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Euskadi da la espalda a las consultas soberanistas

La iniciativa a favor del derecho a decidir apenas lograr movilizar al 20% de la población en los principales municipios vascos

Mikel Ormazabal
Vecinos de Azpeitia (Gipuzkoa) participan en una consulta por el derecho a decidir.
Vecinos de Azpeitia (Gipuzkoa) participan en una consulta por el derecho a decidir.JAVIER HERNÁNDEZ

El referéndum ilegal del 1-O y la agitación independentista catalana que le ha seguido apenas han tenido eco en las consultas soberanistas que vienen celebrándose en municipios del País Vasco y Navarra. En las últimas votaciones “a favor del derecho a decidir” celebradas en 13 localidades vascas a media dos de noviembre se preguntaba “¿Quieres ser ciudadano de un estado vasco independiente?”. Las urnas recibieron en esos puntos 21.028 papeletas, el 13,07% de los llamados a participar. Esta escasa movilización es la tónica general en los 170 pueblos donde la plataforma ciudadana Gure Esku Dago (Está en nuestra mano) ha organizado estas consultas informales. En 2018 afrontarán su principal reto con las consultas que esperan convocar en las tres capitales vascas.

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Más allá de las muestras simbólicas de solidaridad con el procés catalán que se hacen visibles en Euskadi, con alarde de esteladas en los balcones donde antes lucían ikurriñas o pancartas a favor de los presos de ETA, la efervescencia soberanista no acaba de cuajar entre los vascos, lo que confirma que el sentimiento secesionista se mantiene en niveles bajos. La dinámica que Gure Esku Dago puso en marcha en 2014 para reivindicar el derecho a decidir aspira a completar todo el mapa en los próximos dos años, incluidas las tres capitales vascas y la navarra. Sus dirigentes lo decidieron el pasado 25 de noviembre en una asamblea extraordinaria celebrada en Agurain (Álava) dentro del plan de acción que denominaron "Etorkizuna-fuTUro".

La maquinaria avanza por oleadas: en las 170 consultas celebradas hasta ahora han depositado su voto 175.398 personas de un censo total de 736.993 mayores de 16 años. El promedio de participación se queda en el 23,7%, según los datos facilitados por la propia organización. Muchas urnas para unos pocos votos.

Los porcentajes llegan al 50% o el 60%, en algún caso, en localidades rurales de menos de 1.000 habitantes y de arraigado sentimiento nacionalista, pero los índices de participación son mediocres en los núcleos más poblados, incluidos los tradicionales feudos dominados por la izquierda abertzale. En Hernani votó el 24,8%; en Mondragón, el 23,6%; en Rentería, un 15,5%, y en Alsasua, un 17,3%. En Elgoibar, localidad natal del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, apenas votaron el 22,1% de los censados. La participación en las localidades de más de 20.000 habitantes ni siquiera alcanzó los sufragios que suele sumar la izquierda abertzale en las elecciones municipales. Otro tanto ha sucedido en grandes poblaciones como Getxo (12%), Eibar (11,4%), Leioa (9,4%) o Durango (18,8%). Ahora bien, la inmensa mayoría de las papeletas, por encima del 90% en casi todos los municipios, son síes a favor de la soberanía vasca.

Los impulsores de esta iniciativa sostienen que están siendo “un éxito”, afirma Zelai Nikolas, portavoz de Gure Esku Dago, la asociación que en junio de 2013 consiguió formar una cadena humana a favor del derecho a decidir entre Pamplona y Durango (Bizkaia) en la que participaron 150.000 personas. Entienden esta experiencia como "una fiesta de la democracia". "La reivindicación del derecho a decidir no es nacionalista; es prepolítica, democrática", comenta Anjel Oiarbide, portavoz de la plataforma. EH Bildu está volcado en cuerpo y alma en estas consultas, el PNV deja hacer y Podemos ha acabado subiéndose al carro. Con el respaldo de estas tres formaciones, a las urnas soberanistas han acudido a votar destacados cargos institucionales del PNV, como la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, o el diputado general de Bizkaia, Unai Rementería, o dirigentes de este partido, como Koldo Mediavilla, responsable institucional del PNV.

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Una votación celebrada en Tolosa (Gipuzkoa).
Una votación celebrada en Tolosa (Gipuzkoa).JAVIER HERNÁNDEZ

También lo han hecho la excandidata a lehendakari de EH Bildu Laura Mintegi, el exresponsable del sindicato ELA José Elorrieta, el escritor Unai Elorriaga o el futbolista del Athletic y de la selección española Mikel San José. Los organizadores han querido que la última cita, celebrada este pasado domingo en 13 localidades, fuese un guiño al procés catalán: “De forma simbólica, en los puntos de votación se colocaron las urnas que se emplearon en Cataluña el pasado 1-O”, comenta Nikolas. Y añade: “El éxito se lo dedicamos a quienes están trabajando incansablemente a favor del derecho a decidir y de la democracia en Cataluña y, en especial, a las personas que están sufriendo de forma directa e injusta la persecución del Estado español, a los encarcelados Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y a los ocho consellers, a las instituciones catalanas, a la ciudadanía que está saliendo a la calle con una dignidad y civismo encomiable, y a todo un pueblo que nos está enseñando cómo debe ser la democracia del siglo XXI. Tienen nuestro respeto, apoyo y cariño”.

Las votaciones de Gure Esku Dago, más simbólicas que formales, se celebran sin ningún tipo de apoyo institucional y con la advertencia expresa de que no pueden utilizarse edificios o espacios públicos. Prendió la mecha de las consultas populares con la que organizó el 13 de abril de 2014 en Etxarri Aranaz (Navarra) y repitió la experiencia en noviembre de ese año, una semana antes de la consulta catalana. En 2016 trasladó las urnas a 36 municipios y este año ha convocado escalonadamente cinco oleadas en 142 localidades. Los datos de asistencia se quedan muy lejos, por ejemplo, del 33% registrado en la consulta catalana del 9-N que suspendió el Tribunal Constitucional o del 42% alcanzado el pasado 1 de octubre, según las cifras de la Generalitat. Miembros de ERC y de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) han actuado como observadores acreditados en alguna de estas votaciones.

La Administración del Estado se preocupa de "vigilar" que no se haga uso de recursos públicos, afirma el delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier de Andrés, quien asegura que "hasta ahora se está cumpliendo en términos generales" con esta premisa. En su opinión, estas consultas "no tienen el más mínimo valor, como se demuestra en que la gente no está interesada en participar". "Son un fracaso porque en el País Vasco la gente está escarmentada por el enfrentamiento violento de ETA y las tensiones generadas por el PNV", apostilla.

En la primavera de 2018 volverán a abrirse las urnas en en Portugalete, Zamudio, Güeñes, Muskiz, Igorre, Lezama, Gordexola, Valle de Ayala y Zuia, ha anunciado Gure Esku Dago, que ha presentado recientemente su plan de acción para el próximo año bajo el lema Etorkizuna-fuTúro con el objetivo de "abrir una nueva fase para ejercer el derecho a decidir", incluyendo las tres capitales vascas, aunque sin determinar las fechas de celebración. El objetivo es que el próximo año finalice la dinámica de consultas en la Comunidad Autónoma Vasca.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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