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Carta abierta de un mosso al ministro del Interior

Un miembro de la policía catalana, en nombre de un grupo, le explica a Zoido que se sienten “secuestrados” y que sus nombres aparecen en “listas de españolistas”

Patricia Ortega Dolz
El mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero a su llegada para declarar en la Audiencia Nacional.
El mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero a su llegada para declarar en la Audiencia Nacional.Jaime Villanueva

El Gobierno espera hasta el lunes a las 10.00 de la mañana la respuesta del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para aplicar o no el artículo 155 de la Constitución. Y, en caso de que finalmente se aplique, serán posiblemente los Mossos d’Esquadra unos de los primeros afectados, ya que con toda probabilidad pasarían a quedar bajo la dependencia orgánica del Ministerio del Interior, durante el tiempo que se considerase necesario, según prevé ese artículo. Una situación deseada por unos mossos —a la luz de la carta que uno de ellos, en nombre de un grupo, ha enviado al ministro, Juan Ignacio Zoido— pero rechazada por otros. Según esa misiva, las cosas están muy tensas dentro de la policía catalana donde, aseguran, se están elaborando "listas de mossos españolistas" y donde algunos se sienten "secuestrados".

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“Represento a un número variable de agentes y mandos del Cuerpo de Mossos d’Esquadra, y voy a intentar explicar la problemática que ha sumido a este organismo y a sus agentes en una situación indeseable para un cuerpo policial a raíz del desafío independentista por una parte de la sociedad catalana, arranca la misiva dirigida al ministro del Interior a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

“Sin entrar en valoraciones políticas, pues estas nunca habrían de haber entrado en el desarrollo profesional de los acontecimientos, los que integramos este cuerpo estamos sufriendo de forma injusta la rotura del mismo en los principios básicos y elementales que han de primar en esta profesión”, anuncia, a escasos días de que el máximo responsable de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero, vuelva este lunes a declarar en la Audiencia Nacional por un presunto delito de sedición.

Y advierte: “Saldrán posteriormente con seguridad autoridades de la Generalitat a desmentir que existan las presiones o las situaciones que en esta carta se describen, es su trabajo. Pero la realidad que aquí cuento es la mía y la que me refieren mis compañeros de sus experiencias personales”.

El autor de la misiva, un mosso que firma la carta con iniciales, expone entonces la situación que viven algunos agentes en ese cuerpo, sobre todo desde el pasado 1 de octubre, cuando se celebró en Cataluña el referéndum para la desconexión de España, en una jornada muy turbulenta, repleta de incidentes violentos, después de que esa consulta hubiese sido suspendida por el Tribunal Constitucional.

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“Esa rotura”, continúa la carta del mosso, “se ha traducido, después de los lamentables y vergonzosos hechos ocurridos los días 20 de septiembre y, sobre todo, a partir del día 1 de octubre, en una presión en el servicio sobre los agentes que no nos sentíamos cómodos con las instrucciones dadas, y que habíamos expuesto razones legales recogidas en la Constitución, las Leyes y las ordenes de jueces y fiscales en relación a los hechos y las 'sugerencias' de realizar el servicio de una forma (como poco) infrecuente, recibida de nuestros mandos inmediatos o superiores”.

“Listas de mossos españolistas”

Y, acto seguido, describe cuáles son sus sensaciones ante esas supuestas presiones: “El sentimiento que mejor puede definir a como nos sentimos es el de 'secuestro', pues cuando te condicionan tu actuación profesional de forma sutil (no la podrías probar ante un juicio, por ejemplo), en forma de amenazas veladas, otras más directas, también presiones en forma de instrucciones de hacer o no hacer respecto a impedir los actos preparatorios y ejecutivos del referéndum o se te amenaza con aperturas de expediente, no encontramos en la inacción el 'pago del rescate'”.

Además, asegura el agente en la carta: “Muchos de nosotros nos sentimos sometidos a un control anormal de nuestras acciones en el servicio por parte de los mandos y los propios agentes que han manifestado sin rodeos su postura ideológica, algo inadecuado en una profesión como la nuestra. Nos estamos enterando de que incluso se estarían haciendo listas de agentes y mandos 'españolistas', como nos llaman entre otras cosas, seas catalán de toda la vida o no, y que no es más que el querer actuar de forma legal y profesional. Nada que se pueda probar, claro, pero de evidente efecto sobre nosotros y nuestras familias y que nos confirma que dirigen una especie de vendetta 'antiespañolista'”.

El mosso asegura que abrirán diligencias de cuantos hechos y presiones puedan probar, pero señala: “De las imposibles de demostrar y que quizás son las más preocupantes, se derivaran una cadena de hechos indeseables, y permítame la expresión, infernales para los agentes y sus familias”.

Y, seguro de que esa situación que describe se prolongará en el tiempo, propone el cambio de cuerpo como única salida, es decir, el uso de esa pasarela recogida (pero no desarrollada) en la Ley de Régimen de Personal de la policía de 2015 y que estudian ya en el Ministerio del Interior: “Tenemos claro que estas presiones, persecuciones y amenazas no se acaban el día 1 de octubre, siendo para muchos de nosotros la única salida la que nos da el acceso al Cuerpo de Policía Nacional en su Ley 9/2015 que regula el Régimen de personal”.Y agrega: “Para otros y gran mayoría de agentes supondría un balón de oxígeno para realizar con total seguridad sus deberes profesionales”.

Por esa razón urgen al ministro Juan Ignacio Zoido aludiendo a razones de seguridad: “Solicitamos un impulso a la opción de pase interadministrativo que, sobre todo, redundaría en beneficio de la seguridad en el servicio, en la de los agentes y sus familias y cercenaría las injustificadas presiones políticas que a este cuerpo de policía y a sus agentes se les tiene sometido”.

Incluso señala algunas posibles “ventajas” que acarrearía ese hecho: “Somos policías ya formados que podemos incorporarnos rápidamente a las plantillas a coste cero para la administración, siendo algunos incluso anteriores guardia civiles y policías nacionales que ya tendrían conocimientos requeridos, que podrían reforzar a los componentes de la Comunidad Autónoma”; “Estamos motivados y con ganas de trabajar en una policía con la que nos sentimos más identificados”; “Somos bilingües en nuestras respectivas comunidades (catalán/valenciano y euskera)”; “y los posibles inconvenientes por adelantarnos a algunos compañeros del CPN en los cambios de destino, podría suplirse con el compromiso de destino temporal obligatorio en Cataluña”.

La misiva fue enviada desde Alicante el pasado día 10 por la Agrupación Reformista de Policías (ARP), un sindicato policial con menos de un año de vida. Según explican, fueron “requeridos por un grupo de agentes y mandos de los Mossos d’Esquadra para mediar e interceder en su deseo de incorporarse al Cuerpo de Policía Nacional”. Y aclaran: “Nuestro sindicato sensible a los hechos están aconteciendo en Cataluña, apelando al pronto restablecimiento de la convivencia y coordinación entre cuerpos policiales alejados de órdenes e intereses de decisiones políticas que han supuesto una quiebra en la confianza entre los mismos, se ve en la obligación de aceptar esta petición de mediación de estos funcionarios policiales autonómicos”. En el asunto de la carta puede leerse: “Pasarela entre FFCCS (Mossos d'Esquadra)”.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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