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La UE no reconoce la declaración de independencia de Cataluña

Tusk: "Para la Unión nada cambia, España sigue siendo su interlocutor"

Claudi Pérez
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.PATRICK HERTZOG (AFP)

"Para la Unión Europea nada cambia. España sigue siendo nuestro único interlocutor". El rotundo mensaje del presidente del Consejo Europeo Donald Tusk en las redes sociales es la primera reacción de calado a la declaración unilateral: la UE no reconoce la independencia de Cataluña. Fuentes del Consejo (el organismo que representa a los Estados miembros) añaden que los Tratados "solo reconocen a España y a su Gobierno como miembro y único interlocutor en todos los asuntos relacionados con España, su territorio y su Constitución". El equipo de Tusk ha abogado por evitar una "escalada" que sería una pésima noticia "para los catalanes, para España y para Europa". Las instituciones europeas y el Gobierno español dan por sentado que ningún país de la Unión reconocerá a Cataluña. "Nadie en la UE va a reconocer la independencia", ha explicitado el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. El Ejecutivo alemán no ha tardado en ratificar esa postura: “El Gobierno alemán no reconoce la declaración unilateral de independencia del Parlamento regional”, ha explicado un portavoz de Angela Merkel. También la primera ministra británica, Theresa May, ha explicado que Londres "no reconoce ni reconocerá" a Cataluña.

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El alud de reacciones no ha cesado a lo largo de la tarde del viernes. Las instituciones europeas, eso sí, están expectantes ante la reacción de Madrid. Tras cerrar filas con España, Donald Tusk ha pedido calma al Ejecutivo en la aplicación del artículo 155 de la Constitución: "Espero que el Gobierno favorezca la fuerza de los argumentos, y no el argumento de la fuerza", en una referencia a las cargas policiales del 1 de octubre, que provocaron la aparición de voces críticas en las instituciones europeas. Aun así, el apoyo institucional al Gobierno es absoluto. La Generalitat no ha conseguido ganarse ni a las instituciones ni a las cancillerías de la Unión en los últimos meses. Bruselas ha hecho numerosos llamamientos al diálogo, pero siempre dentro del orden constitucional: no en las coordenadas que pedían el presidente catalán Carles Puigdemont y su Gobierno.

La Comisión Europea ha seguido hoy en esa línea. Las fuentes consultadas explican que nada ha cambiado: el brazo ejecutivo de la UE considera Cataluña "un asunto interno" de España, se resiste a mediar y apela a una solución siempre "dentro del orden constitucional". E incluso alguno de los países más críticos con el Gobierno de Rajoy, como Bélgica, disparan hacia esa diana: el primer ministro belga, el liberal Charles Michel, ha apelado a buscar soluciones "dentro del orden nacional e internacional" y ha subrayado que una crisis política "solo puede ser resuelta a través del diálogo"; eso sí, de forma "pacífica", ha subrayado con la tibieza habitual. Un portavoz de la OTAN ha explicado también que lo ideal sería una solución "dentro del marco constitucional español", lo que abona el camino para la aplicación del artículo 155, informa Europa Press.

El presidente Mariano Rajoy perdió la oportunidad de explicar el desafío catalán en la última cumbre europea, a pesar de que la canciller Merkel le invitó a hablar del asunto en la cena informal de líderes. Berlín y París cierran filas con España, aunque algunas cancillerías muestran fuera de micrófono ciertas suspicacias con medidas como el control de los medios de comunicación públicos, que finalmente no se han aprobado, y alertan de que el uso de la fuerza puede ser contraproducente para la opinión pública internacional si se repiten imágenes como las del 1-O. A pesar de esos matices, el apoyo a Rajoy fue unánime en el último Consejo Europeo: la única voz discordante, la del citado primer ministro belga, acabó aclarando que su Parlamento aboga por el diálogo dentro de las leyes y de la Constitución.

Bruselas, a través del presidente Jean-Claude Juncker y del vicepresidente Frans Timmermans, respalda la aplicación del artículo 155. Horas antes de la votación en el Parlamento catalán, el comisario de Investigación, el portugués Carlos Moedas, sostenía que la UE debe defender por encima de todo "la Constitución de España y la unidad del país, un país que es miembro de la Unión". "Eso es extremadamente importante para Europa. No es solo una cuestión de España sino de toda Europa", ha agregado. "La UE debe estar en la defensa del orden constitucional español", ha afirmado Moedas.

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Las primeras reacciones de las casas de análisis van en la misma línea. "El voto del Parlamento catalán a favor de la independencia no es legalmente vinculante y no tendrá efectos prácticos", asegura Oxford Economics. No los tendrá en el plano político, pero la economía catalana y española ya empiezan a sentir el castigo: a la fuga de empresas y bancos se suma ahora la reacción de los mercados, con caídas de las Bolsas y subidas de la prima de riesgo. A la larga, eso se dejará notar sobre el PIB español.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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