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Mario Vargas-Llosa: “Gracias, Barcelona, por no atender la llamada de la tribu”

El nobel de literatura se juró a sí mismo tras perder las elecciones en Perú que no volvería a pisar un estrado en una manifestación política, pero rompió esa promesa por su cariño a Barcelona

Mario Vargas Llosa, este domingo en la manifestación por la unidad de España en Barcelona.Foto: atlas | Vídeo: JUAN MEDINA
J. C.

El nobel Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) se juró a sí mismo en 1990, tras perder las elecciones contra Alberto Fujimori en su país, que jamás volvería a pisar un estrado en una manifestación política. El domingo rompió esa promesa por su cariño a Barcelona: “Es una insensatez que la capital literaria del mundo hispano se convierta en una republiqueta”, se dijo. Vargas Llosa contesta por correo electrónico a un cuestionario de EL PAÍS desde Moscú, donde recibirá el premio literario Yásnaya Poliana.

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Pregunta. ¿Qué impresión tuvo en Barcelona de lo que más le preocupa, que es la desunión?

Respuesta. Me pareció extraordinaria la cantidad de gente que asistió a la manifestación. Todo el mundo decía que estaba sorprendido, una concurrencia tan gigantesca, fue sorprendente. Todo el mundo estaba convencido de que era algo fuera de lo común, que había salido muchísima gente que normalmente no va a manifestaciones. También me impresionó el carácter festivo, simpático, que caracterizó toda la marcha hasta la Estación de Francia. Fue realmente una movilización fuera de serie. Fue muy espectacular y muy pacífica. Clarísimamente, no es una mayoría la que quiere la independencia y esta manifestación lo ha demostrado. No hay una mayoría. Había un abanico de gentes de todos los sectores. Algo muy emocionante y una demostración de que no hay un apoyo masivo por el independentismo. Pensaban que tenían la calle y no la tienen, la comparten. También hay que decir que había gente de toda España que fue a dar su apoyo. Había en Barcelona un ambiente de fiesta con todas las banderas. Quedé muy emocionado y muy conmovido. Esa batalla se tiene que dar y se va a ganar.

P. ¿Qué sensación le produjo el discurso de Josep Borrell?

R. Borrell estuvo muy bien. Dio casi una clase académica demostrando, de una manera muy clara, que ha habido cierta responsabilidad de algunos banqueros y empresarios, un silencio culpable, y que solo ahora reaccionan huyendo. Debieron decir antes lo que esto iba a significar. Hizo una crítica muy justificada. Creo que la fuga de empresas demuestra la catástrofe que sobrevendría a Cataluña si prosperara el independentismo. Desde el punto de vista económico y empresarial esto puede servir de freno.

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P. ¿Con qué estado de ánimo llegó a Barcelona y qué estado de ánimo tiene ahora?

R. Yo había jurado que nunca más, después de mi participación política en el Perú, volvería a subirme a un estrado de una manifestación política. Pero yo le tengo mucho cariño a Barcelona. Los años que viví ahí fueron muy importantes para mí, años de trabajo intelectual, de amistad. Allí vi nacer a mi hija Morgana, en la clínica Dexeus. Mi contacto con el mundo latinoamericano se lo debo a Cataluña porque era la capital literaria del mundo hispano. Es una insensatez que ese espacio se convierta en una republiqueta. Me afectó mucho esa idea.

P. Si ahora tuviera que añadir una frase a su discurso, ¿qué diría?

R. Diría: “Gracias Barcelona, gracias, españoles por haber manifestado de una manera tan pacífica y tan clara que no están por la regresión, por el retroceso, por la llamada de la tribu”.

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