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El reducido mapa electoral de otros Estados de la UE

Frente a los miles de partidos de España, Europa presenta un mapa político más reducido

Un grupo de personas en el interior de la sede del Parlamento Europeo en Bruselas.
Un grupo de personas en el interior de la sede del Parlamento Europeo en Bruselas.Reuters

Frente a los miles de partidos de España, la UE presenta un mapa político más reducido. Según la Eurocámara, solo existen 16 formaciones a nivel comunitario; ya que, para registrar una, las leyes señalan que tiene que tener representación en al menos la cuarta parte de los Estados miembros, tener un programa que respete los principios de la UE y haber participado en las elecciones al Parlamento Europeo o tener intención de hacerlo. Pero, ¿qué ocurre dentro de los países?

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Alemania. La legislación nacional considera partido a los que de forma continuada o prolongada participan en el Bundestag o en alguno de los parlamentos regionales. Según la comisión electoral, en la actualidad existen unos 120 registrados, pero solo 42 concurrirán a los próximos comicios generales. La Ley Fundamental dice, además, que la función de estas fuerzas es cooperar en la formación de la voluntad política del pueblo y, por ello, deben responder siempre a los principios democráticos. De hecho, si un partido o sus representantes tienden a desvirtuar o eliminar el régimen fundamental de libertad y democracia o a poner en peligro la existencia de la propia República Federal, pueden ser declarados inconstitucionales por la justicia.

Reino Unido. En la democracia británica, cuyo Gobierno tiene como tradicionales y únicos inquilinos alternos a los conservadores y laboristas, la proliferación de otros partidos es mucho más discreta que en el resto de Europa. El sistema está abierto sobre el papel a una multiplicidad de voces, porque el registro legal de las formaciones es tan sencillo como accesible. Pero la práctica que impone un sistema electoral mayoritario acaba ejerciendo de criba disuasoria, habida cuenta de que sólo ocho partidos —además de dos diputados independientes— se reparten los escaños de la actual Cámara de los Comunes. La página web de la comisión que establece las reglas del juego en Gran Bretaña e Irlanda del Norte da constancia, actualmente, de 375 partidos registrados para participar en los comicios nacionales, regionales o locales. Los requisitos que cumplieron a tal efecto se resumen en elegir un emblema y el nombre del partido que no resulte confuso ni tampoco ofensivo para la ciudadanía, identificar al líder y al tesorero, detallar la estructura organizativa y financiera y, finalmente, pagar una cuota simbólica de ingreso que se replicará por cada año de actividad. Ese escrutinio se recoge fielmente en la base pública de datos de la comisión electoral, cuya escrupulosidad registra además, semana a semana, las donaciones y préstamos recibidos por los partidos en el transcurso de una campaña electoral.

Bélgica, marcada por las lenguas

En Bélgica, uno de los países más pequeños en superficie de la UE, existen al menos medio centenar de partidos presentes en los distintos comicios, pero el arco político presenta una singularidad: no hay formaciones nacionales. La lengua determina su radio de actuación: existen partidos francófonos, flamencos y germanófonos; aunque en ciertos casos se presentan a elecciones de otra comunidad linguística.

Francia. Según el último recuento, publicado en el boletín oficial del pasado febrero, Francia tiene 451 formaciones políticas, aunque solo 338 están activas en estos momentos. Ese es el número de partidos que respondió a la Comisión Nacional de Cuentas de Campañas y de Financiación Política cuando esta autoridad administrativa independiente, que supervisa las actividades financieras de las diferentes fuerzas políticas, les pidió información sobre sus cuentas. En cualquier caso, el número de partidos a día de hoy es 16 veces mayor que en 1990. Hay varias razones. Por un lado, porque es muy fácil crear un partido en Francia. Basta con declararlo en la prefectura de la región donde se piense fundar y designar a una persona que se encargará de sus cuentas. Pero, además, si cumplen ciertas condiciones, pueden recibir subvenciones del Estado y, sobre todo, pueden entregar sus fondos a otro partido. Precisamente, ahí está una de las claves de esta alta fecundidad: muchos candidatos, o grupos de interés, crean lo que en Francia se conoce como micropartidos para recibir más dinero para sus campañas. La fórmula fue especialmente usada hasta 2013, porque no había límites al número de formaciones políticas a las que un individuo podía enviar un cheque, con lo que un candidato podía recibir múltiples donaciones de la misma persona a través de varios micropartidos. Aunque, desde hace cuatro años, la donación se limita a un solo partido por persona y la aparición de nuevas fuerzas se ha reducido.

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Italia. Aquí, fundar una formación es bastante fácil. La Constitución establece que “todos los ciudadanos tienen derecho a asociarse libremente en partidos para concurrir a determinar la política nacional”. Lo único que necesitas son mil partidarios. Y uno de los últimos que se ha creado es el Movimento animalista, que nació en mayo de 2017 en Milán. Su impulsora se llama Michela Vittoria Brambilla, una vegetariana declarada, paladina de los derechos de los animales, diputada de Forza Italia y ex ministra del turismo en un gobierno de Silvio Berlusconi —él mismo ejerció de padrino de la nueva formación—. A las legislativas de 2013 se presentaron 47 partidos, pero tras varias escisiones, resurrecciones y muertes prematuras ni el ministerio de Interior sabía decir la pasada semana cuántos hay activos en el país.

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