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Los policías que atendieron a la víctima de La Manada descartan que fingiese

Los cuatro agentes han declarado que encontraron a la joven en estado de 'shock'

Agustín Martínez, abogado de tres de los jóvenes acusados de una supuesta violación de una joven de 18 años en los Sanfermines del 2016.Foto: atlas | Vídeo: Julián Rojas

La vista oral del juicio contra cinco jóvenes sevillanos acusados de violar a una chica de 18 años durante los Sanfermines de 2016 continuó este miércoles con la declaración de los cuatro policías municipales que atendieron a la víctima en un primer momento. Los agentes, en su declaración, aseguraron haber encontrado a la joven en estado de shock y ratificaron, tal como hicieron durante la instrucción de la causa, que en ningún momento les dio la sensación de que estuvieran ante un comportamiento fingido.

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El testimonio de los policías coinciden con el de la propia víctima, que argumentó que la ausencia de lesiones graves no se debió a que no se opusiera y se resistiera sino que, en un momento dado, entró en estado de shock.

Los agentes municipales ratificaron el informe que ya entregaron durante la instrucción del caso. En el juicio, durante la sesión de este miércoles, explicaron que llegaron a la esquina entre la calle Paulino Caballero y la avenida de Roncesvalles en torno a las 3.30 de la madrugada del 7 de julio de 2016 alertados por una llamada realizada al 112 por la pareja que encontró a la chica llorando agazapada en un banco de la avenida. Según ese relato, los policías la encontraron en un estado nervioso compatible con haber sufrido una agresión sexual. Los agentes la trasladaron al Complejo Hospitalario de Pamplona para su evaluación médica.

Además de los policías locales, prestaron testimonio los tres agentes de Policía Foral que realizaron la identificación de los presuntos agresores mediante la descripción que había ofrecido la víctima. Realizaron esta identificación con las grabaciones de las cámaras de vigilancia del recorrido del encierro de los Sanfermines, que se celebra cada día a las ocho de la mañana, poco más de cuatro horas después de que se produjera la supuesta violación. La policía solicitó a cuatro de los cinco integrantes del grupo La Manada, en el que luego compartieron el vídeo de la agresión, la documentación en el callejón de la Plaza de Toros. El quinto se encontraba ya durmiendo en el coche que tenían aparcado en el barrio de San Jorge de la ciudad, a escasos kilómetros.

Un guardia civil y un militar

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Los agentes indicaron que los cuatro identificados no mostraron reticencia a exhibir su documentación. Uno de los imputados es guardia civil y otro miembro del Ejército. El dispositivo policial los dejó marchar para seguirlos hasta el coche donde realizaron el arresto de los cinco, junto a agentes de Policía Municipal.

Las sesiones del juicio se realizan a puerta cerrada para proteger la intimidad de la víctima. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial, encargada de juzgar el caso, ha establecido medidas de protección como la prohibición de difundir las actas del juicio que se facilitan en soporte digital al día siguiente de cada sesión. Sin embargo, algunos abogados van variando el inicial silencio que mantenían al arranque de la vista.

Este miércoles, tres días después de comenzar la vista oral, habló ante los medios por primera vez el letrado que representa a la víctima, Miguel Ángel Morán, que asegura estar “satisfecho” con el desarrollo del proceso aunque reconoció que el cambio de guion habitual para que los procesados declaren al final del juicio hace a éstos “ir a favor de corriente porque cuando ellos declaren van a conocer todo.

Pese a que aseguró que sólo hablaría una vez con los periodistas, el abogado de tres de los miembros de La Manada, Agustín Martínez Becerra, lo ha hecho al final de cada jornada y cada vez con más extensión. Ayer afirmó que las críticas tras conocerse la incorporación al sumario de un informe de detectives privados sobre la vida de la denunciante tras el suceso “forman parte de una especie de campaña para dudar de la imparcialidad” del tribunal. “Dudar de la práctica de un juicio justo me parece improcedente, remachó Martínez Becerra.

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