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El apoyo a la independencia tiene raíces económicas y de origen social

Es mayor entre catalanes con padres y abuelos catalanes y con rentas altas. Entre las personas con «muchas dificultades con sus ingresos» el apoyo solo es del 29%, pero alcanza el 50% entre los que «viven cómodamente».

Kiko Llaneras

Cuando se habla del independentismo suele recordarse que Cataluña es un lugar rico. Lo hizo, por ejemplo, The Economist esta semana. Pero es menos frecuente señalar una división que se reproduce internamente: el independentismo es más popular entre los catalanes con rentas más altas.

Según datos del CEO —el centro de estudios de opinión de la Generalitat— solo un 32% de los catalanes con ingresos familiares inferiores a 900€ quieren la independencia. Son las rentas más altas quienes la apoyan. Los separatistas son mayoría a partir de 1.800€ de renta mensual. Entre quienes ganan más de 4.000€, el 54% quiere la independencia de Cataluña.

La brecha se hace evidente cuando preguntamos a los catalanes por su situación económica. La independencia solo es mayoritaria entre quienes responden «vivimos cómodamente». Entre las personas con «muchas dificultades» para llegar a fin de mes, solo un tercio son independentistas.

No se trata de datos aislados. Los catalanes que no quieren la independencia viven peor en términos económicos. Hay más partidarios del «no» entre los parados, los jubilados y las personas que se declaran de renta «baja» o «media-baja». El independentismo gana, en cambio, entre los trabajadores del sector público. También tiene más éxito entre las personas con estudios universitarios o posgrado, que es un indicador de clase y predice rentas altas.

Es evidente que existe un vínculo entre renta e independencia. ¿Pero cuáles son las causas de esa relación? Es posible, por ejemplo, que las personas en peor situación económica tengan otras prioridades o que prefieran evitar los riesgos de un proceso incierto. Pero hay un factor que con seguridad aparta a los pobres del independentismo: su propio origen y el de su familia.

Independencia y origen

Los catalanes nacidos fuera de Cataluña tienen rentas más bajas y son menos independentistas. Y lo mismo puede decirse de sus hijos. Para empezar veamos la relación entre origen y renta. Los catalanes nacidos en otra Comunidad Autónoma tienen las rentas más bajas: el 37% ingresa menos de 1.200€ y solo un 10% llega a los 2.400€ de ingresos familiares. Para los catalanes hijos de catalanes esas cifras son mejores: solo un 20% ingresa menos de 1.200€ y hasta un 25% supera los 2.400€.

Aún más evidente es la relación entre origen e independencia. Entre los catalanes de tercera generación —con dos padres y cuatro abuelos nacidos en Cataluña—, el apoyo a la independencia alcanza el 75%. Pero esa cifra cae en las familias con orígenes más heterogéneos. El apoyo a la independencia baja al 49% entre los hijos con un padre o una madre de fuera de Cataluña, y hasta el 29% para los hijos de dos inmigrantes. En esta línea, hay que tener en cuenta que, de los 12 apellidos más frecuentes, ninguno es autóctono. 

Los datos dibujan dos brechas conectadas: la independencia es menos popular entre las familias pobres y entre las que llevan menos tiempo en Cataluña, que a menudo son las mismas. La sociedad catalana está divida por la independencia, pero esa fractura es también de origen y renta. El último gráfico representa esa división.

Dos cosas destacan del gráfico anterior. La primera es que el «efecto renta» se mantiene a igualdad de origen: más ingresos familiares predicen más apoyo a la independencia, para personas del mismo origen social. Se puede ver en la tercera fila, la de los nacidos en Cataluña con un padre de fuera: el apoyo a la independencia de ese grupo no llega al 50% entre las rentas de menos de 1.800€, mientras que para rentas superiores alcanza el 60%.

La segunda clave es la polarización por renta, origen e independentismo. El gráfico dibuja una Cataluña con dos extremos. En la esquina inferior izquierda están los catalanes con origen fuera de Cataluña y con ingresos familiares bajos, que son en su mayoría contrarios a separarse de España. En el otro extremo —arriba a la derecha— están los catalanes nietos de catalanes y de rentas altas, que apoyan masivamente la independencia.

Fuente. Todos los datos provienen del Barómetro de Opinión Política de junio de 2017 del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO). La encuesta consta de 1.500 entrevistas personales hechas en Cataluña. El diseño de la encuesta utiliza cuotas estratificadas para tener representatividad por provincia y tamaño de municipio. La selección de individuos usa cuotas entrecruzadas por sexo, edad y lugar de nacimiento.

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Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.

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