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España deja para 2018 la recuperación de los viajes de Estado y cumbres bilaterales

El rey no tiene previsto ir a Cuba y el desplazamiento a Marruecos queda en espera para el próximo año como las reuniones del Gobierno con los países del Magreb

Javier Casqueiro
El Rey de Marruecos, Mohamed VI, con los Reyes Felipe VI y Letizia durante una visita oficial en 2014
El Rey de Marruecos, Mohamed VI, con los Reyes Felipe VI y Letizia durante una visita oficial en 2014

España sigue sin recuperar el pulso y la proyección internacional y se contenta apenas con no faltar a las cumbres oficiales, especialmente obligadas de la Unión Europea. La crisis de Cataluña ha agravado, en los últimos meses, el parón diplomático y exterior que se vivió durante 2016 con el año del ejecutivo en funciones. Ni el rey Felipe VI ni el Gobierno de Mariano Rajoy han podido centrarse en política exterior porque bastantes preocupaciones tenían en casa. En la Casa del Rey dan por totalmente descartado ningún viaje de Estado hasta 2018, no se contempla ir a Cuba antes de la retirada del presidente Raúl Castro en febrero y solo se espera para el próximo año el desplazamiento pendiente a Marruecos si se logra cuadrar algún día la agenda con su monarca.

Mariano Rajoy participará este viernes en Goteburgo (Suecia) en una importante cumbre social en la que se quiere impulsar el nuevo tipo de trabajo y contrato social del futuro en los territorios de la UE. No se espera ninguna intervención especial. El Gobierno no la ha comunicado ni la tiene especialmente preparada. Es lo habitual. En la última reunión de jefes de gobierno, en Bruselas y en plena vorágine de la crisis catalana, Rajoy no quiso hablar ni en la cita oficial ni en la cena informal. Lo hicieron sus homólogos. El trabajo de campo se había realizado en los días previos en charlas privadas con prácticamente todos ellos y la conclusión que extrajo el propio presidente, según ha reconocido ahora, es que todos sus socios han mostrado su adhesión y respaldo a las tesis de España frente a los separatistas. Ahí no ha habido fugas.

Esa obsesión con Cataluña, que protagonizó también a finales de septiembre el único viaje fuera de lo previsto a Estados Unidos para ver a Donald Trump, ha cercenado en los últimos meses la política exterior de España, tanto en los máximos niveles del Gobierno como de la Casas del Rey, que también se ha volcado en la preocupación por Cataluña. En el ejecutivo no lo niegan, al menos en privado. “Es lo que hay y lo que había que hacer y en eso nos hemos ocupado”, admiten fuentes relacionadas con la política exterior que esperan retomar el ritmo ya para 2018.

En la Casa del Rey niegan que el parón de los viajes de Estado tenga que ver directamente o solo con Cataluña aunque confiesan a continuación que el monarca ha dejado de asistir a actos, eventos, premios y otras actividades en las últimas semanas para estar concentrado en su despacho siguiendo los acontecimientos catalanes. El rey ha mantenido reuniones más frecuentes con el presidente y los principales líderes políticos y otros interlocutores sobre ese tema y es ahora, con la fecha de las elecciones ya fijada para el 21-D y casi en precampaña, cuando ha retomado alguna actividad oficial fuera de La Zarzuela, como ha hecho también la reina Letizia.

Los que siguen sin estar nada claros son sus viajes de Estado. En la agenda oficial, acordada con el ejecutivo y coordinada con mucha antelación, no figura ningún desplazamiento de los Reyes a Cuba ni tampoco está aún cerrado el de Marruecos. Los dos llevan tiempo anunciados, pero siempre extraoficialmente. El más problemático de cuadrar es el de Cuba. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, acudió personalmente a Madrid en abril con dos cartas de invitación de su presidente, Raúl Castro, tanto para el rey como para el presidente del Gobierno. Del resultado de aquella gestión se acordó que la visita se realizaría “cuanto antes”, al “máximo nivel” y desde luego para responder a la gentileza del mandatario cubano antes de su retirada prevista para el 28 de febrero de 2018. El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, devolvió el gesto a primeros de septiembre y en La Habana, tras entrevistarse con su homólogo, se planeó que esa visita podría efectuarse finalmente en los primeros días de enero.

El Gobierno cubano sí expresó su deseo de que el primero en acudir a La Habana fuese el rey Felipe VI pero esa idea no se cerró en tiempo y forma con la Casa del Rey y ese viaje no se va a producir, al menos a corto y medio plazo. El nuevo presidente cubano que releve a Castro tendrá que tramitar otra invitación y su organización seguirá su curso habitual tras coordinarse con las prioridades exteriores del Gobierno.

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Sobre el viaje de los reyes a Marruecos por lo menos sí se reconoce que se está trabajando, en preparativos, contenidos y proyectos, pero también sin fecha. En 2016 ya se consideró “prioritario” pero luego se cruzó con el año político en funciones, más tarde con Cataluña y ahora también con las complejísimas negociaciones para encajar las agendas de los dos monarcas, especialmente la del rey Mohamed VI. Tras varios aplazamientos oficiosos, se barajó finalmente la posibilidad de intentar el viaje a finales de este noviembre pero esos días han coincidido con la celebración de una cumbre de la Unión Europea con Unión Africana en Abiyán (Costa de Marfil), una organización con la que Marruecos ha mantenido históricamente relaciones conflictivas y que ahora parece querer recuperar. La cita de los reyes en Marruecos quedará postergada para el primer trimestre de 2018.

Para esas fechas quiere el Gobierno empezar a recuperar las Reuniones de Alto Nivel (RAN) bilaterales que tiene pendientes precisamente con varios países clave del Magreb. El secretario de Estado de Exteriores, Ildefonso Castro, ha estado esta semana precisamente en Argel como colofón a un gira previa por Rabat y Túnez con ese objetivo y con el proyecto de perfilar la cumbre para 2018 esta vez en la capital argelina. La semana pasada, durante la fiesta nacional de Argelia, Castro acudió a la recepción oficial en la embajada en Madrid y allí comprobó cómo la embajadora, Taous Feroukhi, le reiteraba esa reclamación y le agasajaba con una interpretación del himno de España por la banda de la Policía Nacional. Fuentes diplomáticas argelinas han concedido que la cumbre bilateral, pendiente desde la anterior en Madrid en 2015, se ha postergado por culpa de la situación en Cataluña.

El propio Dastis estuvo en marzo en Túnez y se entrevistó en el Palacio de Cartago, en la capital, con el veterano presidente Beyi Caid Essebsi, de 91 años, donde aventuró que la cita bilateral debía retomarse y organizarse antes de que finalizase 2017 para relanzar las relaciones paradas por las crisis y la interinidad políticas vividas en ambos países. Tampoco será posible. La última RAN con Túnez tuvo lugar en 2008 y en teoría estas sesiones tendrían que ser bianuales.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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