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La Generalitat mantiene el plan de convocar el referéndum ilegal

El Gobierno catalán cree que la gestión de la crisis de los atentados le refuerza

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en una foto de archivo en Barcelona.
Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en una foto de archivo en Barcelona.ALBERT GARCIA

Carles Puigdemont ha intentado evitar en los últimos días mezclar el proceso independentista con los atentados de Barcelona y Cambrils. Ha respondido a las preguntas escuetamente y con evasivas. Pero el Gobierno catalán no tiene ninguna intención de modificar sus planes. Mantiene la idea de convocar el referéndum ilegal previsto para el próximo 1 de octubre, según aseguran fuentes de Junts pel Sí a EL PAÍS. Representantes del independentismo también dejaron claro sus intenciones a las invitados que acudieron a la tradicional cena que el cineasta Pere Portabella ofrece cada año en su masía del Empordà, celebrada el pasado lunes.

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En la Generalitat existe la sensación de que se ha gestionado bien la crisis terrorista, con unos Mossos d'Esquadra que salen reforzados por su actuación, y desde la CUP se ha llegado a decir que el Govern ha actuado como si fuera un "Estado, independientemente del Estado español". Hoy no son pocos los diputados de Junts pel Sí que retuitean un reportaje de The Wall Street Journal, que señala que la Generalitat "puede gobernar independientemente de Madrid".

Incluso el vicepresidente Oriol Junqueras insistía ayer que van a llevar la convocatoria del referéndum, pese a las advertencias del Tribunal Constitucional sobre su ilegalidad, hasta el final. "Nos gusta tanto la democracia que la queremos ejercer toda, seguiremos apostando por ella", dijo. En resumen, se aprovecha la idea de que el terror no puede afectar a la "cotidianeidad" y, ésta, en el último año y medio de política catalana, es el proceso independentista.

El Gobierno de Carles Puigdemont y el grupo que le apoya en el Parlament, Junts pel Sí, estaban convencidos hace tan solo dos meses de que la segunda quincena de agosto se precipitaría su hoja de ruta. Que pese a la polémica, la reforma del reglamento del Parlament les habilitaría para iniciar la tramitación y aprobación de las leyes de ruptura. La suspensión del trámite por lectura única por parte del Tribunal Constitucional lo impidió, pero el independentismo está convencido de que el proceso sigue inalterable.

Ya desde hace al menos dos semanas el día D se ha fijado para el 6 de septiembre, cuando se inicie el primer pleno del curso político catalán. Aquel día, afirman fuentes de Junts pel Sí, se pretende aprobar la ley del referéndum, que está registrada en el Parlament pero para la que no se ha iniciado la tramitación para evitar que el Tribunal Constitucional la pueda anular antes de tiempo. Ese trámite se aprobará previsiblemente minutos antes de que se inicie el pleno, para que durante este se aproveche un artículo del reglamento (81.3) y se introduzca su votación de forma improvisada en el orden del día. Marcará el inicio del choque institucional más fuerte que las instituciones catalanas mantienen con las del Estado desde la recuepración de la Democracia.

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Esa es la fórmula preferida de Junts pel Sí, aunque la unidad en la coalición independentista acostumbra siempre a dejar diferentes opciones. La coordinadora general del Partit Demòcrata, Marta Pascal, ha afirmado que existe la posibilidad de que el Govern asuma la responsabilidad y apruebe el articulado con un decreto ley. Esa posibilidad, no obstante, no sería bien vista por parte de los diputados de Junts pel Sí y la CUP, partidarios que esa iniciativa recaiga sobre el Parlament.

Cena en el Empordà

La noche del lunes, horas después de que los Mossos abatiesen a Younes Abouyaaqoub, el presunto autor de la matanza de Barcelona, políticos y empresarios cenaron en la masía que tiene en el Baix Empordà el cineasta y político Pere Portabella. Entre los 60 o 70 invitados del encuentro, en el que los atentados pero también la política centraron las conversaciones, estaban el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el líder del PSC, Miquel Iceta; el president Carles Puigdemont; el líder del ERC, Oriol Junqueras; y Xavier Domènech, de En Comú Podem. No había nadie de PP o Ciudadanos.

Antes de la cena un cuarteto de cuerda tocó una pieza de Bach. Después se hizo el silencio durante un minuto en recuerdo por las víctimas de los atentados. Poco a poco, se fueron formando corrillos en los que los independentistas dejaron claro que no van a cambiar su calendario pese a los ataques de Barcelona y Cambrils. Su intención, según manifestaron, es aprobar la Ley del referéndum el próximo día 6 de septiembre, antes de la Diada que se celebra el 11.

Puigdemont, que llegó pasadas las diez de la noche después de un día intenso de búsqueda y captura de Abouyaaqoub, escuchó a los socialistas repetir su apuesta por el diálogo para frenar la ruptura unilateral y buscar una solución política. Sánchez insistió en la idea de crear un espacio de debate en el Congreso sobre la cuestión catalana, pese al no de Rajoy.

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