de euros. Indra ha realizado esta tarea en todas las elecciones catalanas desde 1999. La última vez, en 2015, por 1,3 millones. El coste total de la organización de las elecciones de este jueves se cifra en 25 millones.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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