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El bosque que esconde millonarios anónimos

La urbanización La Zagaleta, en Málaga, una de las más exclusivas de Europa, saca a la venta sus últimas mansiones a más de 12 millones

FOTO: Interior de una de las viviendas de La Zagaleta, en Benahavís (Málaga). / VÍDEO: Promoción de la urbanización.Vídeo: Garcia-Santos / LA ZAGALETA

A 20 minutos en coche al norte de Marbella (Málaga), una frondosa masa de árboles camufla varias de las viviendas más caras de España. Sus propietarios no salen en la tele ni son famosos, pero sí millonarios, muchísimo, y la gran mayoría con apellido británico, alemán, suizo y nórdico. La urbanización La Zagaleta, en el municipio de Benahavís, presume de ser la más lujosa y segura de Europa. Un férreo control de acceso, un servicio de atención con 120 personas dispuestas a responder cualquier demanda y el silencio y la tranquilidad que envuelven la finca, de 900 hectáreas, son algunos de los atractivos para las fortunas en busca de discreción y privacidad.

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La más barata de las 240 mansiones del complejo está valorada en cinco millones de euros. La más cara, que ocupa varias parcelas, en 25 millones. Su enclave permite, los días claros, atisbar la costa norteafricana. “La gente es muy casera, hace vida familiar, con los niños y amigos”, subraya Óscar Nieto, director de márketing de la empresa, sobre los discretos banqueros, empresarios y ejecutivos de éxito que tienen su segunda residencia en este punto del litoral malagueño. El afán de protección es tal, que al coche de Google se le denegó la entrada cuando quiso mapear la zona. En la urbanización hay 51 kilómetros de carreteras interiores.

La Zagaleta nació en 1991 en los terrenos que los bancos embargaron al magnate saudí Adnan Khashoggi, que había comprado la finca a la familia Roussel, emparentada con los Onassis, y la había llamado Al Baraka (suerte, en árabe). Los nuevos propietarios optaron por un producto de gran lujo y un modelo de baja densidad de construcción, sobre parcelas con una superficie media de 6.000 metros cuadrados, ideado por Enrique Pérez Flores. La fórmula más generalizada desde entonces es la venta de suelo para que cada interesado edifique a su gusto, aunque se exige que la vivienda no supere las dos alturas y que esté coronada con un techo de teja árabe. El complejo tiene un desarrollo pendiente todavía de cerca de 200 mansiones.

La empresa, ocasionalmente, actúa como promotora y tras agotarse el stock en 2015, ha levantado cinco viviendas que ya están a la venta. Villa Capriccio, con 5.300 metros construidos y asomada a uno de los dos campos de golf de la urbanización, busca dueño por 13,9 millones de euros. Habitaciones interminables, piscina exterior e interior, gimnasio, lavandería, estancias para el servicio… El listado de comodidades y lujos es infinito. El precio medio de las cinco casas está en 12 millones. Y no es una norma, pero sí una tendencia, que el candidato a vecino de este rincón para millonarios tenga un patrimonio 10 veces superior al valor de la propiedad que adquiere.

Hay interesados”, afirma Sergio Azcona, director de Comunicación de La Zagaleta, sobre posibles compradores. La crisis ha ralentizado las ventas, explica, pero el grupo ha seguido con beneficios y hace dos años agotó las unidades que tenía en el mercado. En enero de 2016 adquirió el grupo Valderrama para construir 200 viviendas de lujo en Sotogrande, Cádiz, con un precio de entre tres y cinco millones de euros. La intención es copiar el modelo de calidad asentado en Benahavís.

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“Estamos acostumbrados al lujo hortera, al chaval que se tira el champán por encima en una piscina. Esto sí que es lujo”, añade Azcona durante un paseo por el club hípico. La Zagaleta tiene media docena de caballos de pura raza y hay propietarios que mantienen su animal en los boxes de las instalaciones. Los equinos pasean a diario, comen hierba importada del norte de Europa y son cubiertos con mantas que imitan la piel de cebra porque se transpira menos. Hay cinco ponis para que monten los niños. Como Linda, un ejemplar de raza shetland de color caramelo y tan buen aspecto que delata su apacible vida en el paraíso de los millonarios anónimos.

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