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“A los únicos que les ha ido bien es a los que gestionaron la catástrofe”

El percebeiro y miembro de Nunca Máis, Suso Lista, mira hacia el mar en las inmediaciones del cabo O Roncudo (Ponteceso).Vídeo: ÓSCAR CORRAL / CARLOS MARTÍNEZ

Soltero, nacido en Corme (Ponteceso) en 1962; pensionista tras sobrevivir a un cáncer que, dice, nunca aclarará si tuvo algo que ver con el chapapote que limpió cuando el paisaje de su vida se vistió de luto aquel noviembre de 2002. Suso Lista ha sido muchas cosas: marino mercante, concejal por el BNG, integrante de Nunca Máis, actor en un centenar de películas, cortometrajes, documentales y capítulos. Pero sobre todo ha sido percebeiro, heroico recolector del mejor percebe del mundo, que es el de las rompientes de O Roncudo. Y ahora únicamente es escritor. Su última obra, Charamuscas, es la tercera parte de una trilogía. El resto del tiempo se dedica “a vivir”. Pero le duele mucho ver su pueblo marinero medio muerto; las bateas de mejillón abandonadas a su suerte; el muelle que se construyó con las compensaciones del Prestige sin barcos apenas.

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“Los de la Costa da Morte nos sentimos desilusionados porque toda aquella inyección de dinero al final no supuso una mejoría para nosotros”, lamenta. “Todos los pueblos perdimos población y el sector pesquero fue a menos. Cada vez hay menos mariscadores y menos capturas”. “Yo no sé si el Prestige tiene que ver con la situación, pero los percebeiros antes podían trabajar una zona una semana y ahora a los dos días la tienen que cerrar porque ya no tienen percebe”, sigue describiendo la realidad junto al faro de Roncudo.

Lista habla ante dos de las cruces blancas que en esta costa recuerdan a los percebeiros que a lo largo de la historia se llevó un golpe de mar y ya nunca aparecieron: “Estas son de un padre y su hijo mayor. La del pequeño, de siete años, que también murió trabajando ese día, hace mucho tiempo, nunca se puso”. La marea negra de 2002 no trajo muertos a Corme, pero supuso la defunción de su riqueza marisquera y una veda de 10 meses en los que no pudieron trabajar. Después del día en que se les “cayó el mundo encima”, los percebeiros del pueblo ocuparon su vida en paro limpiando las rocas, que aquí tienen todas nombre propio.

“Da la impresión de que aquí a los únicos que les fue bien fue a los que gestionaron la catástrofe… Uno está de presidente del Gobierno y otro, Fernández de Mesa, tiene los mejores puestos en todos los lados. Fueron los que peor lo hicieron y a los que mejor les va”, resume. “Las lonjas están cerradas; las casas, cerradas; los pueblos, casi abandonados. Y no tenemos futuro”, lamenta el escritor. “¿Qué se hizo con el dinero? Pues… algunos se lo metieron en los bolsillos, mucho se perdió por el camino... jamás lo sabremos. Porque, claro, como los que mandan en Galicia no son independentistas esas cosas no se investigan”, protesta. “Pero se debería investigar qué sucedió con todos esos millones. Porque ya solo donde yo vivo [Corme] más de cinco millones de euros desaparecieron, pero lo que es trabajo para la gente y mejoría para el sector [no hubo]. Todo fue a peor”.

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