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Rajoy equipara el “trauma catalán” a un ‘Brexit’ de “consecuencias terribles”

El presidente del Gobierno reafirma ante el Círculo de Economía su apoyo a la Constitución y que se siente español

El presidente del Gobierno Mariano Rajoy, este sábado, en la jornadas del Circulo de Economía en Sitges.Foto: atlas | Vídeo: Carles Ribas / ATLAS
Javier Casqueiro

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha equiparado este sábado en Sitges, en la clausura de la XXXIII jornadas del influyente Círculo de Economía, la situación que se crearía en Cataluña y en España si se produjera un referéndum de independencia con lo que ha pasado en el Reino Unido tras el Brexit y su salida de la Unión Europea. Rajoy señaló así que "sería un trauma de consecuencias económicas terribles" y suscribió la tesis de su ministro de Economía, Luis de Guindos, que en el mismo foro calculó el jueves que significaría para Cataluña una pérdida del 30% de su PIB (Producto Interior Bruto). El jefe del ejecutivo trasladó al auditorio, más de un centenar de empresarios muy relevantes con intereses en Cataluña, que él se siente español y que está con la Constitución de 1978, con la unidad y la soberanía nacional y con el derecho de todos los españoles a pronunciarse sobre su hipotética reforma.

No tenía previsto Rajoy, así de entrada, hablar sobre la crisis política, social e institucional que se vive en Cataluña tras la deriva del desafío nacionalista. O eso dijo en el preámbulo de su intervención sobre el panorama económico de España en la clausura de las jornadas del Círculo. Luego concedió, ante los rumores de incredulidad del auditorio, que incluiría sus opiniones al respecto en su charla. Y fue ahí cuando empezó por subrayar, ante la apelación al sentimiento muy amplio en la sociedad catalana sobre la necesidad de ser consultados sobre su futuro, que él se siente español y aboga por "una España como la que tenemos hoy en día".

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"Yo estoy con la Constitución de 1978, la unidad nacional y la soberanía nacional y con que todos los españoles tengan derecho a opinar sobre el futuro del país", destacó el presidente del Gobierno. Y luego detalló que ese criterio es el que se marca en la inmensa mayoría de las constituciones escritas que hay por el mundo excepto en la antigua Unión Soviética, la antigua Yugoslavia y Etiopía. Fue en ese contexto cuando el líder del PP señaló que las pretensiones independentistas en Cataluña rompen con siglos de historia en común y supondrían "liquidar lazos afectivos y familiares".

Rajoy detalló que si el referéndum separatista se produjera se estaría obligando a Cataluña a elegir y a irse de España y de Europa, "digan lo que digan", y conllevaría al final algo similar a lo que ha ocurrido en el Reino Unido con el Brexit. El presidente español comparó ahí que a los británicos algunos dirigentes políticos le dijeron en la campaña del Brexit "que sería estupendo y que no pasaría nada" con la salida de la UE y que se estaba exagerando con las consecuencias. Y el jefe del ejecutivo concluye ahora que "desgraciadamente hubo consecuencias y muchas para los británicos y para el resto de Europa". Y recordó que en ese caso el Brexit se llevó a cabo de una manera legal.

Fuentes oficiales de La Moncloa remarcaron la importancia de esos pasajes de Rajoy sobre los peligros de un Brexit catalán ante la intervención que en esas mismas jornadas tuvo el pasado jueves el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y en la que sostuvo la tesis de que no sería tan grave ni relevante la marcha de Cataluña del resto de España. Rajoy sostuvo que sí, que sería determinante y que afectaría también a aspectos tan concretos como la pérdida de la posibilidad de competir por la sede de la Agencia Europea del Medicamento.

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El presidente del Círculo, Juan José Brugera, que el jueves pidió a Puigdemont que acepte la invitación del Gobierno para explicar sus planes en el Congreso, demandó este sábado a Rajoy en persona que profundice en la llamada tercera vía que se refleja mayoritaria en las encuestas en Cataluña y que no reclama ni la independencia ni mantenerse como ahora sino una posición mejor que la actual en el Estado autonómico. Brugera pidió incluso "el máximo esfuerzo" de las dos partes "por encauzar el conflicto por la vía del diálogo y la transacción" y "una solución desde la política" ajena al enquistamiento actual con una "tercera vía alternativa a la dualidad del blanco o el negro como posible salida".

Rajoy no olvidó esas alusiones del representante empresarial. Le señaló que lleva tiempo intentando evitar la confrontación pero constató que se le pide algo imposible. "Se me pide algo que no puedo ni quiero hacer, no quiero ningún referéndum en ningún lugar de España, ni quiero ni me lo creo ni siendo yo presidente eso se va a producir, no puedo autorizar ese referéndum", afirmó el presidente español. Luego explicó que no lo podría permitir como presidente ni como uno de los 350 diputados del Parlamento, porque esa competencia sobre la soberanía de España radica "en el conjunto del pueblo español".

El jefe del ejecutivo central aseguró que "el derecho de autodeterminación no existe y el derecho a decidir es de todos" y lamentó, además, que en las charlas públicas y privadas que ha desarrollado con Puigdemont y otros mandatarios de la Generalitat solo se le da la oportunidad de opinar sobre asuntos tan menores como la fecha de celebración del referéndum o el porcentaje del 50% o el 60% que debería considerarse como válido para su aceptación.

Rajoy remarca mucho en sus últimas intervenciones, que ha elevado varios tonos desde que EL PAÍS publicara el pasado lunes los detalles de la llamada ley de Transitoriedad Jurídica, que la Generalitat pretende además "liquidar la Constitución, el estatuto de autonomía, la unidad nacional, la soberanía y sacar a Cataluña de España y de Europa en un día". No cree que ese objetivo oculto de la denominada ley exprés de ruptura sea "algo normal" y achacó esa pretensión a que los responsables del gobierno catalán están en manos de los extremistas de la CUP.

El presidente español ha optado por endurecer sus mensajes ante los riesgos que observa en Cataluña y ante las constantes llamadas al diálogo que cree percibir de sectores catalanes que no comprenden bien la gravedad de la situación. Por esa razón este sábado se guardó también algunos toques de atención que formuló ante ese grupo influyente de un centenar de empresarios que le escuchaban directamente en Sitges: "Yo voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que el sentido común se imponga y por una solución política, sí, pero esto no es un tema solo del presidente del Gobierno, es un tema del Gobierno, de los diputados y de todas las personas que creen en este país". Por si la idea no hubiera quedado suficientemente clara acabó su alocución con un aviso ante los que exigen una salida pero no se mojan: "La equidistancia está muy bien pero no en todo ni en todas las facetas de la vida".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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