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El PNV mantiene las expectativas de “oposición útil” al Gobierno del PP

Urkullu pretende comprometer a Rajoy en la consolidación del final de ETA

Luis R. Aizpeolea
El lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Parlamento Vasco.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Parlamento Vasco.David Aguilar (EFE)

Una semana después de que el Gobierno del PP y el PNV pactaran los Presupuestos del Estado a cambio de la actualización de la ley de Cupo y otras mejoras económicas, el Ejecutivo popular recurría una ley emblemática del Gobierno vasco como la de abusos policiales y, al poco, era el PNV el que se sumaba a la oposición para reprobar al ministro de Justicia, Rafael Catalá, así como al fiscal general del Estado y al de Anticorrupción por su actitud ante la corrupción. Esta ambivalencia muestra los límites del acuerdo.

El PNV mantiene las expectativas de ser una “oposición útil”. “El acuerdo presupuestario se hizo con el Gobierno y no con el PP y se limitó a temas económicos. No acordamos un pacto de legislatura y tenemos las manos libres. La novedad es que hemos recuperado la interlocución con el Gobierno, inexistente la pasada legislatura, pero seguimos siendo PNV y PP con todas nuestras diferencias políticas que son muchas como, por ejemplo, en su manera de afrontar la corrupción. Por eso votamos la reprobación del ministro”, señalan fuentes del PNV.

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El PNV cree que, tras el regreso de Pedro Sánchez a liderazgo del PSOE, Mariano Rajoy necesitará seguir tirando del pacto que alcanzó con Ciudadanos, PNV y nacionalistas canarios para aprobar los Presupuestos. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, lo ha confirmado esta semana en una visita a Euskadi.

El cálculo del PNV es que las próximas citas clave serán antes de las vacaciones de verano para la aprobación del techo de gasto y finales de año para negociar los Presupuestos de 2018. Pero el PNV estará expectante ante el rumbo de los acontecimientos, condicionados por la cadena de escándalos de corrupción del PP y la política que adopte el PSOE de Sánchez, cuya relación retomará con interés porque comparte el Gobierno vasco con el PSE.

Pero antes del verano, Rajoy se entrevistará con el lehendakari Iñigo Urkullu, una cita pendiente desde que fueron investidos antes del pasado fin de año. La cita que mantuvieron en marzo fue excepcional, limitada exclusivamente a abordar el desarme de ETA.

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En la nueva cita, Urkullu pretende introducir en la agenda con Rajoy nuevos asuntos de calado político, como el autogobierno y la consolidación del final del terrorismo. Urkullu fija como prioridades de su Ejecutivo —compartidas con su socio, el PSE— la demanda de los traspasos de la gestión de la Seguridad Social y de prisiones. Ambas demandas cuentan con un apoyo muy amplio en los partidos vascos. En el caso de la Seguridad Social se limita a la gestión de las pensiones sin implicar la ruptura de la caja única. El traspaso de prisiones implica la aplicación de las políticas de reinserción de los presos por la comunidad vasca. Ambas demandas pasarán, también, a la agenda negociadora del PNV en el Congreso.

El Gobierno vasco cree que, acabado el terrorismo y desarmada ETA, existen condiciones para transferir la gestión de las prisiones, reconocida en el Estatuto. Por la misma razón, Urkullu pretende iniciar con Rajoy la revisión de la política penitenciaria y aplicar a los presos etarras la misma legislación que a los comunes, lo que conllevaría acercamientos de presos a las prisiones vascas y la reactivación de las políticas de reinserción individual, de acuerdo con la ley (rechazo de la violencia, reconocimiento del daño causado a las víctimas, etcétera). La propuesta cuenta con el respaldo del arco parlamentario vasco, con alguna reserva del PP regional.

Dejar pasar un tiempo

El lehendakari quiere dejar pasar un tiempo para separar este diálogo de las negociaciones cerradas en mayo sobre los Presupuestos y el Cupo. “La concertación de un asunto tan delicado como la política penitenciaria necesita tiempo para generar la confianza necesaria, una vez recuperada la interlocución. También es importante que el PSOE cierre su proceso interno y participe del consenso, tras su Congreso”, señalan fuentes nacionalistas.

Urkullu cuenta, también, con que en un par de meses, el colectivo de presos de ETA asumirá definitivamente la política penitenciaria y la reinserción individual, que será la antesala de la disolución de ETA. El Ejecutivo vasco cree que estos pasos facilitarán el compromiso del Gobierno de Rajoy para adecuar la política penitenciaria a un tiempo de normalidad, superada la excepcionalidad del terrorismo. Esta convicción está avalada por algunos contactos informales entre el PNV y el Ejecutivo de Rajoy.

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