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Muere Manuel Marín, figura clave en el ingreso de España en la UE

El político socialista fue también presidente del Congreso entre 2004 y 2008 durante el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero

Anabel Díez
Manuel Marín fotografiado en el Congreso de los Diputados, en 2007.
Manuel Marín fotografiado en el Congreso de los Diputados, en 2007.Álvaro García

Manuel Marín, expresidente del Congreso, exvicepresidente de la Comisión Europea, diputado constituyente, murió a media tarde de este lunes cuatro de diciembre a los 68 años en su domicilio de Madrid, de un cáncer de pulmón. Nacido en Ciudad Real, desde muy joven se sintió europeo sobre cualquier otra característica. Su militancia en el PSOE también tuvo mucho que ver con la búsqueda del ideal de Europa como espacio de libertad, derechos y oportunidades para todos los seres humanos. Más siendo español, nacido en dictadura. Su licenciatura de Derecho le llevó a especializarse en Derecho Europeo en la Universidad francesa de Nancy, y estudió en el prestigioso Colegio de Europa de Brujas del que, además, fue profesor. Todos los caminos que escogió le llevaban a Europa. Tuvo el honor de ser uno de los diputados constituyentes en las Cortes de 1977, tras haber ingreso en el PSOE en 1974 y fue reelegido en las elecciones de 1979 y 1982.

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Con la victoria de su partido y ya en el Gobierno fue nombrado Secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas. Pudo vivir su pasión del europeísmo en plenitud ya que su participación fue muy activa en las negociaciones para la entrada de España a las Comunidades Europeas que culminó con la firma del Acta de Adhesión el 12 de junio de 1985 en el Palacio Real de Madrid. Su sueño estaba cumplido. Por su carácter meticuloso y perfeccionista pasó momentos de desasosiego que manifestaba a su alrededor y en sus entornos con desesperanza y desagrado. Su sentido de humor afilado e inteligente, podía combinarse con diatribas hacia el adversario o en el combate de las ideas y las políticas. Los desencuentros también se produjeron en distintas ocasiones en las propias filas de su partido.

Esos problemas no los tuvo en su etapa de vicepresidente de la Comisión Europea donde fue altamente valorado en las relevantes funciones que ocupó. El desarrollo del proyecto de una Europa integrada ocupó años importantes de su vida profesional y política en los que nunca dejó de interesarse por la política nacional. A ella volvió en 2000 al frente del área de Política Exterior del PSOE en la ejecutiva de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general. Sus discursos en el Congreso en 2003 en plena guerra de Irak, contra la alineación del gobierno de España con Estados Unidos y el Reino Unido se recuerdan como piezas oratorias y políticas de gran hondura. El PSOE ganó las elecciones en 2004 y Zapatero le propuso ser presidente del Congreso. Marín fue la tercera autoridad del Estado en esa legislatura que terminó en 2008 y a juzgar por sus discursos y sus manifestaciones lo que vio y vivió en algunos momentos casi le desesperó.

En el 29º aniversario de la Constitución, en 2007, reclamó la recuperación del consenso y del sentido del límite que habían regido durante muchos años. “Me niego a aceptar que consenso y sentido del límite son dos palabras viejas, no es verdad, tendrán que adaptarse, pero siguen siendo hoy muy necesarias, porque creo que hay que decirlo, no se puede repetir otra legislatura tan dura y tan ruda como la que hemos tenido”. Este lamentó lo expresó en su discurso de reivindicación y defensa de la Constitución pero también de una forma de hacer política más civilizada. La primera legislatura de Zapatero fue de auténtico hostigamiento hacia el gobierno que salió de las urnas del 14 de marzo de 2004, tras el atentado terrorista del 11-M a manos del terrorismo yihadista. Sus intentos de reformar el Reglamento del Congreso chocaron con un muro impenetrable y culpó tanto a la oposición como al PSOE, su propio partido. Marín se tomó al pie de la letra su función de presidente del Congreso y no de un partido lo que le ocasionó no pocos encontronazos con los suyos. En sus discursos invocaba la “tentación permanente a la iconoclastia de los españoles”, como también la tendencia a comportarse de “manera cainita”. El pesimismo de la razón le conducía inexorablemente al optimismo de la voluntad lo que le permitía sacar a flote su convencimiento de que España era capaz de salir adelante con éxito. Hace ya diez años le preocupaba la tendencia a revisar la Constitución para echarla por tierra. “La Constitución de 1978 no es un mito intocable pero hay que juzgarla como un éxito colectivo”, señalaba en 2008. Al dejar la presidencia del Congreso dejó la política para dar clase en la Universidad de Alcalá de Henares y presidir la Fundación Iberdrola, dedicado especialmente a la lucha contra el cambio climático. En 2015, hace poco más de dos años, participó en numerosas conferencias y muchas entrevistas al cumplirse 30 años de la adhesión de España a las comunidades europeas. Su fino instinto de nuevo le hizo prever con años de antelación los problemas actuales. “La pertenencia de España a la Unión Europea era un objetivo nacional”, dijo a EL PAÍS. En ese momento se vivía la crisis con Grecia y Marín previó que no saldría del euro. “Me preocupa más un posible referéndum en el Reino Unido”, alertó. Sobre el tiempo actual reclamó la defensa de la España diversa como una referencia básica de presente y de futuro”.

El PSOE, partido en el que Marín militó desde 1974, hizo público un comunicado en el que subrayó que Marín era “un gran referente del socialismo español” y trasladó toda su solidaridad y afecto a sus familiares, a sus amigos y a “toda la familia socialista” que ayer sufrió “la pérdida de una de sus más destacadas figuras de las últimas décadas”. El secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, escribió en su cuenta de Twitter: “Día triste para todos los socialistas. Nos ha dejado Manuel Marín, un hombre de gran talla política y humana. Nuestro cariño y afecto para toda su familia”.

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El Partido Popular, también a través de Twitter, mostró sus condolencias: “Nuestro pésame y cariño a los familiares y amigos de Manuel Marín, que fue presidente del Congreso y gran impulsor de la adhesión de España a la Unión Europea”.

Las muestras de dolor también llegaron desde las instituciones europeas, en las que Marín trabajó más de una década. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, escribió en la red social Twitter: "Muy triste por la muerte de mi amigo Manuel Marín, excomisario español y padre del programa Erasmus. Un referente de la vocación europea de España. Un honor para mi haber compartido con él el honoris causa de la Universidad de Salamanca. Mi más sentido pésame a su familia".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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